Capitulo 3.

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(Presente 6 de julio del 2018)

Miro por la ventana de mi despacho, mi padre insiste en que debo tener un guardaespaldas, pero yo no quiero para que querer uno, si se cuidarme solo, bueno esas amenazas que recibo son bastantes seguidas.

Propone la idea que sea una mujer, pero no sé qué pensar a mis diecinueve casi veinte no he necesitado un guardaespaldas y el sugiere que sea mujer.

—Hijo debemos irnos. —Dice mi padre apoyado en la puerta.

No digo absolutamente nada me levanto de la silla y lo sigo aun pienso que esa idea es absurda, pero es mi padre y vivir en New Your es un caos, pero los dueños reciben amenazas todo los días a toda hora.

—Hijo también quiero pedirte una cosa más. —Dice mirándome a los ojos.

—Dime. —Le digo subiendo al auto.

—Iras al pueblo lejos de aquí tomaras unas vacaciones. —Dice serio.

— ¡ESPERA QUE! —Grito sin darme cuenta.

—Alex. —Dice mi padre.

—Disculpa padre pero no dejare la empresa así por así, esa empresa es mi vida la he cuidado desde los 17 años.

—Lo se Alex pero entiéndeme tu, es tu vida que está en riesgo. —Dice mirándome con tristeza.

Me quedo callado, sé que tiene razón después de todo es mi padre pero dejar la empresa es algo que me duele he trabajado mucho.

Trato de entenderlo y decirle que sí que estoy de acuerdo pero prefiero guardar silencio y ver por la ventana. Pasan unos cuantos minutos y llegamos al lugar, nos bajamos del auto.

—Hijo espero que me entiendes. —Dice mirándome.

—Lo hago papá pero entiende que es un poco difícil para mí. —Le respondo caminando hacia el lugar.

Mi padre hace lo mismo, una vez al entrar la secretaria nos atienda pasándonos de una vez. El lugar es bastante grande con piso de cerámica crema, sus paredes son de un tono gris, también tienen algunos cuadros.

—Señores pasen por aquí el director está adentro los atenderá rápido, con permiso. —Dice la secretaria.

Le decimos gracias, mi padre toca la puerta de madera, adentro se escucha un pase. Entramos y miramos a un señor bastante mayor.

—señores Nowak bienvenidos a la Red Security Agency (agencia de seguridad roja). —Dice el señor.

—Gracias, espero que tenga echo lo que pedí, le recuerdo que es la seguridad de mi hijo. —Dice mi padre.

Lo miro sin entender sus palabras el señor asiente y nos guía a otra sala. Miramos por el vidrio, miro a mi padre aun sin entender.

—Señores Nowak lo que ustedes están viendo son a las 30 mejores guardaespaldas en cuanto le dé la orden a mi compañero de abajo ellas se pondrán a entrenar. —Dice el señor.

—Disculpen que me meta de esta manera pero no entiendo. —Digo mirando a mi padre.

—Te conozco Alex no escogerás la mejor por sus habilidades si no por su cuerpo, así que le pedí al señor que les pusiera un circuito para ver a la mejor. —Dice mirando a las chicas de abajo.

No digo nada estoy un poco sorprendido, pero la verdad no tanto porque lo que mi padre digo es verdad, pero así pueda llevar mi plan en marcha.

—Pueden comenzar ya. —Dice mi padre.

El señor da la orden, veo desde el vidrio que una chica está replicando lo noto por sus modos, trato de escuchar pero no se entiende mucho desde aquí.

— ¿Cuál es el nombre de la chica que replicó?—Pregunta mi padre.

—Laura señor. —Dice el señor.

—No la quiero en la lista, esta fuera. —Dice de un solo.

Esto será un proceso largo.

Narra Sangre:

Después de correr treinta vueltas al campo, nos ponemos hacer treinta sentadillas. Miro debes en cuando a mis compañeras, unas dan la talla otras se detienen de vez en cuando.

—Muy bien señoritas ahora treinta lagartijas andando. —Dice con tranquilidad.

Me sorprende un poco ya que siempre grita, pero hago lo que dice me tiro al suelo y comienzo a contar en mi cabeza.

—Vamos señoritas, no era que querían ser guardaespaldas donde está su esfuerzo. —Dice el jefe.

Yo continuo en lo mío al tener un cuerpo humano es un poco cansado, pero para eso entrene para regular toda mi fuerza. Llego a treinta me levanto y miro al jefe en posición recta.

Al poco tiempo varias compañeras se ponen atrás mío en forma recta, algunas respiran agitadas y yo simulo estar agitada.

—Muy bien señoritas tomen agua, vendrá alguien y dirá sus nombres pasen a la sala de armas si escuchan su nombre. —Dice el jefe.

Todas tomamos agua, casi no le siento sabor pero le hace bien a este cuerpo, me siento en una banca mirando a mis compañeras. A los pocos minutos entra un chico alto vestido de traje.

—Ya saben que hacer así que pongan atención. —Hacemos silencio.

Comienza a decir nombres, cierro los ojos al no escuchar el mío.

—Por último, sangre. —Dice el chico.

Abro los ojos y camino a la sala de armas, varias compañeras me ven y no dicen nada, es un milagro.

—Muy bien señoritas agarren la pistola y apunten a la diana, pongan los audífonos. —Todas lo hacemos sin chistar.

Por mi parte me concentro un poco, miro la diana lista para disparar.

—Disparen tres tiros. —dice el jefe se escucha su voz baja por los audífonos.

Justo al momento da la orden disparo los tres tiros y todos van al centro. Miro al jefe y me señala la sale donde estábamos hace poco.

Estoy nerviosa no voy a negarlo trato de mantener mis dones en control no quiero leer pensamiento hoy, camino al lugar donde estuve sentada hace un momento y repito la acción de cerrar los ojos.

"— Siempre estará orgulloso de ti Sangre igual mamá, sé que no he hecho un buen trabajo cuidándote pero te quiero. —Miro sus ojos rojos y sonrió un poco. "

Suspiro, unos de los tantos recuerdos de años atrás de muchos años atrás. Ojala eso fuera verdad en ese momento no pude negárselo como estarán orgullosos de una vampira como yo que mato a tantos.

Abro los ojos y miro a dos chicas paradas mirándome de reojo, abro un poco la boca y paso la lengua por mis dientes siento un poco mis colmillos.

—Muy bien señoritas ustedes 3 quedaron ahora sus perfiles se han entregado una será escogida. —Dice el jefe. 

SangreWhere stories live. Discover now