Capitulo 18.

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Guió a Alex para salir por la cocina no quiero que pase por el salón, al salir solo hay un auto y fue el que nos trajo, Alex se sube de copiloto y yo de acompañante no pregunta nada y yo no hablo.

Miro por la ventana todo esta oscuro todavía, mi cuerpo se va curando poco a poco, dejo de ver por la ventana y miro mis manos. Las cierro al sentir una sensación muy leve.

—Señor por favor detenga el auto. —Le digo rápido.

Lo hace de inmediato y se pone en la orilla de la carretera en cuanto se detuvo abro la puerta del auto, caigo de rodilla y solo abro la boca; un líquido espeso sale.

Puedo escuchar como Alex se baja y yo sigo vomitando por decirlo de alguna manera, el sabor que está en mi boca me da a entender que es sangre.

— ¿Sangre estas bien? —Dice Alex poniéndose de cuclillas a la par mía.

No puedo responderle porque sigo vomitando, Alex toma parte de mi cabello y escucho su corazón acelerado sé que no sabe que a ser.

Cierro la boca para dejar de vomitar la sangre,  la sensación sigue pero debo parar no puedo vomitar tanta sangre puedo desmayarme. Unos leves rayos de luz se asoman por la montaña del frente, miro hacia donde vomite y solo se ve sangre mucha sangre.

Intento hablarle a Alex pero no puedo,  solo con abrir la boca sale la sangre, la cierro de golpe y miro a Alex. Su cara esta pálida y me mira a los ojos y veo miedo.

— ¿Vas a morir Sangre? —Dice atrayéndome a su cuerpo.

Niego con la cabeza al escuchar esas palabras.

—Estas muy fría, es como si estuvieras muerta. —Dice pegándome más a él.

No sé qué responder y pongo una mano en su mejilla.

—Mierda Sangre por favor habla. —Dice agarrándome más fuerte.

Su corazón se acelera más y por su mente llegan ideas de que yo muero, no debería hacer esto pero no puedo hablar.

*No puedo si lo hago más sangre vomitare*

Alex agranda los ojos al escuchar mi voz en su cabeza pero no me suelta.

—Debemos ir a la casa  y llamare un doctor. —Dice cargándome.

*No puedes llamar a un doctor*

—Claro que lo haré estas vomitando sangre. —Dice serio.

*Te recuerdo que soy especial, además esto va a parar *

Me coloca en el asiento y cierra la puerta, da la vuelta y se sube en el otro asiento.

—Entonces debo esperar. —Dice mirándome.

Tomo su mano y lo miro.

*Es lo mejor que puedes hacer*

Suelta un suspiro y me mira sé que me veo muy mal para él , debo estar pálida, no solo la cara si no todo mi cuerpo. Suelto su mano y el arranca el carro y la vuelve a tomar.

No dice nada solo sigue conduciendo con una mano, por mi parte miro como los rayos de luz pegan en los árboles y en el césped, algunos animales salen de sus madrigueras y nidos.

— ¿Estas bien Sangre? —Dice Alex mirándome de reojo.

Asiento con la cabeza y él ejerce más fuerza en mi mano.

— ¿Quiero saber tanto ? —Dice sin mirarme.

*Lo se señor, sé que quiere saber muchas cosas al igual que yo pero tenemos que esperar*

—Estoy cansado de la palabra esperar, pero sobre todo, yo quiero saber que eres y como luchaste con un vampiro. —Dice serio.

No digo nada y el tampoco no es algo que yo quiera responder, así que desvió mi mirada y me concentro en curar mis heridas y buscar una manera de que la sangre no salga.

Pasa algunos minutos cuando llegamos a la mansión Alex se baja y yo trato de hacer lo mismo. Abro la puerta y Alex está tendiéndome la mano, la tomo y salgo muy despacio.

— ¿Enserio estas bien? —Dice acercándome a él.

Lo detengo antes de que me acerque más a él.

*Nos veremos en la noche para ir a la fiesta en el hotel*

—Pensaba en cancelarlo. —Dice serio.

*No lo haremos señor debemos averiguar qué es lo que está pasando*

*Antes que pregunte más señor yo me iré a mi habitación y por nada del mundo entre a ella*

Suelto su mano y comienzo a caminar, cierro fuerte mis manos hasta el punto de que salgan unas cuantas gotas de sangre. Alex no me sigue y eso es bueno su corazón latiendo,  hacia que mi cuerpo lo quiera morder para saciar su hambre.

Subo rápido las escaleras como puedo, llego a mi habitación la abro y le pongo seguro, rasgo mi ropa quedando desnuda camino hacia la caja fuerte y saco una inyección más cinco bolsas de sangre. Cierro la caja con el código y voy al baño,  lo cierro con seguro también, pongo las cosas en la orilla del lavado y me miro al espejo.

Mi cuerpo esta tan blanco que parezco el cadáver de una persona, mis labios pasan de estar rosados a ponerse poco a poco rojo sangre , mis ojos tienen pequeñas manchas de rojo que se mezcla con el poco color café, la leve presión de los colmillos en mi encía avisando que en cualquier momento saldrán.

El leve sonido de los huesos uniéndose al punto que mi cuerpo se endereza,  los pequeños hematomas desaparecen como si nunca estuvieron en mi piel, mi pelo negro crece, deshaciendo el poco peinado que quedaba, las venas verdes que estaban debajo de la piel pasan a ser negras, las pequeñas heridas que quedaban se cierran como si nunca me hubieran hecho daño.

La uñas de mis manos crecen hasta hacerse puntiagudas y gruesas,  letal para cualquier ser de la tierra, los colmillos no tardan en salir, abro la boca y los veo mejor bastante grandes para chupar la sangre, mis labios no tardan en ponerse rojo sangre acompañando de una vez a mis ojos.

Cierro la Boca para evitar que salga la sangre y me miro por completo en el espejo, cualquiera diría que soy una de las vampiras más hermosas del milenio pero también soy la más letal y sangrienta. Pero verme en esta forma es doloroso, me trae recuerdos que enterré.

Me alejo del lavado tomando la inyección y las bolsas de sangre, levanto las dos tapas del inodoro, me pongo de rodillas y abro la boca dejando que toda la sangre salga de mi cuerpo.

No sé cuánto pase así expulsando la sangre,  el sabor de ella inundaba mi boca ni podía mover la lengua y ni siquiera cerrar la boca para parar un poco. Pero la debilidad llego después mi cuerpo pedía a gritos que parara pero no era yo,  la que me estaba haciendo esto.

Era mi mismo cuerpo que quería sacar la sangre, al poco tiempo se detuvo, mi cuerpo estaba temblado levemente, bajo la palanca del inodoro y bajo las tapas, tomo la primera bolsa de sangre y la muerdo succiono la sangre.

SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora