One-shots.

Si me vas a mentir... FIN

Jamás me había enamorado de alguien como lo había hecho de Ian. Fue un flechazo a primera vista en aquel bar. Fue el cómo bailamos esa noche o el cómo nos sonreímos. Fue la manera de poner sus manos en mi cintura y en su mirada sobre mi.

Especial y único.

No nos separamos desde ese momento.

Cuando me quedé embarazada, fue un shock total para los dos, pero Anahí nos dió más alegría a nuestra vida.

Nunca pensé que nuestra vida fuese perfecta. Teníamos problemas como todo el mundo y no éramos la familia envidiable de las historias de amor.

Pero teníamos nuestra propia historia.

Una historia con excursiones a la montaña o a la playa. Con fiestas de pijama con todos los peluches de Anahí. Con risas, discusiones y amor.

Amo a mi familia.

Él no.

Por mucho que llore y rogue Su traición ha roto mi corazón en dos. No puedo olvidarlo. Esa imagen no sale de mi cabeza y la excusa que me puso no es válida para mí. Nada es válido para mí porque me ha mentido.

Le he dado todo. Le he dado mi corazón, mi confianza... Todo. Él lo tenía todo de mí.

Lo echó a perder. No es mi culpa, claro que no.

Las peleas y las discusiones siempre han quedado atrás entre nosotros. Tiene razón, hemos estado distanciados porque no hemos tenido mucho tiempo y tenemos una hija pequeña a la que tenemos que atender porque somos padres.

Todos los buenos momentos me hacen daño porque pensé que él los estaba viviendo igual que yo. No pensé que estuviese pensando en otra cuando estábamos en la cama, cuando estaba pasando sus manos por mi cuerpo.

¿Me quería? ¿Era capaz de decirme que me amaba y no hacerlo? ¿Por qué mentirme de esa manera?

Vivo en casa de mamá aunque Ian ha insistido en que me quede en casa. No puedo, demasiados recuerdos en aquellas paredes.

Mi anillo de compromiso se quedó en el suelo aquella tarde en la que ambos estuvimos llorando porque se acababa, todo se acababa y él lo sabía.

— Mamá —Anahí me saca de mis pensamientos y me acerco a ella.

Estamos en el jardín de mi madre, coloreando. Ha estado triste durante unos días porque Ian no estaba aquí para darle las buenas noches, por lo que he tenido que llamarlo para que hoy venga a darle las buenas noches.

Ian pasaba todos los días después del trabajo y se llevaba a Anahí al parque, a comer helado o a McDonald's.

¿El problema? Cuando Ian se iba, ella se quedaba llorando porque no quería que se fuera.

Se me caía el alma a los pies en ese momento.

He conseguido un trabajo en una cafetería cerca de casa y empiezo mañana.

Estoy feliz de que voy hacia delante poco a poco, siendo fuerte, pero en las noches, aún hecho de menos sus caricias y sus besos. Hecho de menos tenerlo ahí aunque no nos toquemos, escuchar su respiración y mirarlo. Me encantaba mirarlo.

El timbre suena y Anahí salta de la silla. Sus colegas se mueven de un lado a lado al igual que el vestido que le he puesto hoy.

Mi madre está trabajando, así que, no me queda de otra que abrir yo, pero ya la niña está saltando sobre los brazos de su padre cuando llego.

Los ojos de Ian se encuentran con los míos mientras abraza a Anahí y me mantengo firme porque no me importaría echarme sobre sus brazos mientras me pide perdón una y otra vez.