CAPÍTULO 21.

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Stay With Me-Sam Smith 

Los sublimes vienen en estrellas fugaces cargados de polvos mágicos. 




De costado y de un lado, a Sergey la mala noticia de que no tendría mucho tiempo de vida era muy palpable, le parecía algo tangente, algo tan sutil como una persona fuerte le podía pasar, pensando que era consecuencia de sus horribles actos durante la época de su vida dedicada a la mafia, que lamentablemente cobraba factura.

Solo se le notaba su apariencia apaciguada, como si de un piso demasiado alto hubiese caído, el aspecto y semblante era el mismo, aquel tan serio manteniendo su espectacular belleza masculina, sus rasgos finos, su tan apreciada belleza rusa natural. Una belleza la cual fue heredada a mi hijo, pero se mantenía aquel jefe de la mafia.

El linaje ruso poco a poco se desenvolvía en llamas de ardiente pudor y sacrifico aquel que había costado tanto trabajo construir alguna vez. Pues estar de regreso en casa, con Sergey con la apariencia diferente de lo sucedido era de esperar una respuesta negativa.

Mientras secretamente le preparaba un viaje eternal a las playas sicilianas aquellas que pueden deslumbrarte con el tono del mar y las brisas clandestinas acariciándote. Aquellas playas siempre habían sido mi sueño, mientras el reposaba yo preparaba todo, para cuatro personas una reservación especial en fin de semana, en algo local y al mismo tiempo privado. Nos hará demasiado bien respirar aires italianos. Con la grandeza que tiene atraparte Italia. Desde el ordenador, trato de guiarme por buenos hoteles, ya que las playas sicilianas tienen un encanto divino.

También no dejo de pensar en que Anya no se ha tomado para nada bien la noticia, es una niña que sabe mucho y a su edad la curiosidad es lo primero, lo cual incomoda cuando algo no se le quiere decir.

Me percato de un reflejo que Sergey me mira, mientras tecleo en el ordenador sin levantar sospechas.

-¡Buenos días trocito de cielo!- sonrió ante su romanticismo.

Sé que me he sonrojado ya que sus días o palabras románticas cuando las dice al aire son verdaderamente real.

-¡Buenos días destellos de mar!- frunce el ceño como si ese cumplido no le gustará.

-No seas una empalagosa, ya tengo cáncer y con tanta dulzura harás que me de diabetes señorita.- volteo los ojos simulando absurdez.

Pero son hombres no les arruines el momento que ni amor te vuelve a decir menudos hombres.

-¡Adoro tu cabello despeinado!- añado.

Cierro el ordenador para acompañarle un rato por la mañana, ya que ha mandado a traer a mi abuelo por algunos asuntos personales.

Aunque supongo que comienza a preparar todo ya que es un hombre que no le agrada dejar nada a última hora, y él es alguien especial que le gusta tener todo en orden, y que se haga lo que diga. Por una parte me duele, sé que aparenta no sufrir, odia que le vean vulnerable o incluso lo noten llorar pero es de acero, y nunca se permite detenerse para tener sentimentalismo...

-No sabía que era toda una poeta.- se burla de mí, lo fusilo con los ojos.

-¿Puedo hacerte un poema? Reverendo imbécil.- ahora me observa con una mirada retadora.

-¡Venga preciosa! Muestra ese talento poético y dedícame unas palabras a este macho moribundo.-

Afino mi garganta para adecuar mi voz sutil que tengo.

-Partiste al momento en que mi amor apenas engrandecía mis entrañas, tengo un amor fugaz que no sé a quién dedicarle cuando tu no estas. Tus ojitos azules son el reflejo de la calma de las mismas olas del mar, que aclaman ser violentadas por la tormenta misma de nuestros besos, aquellos que no tienen despedida por si alguna vez decides volver.-

No mentía con ese poema, era algo íntimo, lo cual no respondió ante eso, supongo que no es muy bueno, pero no era de esperarse no tengo palabras de poeta, del mismo García Márquez. Atónito me regala un beso que me sorprende.

Un beso salado, y reseco por la mañana al despertar le correspondo con la poca dignidad que me queda ¡Pero que me quejo! Si es a quien quiero, y por quien lloraré el resto de mi vida si llega el momento de partir, sutilmente acaricio su mejilla para susurrar algo que sale muy de mi interior de mi alma pudiente.

-¡Te quiero!- me mira, y sus ojos azules serenos se han dilatado, para mí.

-Aparte de maravillosa, tienes un don para que aquellas palabras acariciaran mi alma, pidiendo resurrección y además un reflejo de resistencia suplicando más tiempo porque no me quiero ir pequeña, menos en estos momentos.- ahora soy yo que no sabe que contestar.

A los grandes hijos de puta el karma les llega en forma de amor.

Y mira que son mierdas, pero al final son verdades.

-¡No pienses en eso! Te tengo una sorpresa, que te gustará mucho, solo dame un días. No te puedes negar ni poner un maldito pero, porque si lo haces te corto, y ya no hay más herencia.-

Hace una mueca graciosa como si eso fuese muy amenazante.

-Tu abuelo viene a tratar un asuntos, por si tengo que pagar antes mi lecho de muerte él sabrá que decirte y te guiará. Después hablaré con mi padre, dejando a cargo a Bishop, vas a decirme que me adelanto pero de verdad pequeña que no podré solo.-

Suspiro, acomoda un mechón rubio detrás de mi oreja, consiguiendo que mi piel me erice. Tengo algo de incertidumbre y miedo ahora mismo por el futuro, por el que pasará el día de mañana.

-Ahora no puedo imaginarme mi vida sin ti, de Anya y Anielka, te van a necesitar. No podre con toda la carga aunque parezca que sí.- comienzo a sollozar.

Para que él me acorruque en sus gruesos brazos atrayéndome a su torso.

-¡Mi amor no llores! Yo te quiero, incluso como dicen en las típicas novelas, más allá de todo y la muerte, después de la siete vida de los gatos. Te quiero pequeña.-

¡Y ahí en ese pequeño espacio de imperdonables sentimientos mi mundo se desmorona! 

Un tanto empalagoso, para que vean que existe un lado tierno, jeje que ese poemita me lo sacado de la manga

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Un tanto empalagoso, para que vean que existe un lado tierno, jeje que ese poemita me lo sacado de la manga.

¿A quién mataré para su final feliz? *La escritora ríe porque van a sufrir* 

Dirty Dancer 2: Sublime Reencuentro.Where stories live. Discover now