XI

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Minhyuk miró con desconcierto el semblante preocupado de su líder. Cuando había entrado a su habitación unos minutos atrás, se preocupó de sobremanera, encontrándose con un desastre de cristales y distintos objetos rotos. Y en medio de la sala, a un purasangre con los ojos rojos y desorientados.

Jooheon no se veía así desde que ocurrió el incidente de Sunhee quince años atrás.

Así que el nombre de su hermana fue lo primero que Minhyuk había pensado.

—¿Qué le ocurrió a Sunhee? —se apresuró a decir, temiendo por la respuesta que recibiría.

Jooheon tardó un par de segundos en despertar de su trance. Parpadeó un par de veces, sus iris volvieron a ser oscuros y miró a Minhyuk con una expresión inescrutable.

—Por el momento, nada —respondió con la voz ronca—. Pero si no nos apresuramos será demasiado tarde.

—¿Qué? —preguntó el muchacho preocupado.

—Parece que «él» sigue vivo.

A Minhyuk se le vino el mundo encima.

—No —se limitó a decir—. No —repitió, inestable—. No.

—Si no nos damos prisa...

—Es mentira —cayó de rodillas, pasándose las manos por el rostro descompuesto.

Jooheon lo miró apenado. A Minhyuk le había tomado bastante tiempo recuperar su estabilidad emocional. Era una lástima que tuviera que enterarse de aquello.

Pero Jooheon debía decírselo.

—Él quiere tomarla —el menor se detuvo y levantó el rostro, mirando con incredulidad al pelinegro—. Quiere beber de ella. Y... Maldita sea.

—No voy a dejarlo vivir esta vez —Minhyuk se puso de pie nuevamente con bastante dificultad—. Ese maldito bastardo no va a vivir esta vez.

—No lo hará —concedió Jooheon—. Pero no serás tú quien lo mate.

El menor lo miró desconcertado. Pero no protestó.

—Trae a los demás —Jooheon se dio la vuelta, mirando directamente por el ventanal. Minhyuk apretó los dientes.

—Enseguida —respondió de inmediato. Salió de la habitación en silencio.

Jooheon suspiró, sabiendo que Minhyuk quería protestar, él chico quería asesinar a aquel hombre que en algún momento casi le quita la vida. Quería verlo perecer, así como él hizo perecer a la mujer que les dió a luz a él y a Sunhee.

Pero no podía. Porque sería Jooheon quien le arrancaría el corazón con sus propias manos. Nadie en el universo tocaría a Lee Sunhee. Mucho menos aquel sangre sucia.

Y sólo él la haría despertar. Nadie más.

—¿Ocurre algo? —Hyunwoo fue el primero en entrar a la habitación. Frunció el ceño ante el desastre—. Sunhee.

Cuando Shownu había mencionado el nombre de la chica, Hoseok lo miró atento, y luego miró a Jooheon buscando respuestas.

—Así es —respondió el vampiro con dureza. Con lujo de detalles, comentó lo que en su visión captó. El rostro de Minhyuk se descomponía cada vez más con cada palabra que salía de los labios de Jooheon. Changkyun sostuvo su brazo con firmeza.

—Calma —le susurró con suavidad. Aunque su rostro también mostraba preocupación.

—¿Qué debemos hacer? —cuestionó Kihyun—. Seguiremos todas tus órdenes.

—«Él» buscará a Sunhee dentro de tres días, al anochecer. Hasta que el día llegue, ustedes vigilarán cada espacio a su alrededor. Como saben, existe una probabilidad de que esto no ocurra. Pero la última vez que ignoré una de mis visiones, pensando que no ocurriría...

—Entendemos —intervino el castaño mirando de reojo a Minhyuk, quien había puesto una expresión dolorida—. Seguiremos tus instrucciones al pie de la letra.

—¿Tú qué vas a hacer? —cuestionó Minhyuk colérico—. ¿Vas a quedarte aquí mientras nosotros nos encargamos?

—Minhyuk —susurró Hyungwon.

—Si tan sólo me permitieras...

—No vas a asesinarlo —respondió Jooheon tajante. Minhyuk tensó la mandíbula. El purasangre dio unos pasos hacia él. Changkyun aún lo sostenía del brazo, ahora con más fuerza. Jooheon pisó algúnos cristales, haciéndolos crujir bajo sus zapatos. Cuando estuvo frente al muchacho, lo miró directamente a los ojos—. No voy a dejar de lo hagas.

—¿Por qué? —se le quebró la voz.

—Abstente de preguntar demasiado, por favor. No me des más problemas y sólo obedece.

La habitación se quedó en un silencio sepulcral. Quizá por la impresión.

—Lo siento —susurró Minhyuk bajando la cabeza.

Jooheon lo miró por un momento. Últimamente Minhyuk le había faltado al respeto con bastante frecuencia. Pero sabía que aquella situación tenía un porqué. Y su nombre era Lee Sunhee.

—No vas a matarlo —repitió el pelinegro—. No puedo dejarte. Porque necesito hacerlo yo, con mis propias manos. Pero también te necesito a ti para poder lograrlo. Por lo que te ruego que cooperes conmigo y no pierdas los estribos. Sé lo mucho que has estado esforzánfote por evitar recaer. Pero actuar con imprudencia no va a solucionar nada.

Minhyuk lo miró apenado. Había esperado una bofetafa por su imperdonable comportamiento. Él mismo era consciente de que si Jooheon no fuera tan bondadoso, lo habría golpeado justo en el momento qua había subido la voz hacia un purasangre siendo él nada más que un simple noble.

Pero en vez de ello, Jooheon continuó siendo el de siempre.

—No lo haré. Por favor perdóname —suplicó el menor.

—No te preocupes —respondió el pelinegro—. ¿Vas a ayudar?

—Lo haré.

—Bien —suspiró—. A diferencia de los demás, tú no vas a monitorear la zona alrededor de Sunhee ese día. Sólo lo harás dos días —Minhyuk volvió a mirarlo con ojos alarmados—. Tú serás crucial cuando llegue el momento —se apresuró a decir—. Cuando él esté cerca, tú dormirás a Sunhee y la sacarás de allí. Yo me encargaré de él.

El menor lo miró perplejo. Mucho más avergonzado que antes por su injusto e irrespetuoso comportamiento, asintió.

—Cuentas conmigo.

—En ese caso, lárguense de aquí y vigilen a Sunhee de cerca —en un instante. Sólo Jooheon se encontraba en la habitación—. Estarás bien... Lo prometo.

Aunque estaba preocupado, mientras los chicos vigilaban a Sunhee él tendría la oportunidad de pulir sus planes. Mo cometería errores.

No de nuevo.

No podría perdonarse si algo le ocurriera a Sunhee. Su pequeña Sunhee.

Red, Like the Blood «Lee Jooheon»Where stories live. Discover now