Es más que mío

891 67 27
                                    

Capítulo setenta:

Nos encontrábamos en el comedor almorzando waffles preparados por parte de Finn, a excepción de Simon quien estaba en la mecedora entretenido jugando con los pequeños peluches que esta tenía colgados.

— Desde que llegaste Finn ya prepara bien las comidas.— Dice Liam antes de beber café.

— Vamos, Finn siempre ha cocinado bien.— Sonreí.

— Liam tiene razón.— Finn suspira.— No había tanta alegría en la casa a excepción de Simon pero él no podía comer lo que yo preparara, o más bien alguien no lo dejaba comer.— Hace énfasis en "alguien" para después mirar con el ceño fruncido a Liam.

— ¿Aún no superan lo de la papilla?— Jack pregunta burlón.

— Díselo a él.— Liam señala brevemente con su cabeza a Finn para después mirarme a mi.— Salvé a tu hijo de contraer una gran bacteria.

— Bacteria tienes tú en el cerebro.— Finn exclama indignado observando a Liam.— Había preparado papilla para Simon y sabía realmente buena, además de que tenía la consistencia y el color aceptable.

— Y era tan apetecible que Simon la tiró al piso.— El sarcasmo de Liam me hace reír levemente.

— ¿De que tanto me perdí?— Pregunté riendo. 

— De mucho.— Los tres respondieron al unísono.


Y así pasó el resto del tiempo. Los chicos me estaban poniendo al día con respecto a todo lo que había sucedido al no encontrarme aquí personalmente, desde el cuidado y crianza de Simon, hasta la llegada de Erick y Drew.

Finn había decidido irse a pasar la noche con Livia mientras que Liam salió a buscar su "cena". Prácticamente solo nos encontrábamos Jack, Simon y yo en la casa.

Se sentía mucha paz. Era un ambiente bastante familiar y acogedor pero como suele suceder ya que es normal, Simon comenzó a llorar.

— Creo que tiene hambre.— Dice Jack levantándose del sofá pero lo detengo.

— Tú quédate con él, yo iré a prepararle el biberón.— El sonrió y yo me dirigí a la cocina a hacer lo que había dicho. 

Mientras hacía todo no podía evitar sentir ternura al ver los biberones, cucharitas, platitos, etc. Esto era muy tierno y delicado. Estaba sosteniendo el biberón y con otra mano echaría la cantidad de leche necesaria; me encontraba bastante concentrada calculando la cantidad pero de la nada comencé a sentir como mi cuerpo comenzaba a temblar.

Estaba temblando, y sentía como si algo quemara dentro de mi garganta. De un momento a otro quede en trance y rápidamente una escena vino a mi mente como si fuera una especie de flashback.

Solo pude ver agua sucia, mucha sangre, y oscuridad alrededor, pero todo empeoró cuando una risa jodidamente sádica se manifestó. Sentía como si estuviera a centímetros de mis oídos riendo fuertemente.

Instintivamente llevé mis manos a mis oídos para cubrirlos sin mientras cerraba los ojos con fuerza sin importar dejar caer el biberón. La risa no desaparecía y se sentía horrible, pareciera como si estuviera dentro de mi lo cual era espeluznante.

De pronto una mano sacudiéndome me hizo abrir los ojos para encontrarme a Jack preocupado hablándome. Me retiré las manos de los oídos y escuché todo perfectamente. Ya no estaba esa risa horrible.

— ¿Estás bien cariño?— Preguntó preocupado mientras me observaba detenidamente.

— Lo estoy...— Murmuré levemente dándole una mirada confundida.

— Necesitas descansar, ¿por qué no vas a la habitación y te llevas a Simon mientras yo le preparo la leche?— Suspira.— Anda, yo voy en unos minutos.

Sin decir nada más, tomé a Simon y fui a la habitación para tratar de asimilar correctamente lo que había pasado pero simplemente mi mente aún estaba algo dañada.





(...)





Yo estaba en la habitación recostada  en la cama mientras veía el techo preguntándome un millón de cosas con respecto a lo que me había sucedido en la cocina. Todo fue muy extraño, pero prefiero no recordarlo. Ahora necesito distraerme y hacer a un lado esa inquietud horrorosa.

Simon se había quedado dormido después de haber tomado su leche.

Jack quiso aprovechar para ir a darse un baño, por lo cual después de unos minutos entró al cuarto en toalla e inevitablemente mi mirada se dirigió a su espalda ancha y fuerte que un le corrían gotas de agua.

Él buscaba ropa en el cajón sin percatarse que yo lo estaba observando de una manera descarada.

— Sígueme viendo así y no me controlaré.— Dijo de la nada con picardía.

Al parecer si se dió cuenta.

Me sonrojé pero eso no fue un impedimento para provocarlo.

— Será una pena entonces, payasito.— Dije de la misma forma que el. Él volteó sorprendido pero se notaba lo
encantado que estaba.

Entonces se acercó lentamente y yo me puse de pie mientras lo observaba de una mejor manera. ¿Todo este hombre es mío? Vaya, sin duda alguna es más que mío. Todo un placer para mi.

— Todo tuyo, nena.

Y he ahí cómo me abalancé contra él envolviendo mis piernas alrededor de su cadera la cual aún tenía la toalla puesta. Nos besábamos con intensidad y perfectamente coordinados, era como tener la necesidad de querernos más a ambos.

Caímos en la cama, Jack sobre mi mientras bajaba por mi cuello dejando besos y mordidas haciéndome cerrar los ojos complacida; después procedí a quitarme la blusa y prácticamente el sostén lo retiró, o más bien Jack lo rompió. De besar y lamer mi cuello, bajó poco a poco por mis clavículas hasta llegar a mis pechos. Todo se sentía tan bien.

Finalmente ya no tenía nada de ropa encima y solo podía jadear por lo placentero que se comenzaba a poner todo. Jack bajaba cada vez más por mi abdomen hasta llegar a mi punto débil y hacer de él lo que quiera.

— Jack...— Gemí extasiada.

Cerré los ojos mientras me mordía los labios, esto era increíble. Jack hacía esto increíble. Él subió de nuevo para besarme y de ahí meterse en dentro de mi. Los gemidos y jadeos de ambos hacían eco en la habitación. Las mejillas de Jack se teñían de un color carmesí y me observaba directamente con un brillo en su mirada la cual ahora tenía un color verde azulado.

Cada vez el aumentaba la velocidad y yo cada vez me encontraba más complacida.

Esto era vida.

— Voy por ti payasito número dos.— Jack murmuró con diversión, a lo cual yo sonreí.

Y así pasó el rato. Todo fue caricias, besos, placer y más. Sin duda alguna podría hacerlo con Jack 24/7.
































































¿Qué creen que le haya sucedido a Peyton? 😮

Bad Blood (Bill Skarsgård) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora