XXII

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Sunhee no supo reconocer el sentimiento que la embargaba. Era desagradable, frío y sofocante.

Tal y como Jooheon había ordenado, llevaba cinco días sin salir de casa, y apenas poniendo un pie fuera de su habitación. Con las ventanas cerradas, y las cortinas obstuyendo la luz solar, aquella casa ahora sí que comenzaba a sentirse como una cueva de vampiros.

Sunhee estaba asustada. Y aunque sabía que Jooheon hacía todo aquello por su bien, había preferido no dialogar mucho con él. De tal modo que en aquellos cinco días sólo habían intercambiado algunos saludos. Pero llegando incluso a pasar dos días sin verse.

Aunque ella no supiera de Jooheon, era consciente de que en aquella casa, el vampiro era conocedor de cada movimiento que ella hacía, por más pequeño que éste fuera. Así que no se preocupó demasiado cuando Jooheon no se asomó por el umbral de su puerta en dos días.

Aunque le extrañaba, pese a estar bajo el mismo techo que él. Pero así como le extrañaba, temía por su estado, que estaba lejos de ser lo que ella misma había presenciado con más regularidad.

Jooheon daba miedo.

Fue plenamente consciente de ello cuando oyó cosas romperse en la habitación del pelinegro la primera noche de encierro.

No quiso preguntarle el porqué. ¿Se habría comportado así cuando supo que DongJun estaba tras ella? No creía. Frente a él, DongJun era un insecto.

Sin embargo, SehYoon... Él se oía más peligroso.

Y Jooheon lo había demostrado.

En un escape, Minhyuk se coló en la habitación de su hermana menor la noche anterior, sabiendo que Jooheon le reprendería el día siguiente, pero importándole cero al saber cómo se sentía su hermana, un humano prisionero en una cueva de animales.

Aquella noche, Minhyuk aclaró todas las dudas que habían nacido en la mente de Sunhee.

Jooheon estaba alerta. Porque SehYoon era fuerte, porque era un purasangre, porque era la única especie que Jooheon no consideraría débil. Y porque SehYoon era casi tan fuerte como él.

SehYoon tenía la capacidad de copiar habilidades ajenas. También era sigiloso, como un gato. Y aquello era lo que más ponía de los nervios a Jooheon.

Efectivamente, Jooheon no estuvo tan alterado ni cuando supo que DongJun quería a Sunhee, y se acercaba a ella. Aquello debido a que él sabía que sólo le bastaría con arrancarle el corazón. Y que asesinarlo no le tomaría ni cinco minutos.

Pero con SehYoon era diferente.

La castaña tuvo el atrevimiento de preguntarle a Minhyuk cuál era la relación entre ambos vampiros.

«Se conocen desde mucho antes que nosotros naciéramos. A él nunca le ha gustado mucho hablar de ello a profundidad. Sólo sabemos que ambos se conocen hace mucho, y en algún momento tuvieron una relación estable. No obstante, no conocemos qué la quebrantó, mucho menos, cuándo fue. Puede que hace más años de los que pudiéramos imaginar».

Aquellas palabras le soltaron la lengua a la castaña, que había preguntado con sigilo por la edad del purasangre.

«Nos prohibió decírtelo», recibió como respuesta.

Red, Like the Blood «Lee Jooheon»Where stories live. Discover now