ADA. FIN

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Estoy en una habitación de la hacienda que hemos escogido para el gran día. Me miro vestida de blanco en el espejo de cuerpo entero que allí se encuentra mientras mamá le riñe a Ada porque es la décima vez que le pone bien su diadema. Las miro por el espejo y un gran suspiro se escapa de entre mis labios.

— Estás preciosa —mi mejor amiga se pone detrás de mí y le sonrío.

— Gracias, tú también —me giro y observo su vestido negro, elección mía. Se acabó mi soltería.

—¿Podrás llevar los anillos sin caerlos, Ada? —Le pregunto poniéndome de cuclillas cuando ella se acerca.

—¡Por supuesto! —Vuelve a tocarse la diadema y mi madre se resigna.

— ¿No te gusta?

— Me aprieta —se queja.

Le quito la diadema y hago una mueca, se supone que le quedaba bien cuando se la probé en la tienda.

— Tengo unas horquillas con adornos por ahí —le digo a mi madre- ¿me las acercas? —Ella asiente y recojo una parte del pelo de Ada con esas horquillas— ¿Mejor?

Ella asiente y llaman a la puerta. María se asoma y después me mira.

— Es Eric, quiere verte.

— ¡Papá!

María abre la puerta y Ada salta a sus brazos. Su traje de chaqueta le queda fenomenal y la sonrisa que pone cuando recibe a nuestra hija en sus brazos, hace que sonría.

— Pareces una princesa —besa su mejilla y después me mira— ¿Puedo hablar contigo?

— Claro.

Miro a mamá, que asiente y saluda a Eric poniendo la mano en su brazo antes de ir detrás de María, que se lleva a Ada de la mano. Él cierra la puerta y se gira. Sus manos se meten en los bolsillos y alzo mi ceja izquierda.

— Estás preciosa.

— Gracias, a ti no te queda mal el traje.

-Lo sé -pongo los ojos en blanco y él se ríe- La primera vez que me puse un traje, no dejaste de repetírmelo -saca las manos de sus bolsillos y se acerca un poco a mí.

-¿Es la segunda vez que te pones un traje? -Pongo bien su pajarita cuando se acerca lo suficiente a mí.

-Sí, es la segunda vez.

Ambos nos quedamos callados y él pasa sus manos por mis brazos desnudos hasta que sus manos sujetan las mías y les da un leve apretón.

-¿Ocurre algo?

-Sabes que no siento que pertenezca a algún lugar -asiento-, pero mi casa siempre estará donde Ada y tú estéis, aunque te cases. Sé que es muy tarde para decir lo que siento, Lu, pero yo debería ser el hombre que te esperase en el altar hoy -el corazón se oprime en mi pecho-. Pero no eres para mí, siempre lo he sabido.

-Eric... -Pongo mi mano en su brazo.

Él nunca ha estado cerca de nosotras y sé, que es difícil que se quede en un mismo sitio por más de dos años, por lo que hice mi vida.

-Sé que te casas con un buen hombre, Lu. Sé que adora a Ada y te adora a ti, aunque no sé si tanto como yo -pone una mano en mi mejilla y su otra mano sujeta la mía libre, que está temblando-, pero te merece y merece a Ada. Ella se merece una figura paterna que esté.

-Nadie va a reemplazarte, Eric.

-Pero él será como su padre y estoy conforme con eso. La cuidará como yo no puedo hacerlo y como nunca he hecho.

Mi labio inferior tiembla y mis ojos se llenan de lágrimas. Supongo que siempre he esperado esto, pero no ahora.

-Podrías haberlo hecho.

-Lo sé -su rostro se pone a centímetros del mío-. Por eso sé que ambas os merecéis a alguien mejor, alguien que esté -Una lágrima se escapa y desciende por mi mejilla y él la limpia con su dedo- No llores, por favor. Estás preciosa, vas a arruinar tu maquillaje y sé que tú amiga no tiene buenas pulgas y pateará mi trasero.

Me río un poco y niego con la cabeza.

-Podrías habérmelo dicho antes.

-¿Y dejar que no hicieras tu vida por si algún día yo maduraba? No, Lu -pega su frente a la mía y un suspiro tembloroso sale de entre mis labios. Cierro los ojos- Te quiero, mucho y también a Ada.

-Nosotras también te queremos.

-¿Siempre?

-Siempre -abro mis ojos y me encuentro con los suyos.

Él sonríe un poco y me atrae a su cuerpo. Lo rodeo con mis brazos y cierro los ojos, sintiendo sus grandes brazos rodearme y estrecharme contra él. Lo admito, siempre voy a quererlo y lo más difícil será aceptar que es alguien que nunca será mío porque él no está preparado para que sea suya.

-Sé feliz, ¿Vale?

-Tú también.

Él se aleja un poco de mí y deja un beso en mi frente.

-Será mejor que salgamos, no quiero saber lo que estará pensando tu madre.

Sonrío y lo dejo ir.


Mientras camino al altar de la mano de papá, veo a Rob, emocionado a los pies del altar. Él es increíble, conmigo y con Ada. Aceptó a Ada y la quiere y trata como si fuera su hija. Eric le dio el visto bueno, por supuesto, era el hombre que iba a vivir con su hija, pero yo sabía que aprobaría.

Antes de coger la mano de Rob, veo a Ada sentada en las piernas de Eric y sonrío con tristeza.

Yo también he sabido siempre que no era para mí.

Al menos en esta vida.

FIN

¿Probablemente esto se convierta en una historia?

Sí.

Porque tiene juego.

Así que, estad pendiente a Twitter e Instagram para cuando suba la historia.

Hay veces que el amor, no gana. Al menos no con las personas que queremos en cierto momento.

Espero que nos leamos pronto por aquí o por alguna de mis otras historias y también espero que os haya gustado esta historia corta. 🤍

Ya sabéis que los militares son mi debilidad y lo seguirán siendo hasta el fin de mis día jajajaj

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⏰ Última actualización: Feb 08, 2023 ⏰

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