Traveler ~ Attack on Titan / Shingeki No Kyojin

Capítulo 4 - Inquietud.

-¡Cielos! Me asustaste. - dijo la peliverde con cierta molestia en sus palabras pero manteniendo un semblante neutro.

El azabache estaba sentado en una silla de la entrada de la habitación, con su codo recargado en el mango del costado izquierdo y su barbilla recargada en su puño, clavando su mirada en ella, quien había salido del baño con una toalla al rededor de su cuerpo.

Sin parecer tan obvio, había logrado captar algunas gotas aún resbalando por su piel de las partes descubiertas de su cuerpo.

Así como esa era la primera vez que tenía la oportunidad de visualizar los tatuajes a lo largo de sus brazos.

Nunca en su vida había visto a una mujer así.

Descubrió que el sonrojo en las mejillas de la latina era un color natural en su piel. Daba la impresión de que tuviera un resfriado.

Todo este tiempo él creyó que realmente se sonrojaba a cada rato, pero no. Así era su rostro.

-No es mi culpa que suelas tardar tanto en bañarte. Llevo aquí ya 10 minutos. - habló, con esos orbes fríos que trataban de penetrar esa barrera que los púrpura habían puesto. Quería descifrarla, pero ella no cedía.

Yari no pudo evitar que su cuerpo la traicionara y un suave sonrojo subió a sus mejillas. Levi llevaba ahí el tiempo suficiente para haberla escuchado cantar. Que oso. Una parte de ella sintió vergüenza pero no lo demostró.

- Con todo el respeto capitán, pero bien pudo esperar afuera. - dijo ella de la manera más sutil posible y sin darle importancia, tomando la ropa que Petra había dejado en la cama y dándose la vuelta.

Tomó la toalla de los extremos, comenzó a desenvolverla de espaldas a él y a punto de deslizarla sobre su piel, logrando que las pupilas del pelinegro se dilataran.

¿Acaso se la iba a quitar frente a él? No sabía cómo reaccionar. Se quedó pasmado.

Segundos después ella volteo su cabeza a verlo, con una expresión seria pero desafiante.

-Si no le molesta, capitán, me voy a vestir. ¿Le importaría salir o al menos darse la vuelta? - dijo con seguridad en sus palabras, sin una pizca de duda o pena en ellas y esos ojos decididos sobre los suyos. No dejaba de referirse a él como usted.

Levi se quedó pasmado por unos segundos. Nunca había conocido a una mujer con tanta determinación y que poco le importara su presencia.

No parecía tener una pizca miedo, pena, ni vergüenza ante él.

¿De dónde diablos saliste...? Pensó el mayor, enderezado su postura y levantándose.

-Te veré afuera cuando termines. - murmuró dándose la vuelta, abriendo la puerta y antes de salir, volvió su mirada a ella. - y llámame Levi.

Comentó saliendo por fin, cerrando la puerta tras él y dejando una tensión en el aire.

Yari pasó su mano por su cabello, dejando escapar un bufido con su vista en el techo.

Eso sin duda alguna había sido intenso.

Por un momento sus emociones estaban a punto de delatarla pero sus instintos eran más fuertes.

¿Levi le pidió que le hablara por su nombre? Parecía un sueño. Sonrió ante el pensamiento, prosiguiendo a vestirse.

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No iba a negar el hecho de que le costó un poco de trabajo entrar en esos pantalones debido a que no subían de la parte baja de sus muslos.

Entre saltos y pataletas logró subirlos y abrocharlos. Era algo con lo que siempre lidiaba cuando compraba ropa. Era muy ancha de la cadera.