Capítulo 19 - La noticia.

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Un dolor punzante se extendía por toda su cabeza. La sensación de que la cama giraba era irritante, provocándole ganas de vomitar. Poco a poco, abrió sus ojos para toparse con los rayos del sol que se asomaban por su ventana. Estaba en su habitación, pero... ¿Cómo había llegado ahí? ¿Qué había pasado?

—Ugh... —Dejó salir un quejido, sentandose sobre la cama con un poco de dificultad al incorporarse, tratando de recordar los hechos. Lo último que venía a su mente era alcohol, fiesta, amigos, bailar sobre una mesa... Oh, no. Esto no podía ser cierto. —Tonta, tonta... Justo lo que tenías que evitar. Ugh. —Murmuró para sí misma y la puerta de su habitación se abrió en el momento.

Reiner caminó dentro con una bandeja de comida, cerrando cuidadoso la puerta detrás suyo.

—Buenos días, preciosa. ¿Mucha resaca? —cuestionó divertido al percatarse de la expresión mal humorada de la peliverde, acercándose hasta la cama para dejarle la bandeja sobre sus piernas.

—Creo que sí, bastante. Maldición, dime, ¿qué hice esta vez? —preguntó tomando el vaso con zumo, dando un sorbo. El rubio se limitó a hacer una mueca y negar con la cabeza, lo que menos quería era recordar aquel pequeño encuentro con el azabache.

—Bebiste, bailaste, te divertiste... Pero todo fue bien. Te traje a tu habitación anoche después de eso, y me quedé dormido contigo.

Oh. Con que eso había sucedido. Sus recuerdos parecían estar borrosos y con falta de consistencia en ellos. Pero por alguna razón, unos ojos azules se atrevesaron como una estrella fugaz. Fue por apenas unos segundos, pero los suficientes como para que quedaran grabados en su mente. ¿Ojos azules? Uhm. Los únicos que podría recordar con facilidad serían  quizá los de Armin, aunque solo lo saludo al inicio de la fiesta. ¿Christa? No; apenas y había hablado un rato con la rubia. Ojos azules...

Su respiración se cortó por una milésima de segundo.

Levi.

Destellos de lo sucedido cruzaban por su mente, ella se había... ¿Caído? No, estaba a punto de caerse. Pero el azabache intervino y logró sostenerla a tiempo; ahí fue cuando sus miradas se cruzaron.

Era una sensación extraña, muy particular. El cielo azul que resguardaban los orbes ajenos en ese momento querían decirle algo, pero él no emitió una sola palabra. Solo le miraba. Y ella a él.

—¿Estás bien? —La voz de Reiner la trajo de vuelta a la realidad. Parpadeó varias veces, alejando esos recuerdos de su mente. Si eso había sucedido, ¿por qué el rubio lo había omitido? ¿Acaso le molestaba la presencia o acercamiento del capitán hacia ella? Eran tantas preguntas sin respuesta que no la dejaban pensar con claridad.

—¡Sí! Estoy bien. Ya sabes, solo me duele la cabeza. —Le sonrió de vuelta, bebiendo un poco más de zumo. —La comida se ve deliciosa, ¿Qué hora es? —Cuestionó mientras tomaba un tenedor para probar un poco. Hizo un gesto de agrado de inmediato.

—Pasan de las 12pm ya. Tienes suerte que sea domingo, de no ser así Hanji ya te habría corrido por no presentarte a trabajar. —Respondió con una tenue risa. La admiraba comer en silencio, como si cada gesto o acción que la contraria realizara fueran cosas para recordar siempre.

—No, no, no. Ni siquiera lo menciones. —Yari se rió con él, la comida estaba ayudandole un poco con todo el rollo de la resaca. Poco a poco se iría sintiendo mejor. —Hoy todo mundo debe estar descansando de lo de anoche. Recuerdo ver a varios ponerse muy ebrios, huh, ¿Eren? Creo que sí. Algunos altos mandos también, nunca creí verlos así.

—En efecto, Eren estaba ebrio. Por fortuna Jean y Armin no se le despegaron ni un segundo. Lo cuidaron hasta que no podía caminar. —Soltó una risa al recordarlo, ver a sus camaradas ebrios era una experiencia divertida después de todo— Y yo, por supuesto, tuve que traer a mi princesa en brazos porque tampoco podía mantenerse de pie.

Traveler ~ Attack on Titan / Shingeki No Kyojin  Where stories live. Discover now