BUMBLE

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11 de Agosto del 2018

Rota, Cádiz, España 06:52 pm

Me miro al espejo del baño una última vez antes de salir de la habitación. Me acomodo una última vez la camisa negra y salgo del baño para coger mi cartera y las llaves. Le había dicho hacía unos días que ella no tenía ganas de venir. La veía insegura y no quería que lo estuviera. Sin embargo, para mi sorpresa, había venido.

Así que, quedamos en un lugar cerca de la playa, en el paseo marítimo. Me había enviado en su ubicación y mi corazón latía fuerte contra mi pecho cada vez que me acercaba al destino con ayuda de google maps.

Nick: ¿Estás allí?

Lía: Sí, esperándote.

Nick: ¿Qué llevas puesto?

Lía: Me reconocerás.

Miro hacia mi alrededor viendo a la gente caminar de un lado a otro, y miro en las terrazas de los bares hasta que veo a una chica sola en una mesa. Me acerco un poco para verla bebiendo. ¿Sería ella? Sigo caminando y me pongo frente a ella hasta que levanta la cabeza de su móvil. Era ella.

Una sonrisa tira de mis labios y ella también sonríe. Se levanta y me acerco a ella para dejar un beso en cada mejilla.

Hola —la saludo en español.

Hola —responde.

La observo y termino sentándome en frente.

— ¿Quieres una cerveza? —Pregunta.

— Sí, por favor.

Ella se levanta y la observo ir dentro del bar. Frunzo un poco el ceño y miro a mi alrededor esperando ver a alguna de sus amigas sentadas alrededor, vigilando, pero no veo a nadie que nos esté mirando. Ella llega con una cerveza en su mano y la pone frente a mi para después sentarse. Examino su cuerpo antes de que lo haga y la miro.

— Pensé que no ibas a venir —digo cogiendo la cerveza.

— Yo tampoco —se encoge de hombros.

— ¿Todavía te gustan mis ojos? —Le pregunto.

Lía ladea su cabeza hacia un lado mientras una sonrisa cruza su rostro.

— Sí.

— Yo sigo pensando que eres preciosa.

La sonrisa no abandona su rostro y observo su mano coger la cerveza y antes de llevarse el vaso a la boca dice: — Gracias.

— ¿Tus amigas están aquí?

— Sí —deja el vaso sobre la mesa—, siguen en la playa.

Observo que tiene la cuerda del bikini amarrada a su cuello y su piel está un poco rojiza.

— ¿Te dejaran venirte conmigo?

Ella alza sus cejas y niega con la cabeza.

— No te he entendido —dice.

— Creo que vamos a necesitar el traductor —me levanto y saco el móvil del bolsillo para dejarlo sobre la mesa.

Lía me observa y bajo su atenta mirada, entro en el traductor de google y escribo lo que quiero decir.

¿Tus amigas te dejarán venir conmigo? —Pregunto con dificultad en un pésimo español.

Ella me quita mi teléfono de las manos y veo sus dedos pulsar la pantalla hasta que sonríe y me mira.

— ¿Quieres que vaya contigo? —Pregunta en inglés.

— Sí, por supuesto.

Lía vuelve a mirar hacia mi móvil y me acomodo sobre la silla mirándola entretenido, esperando a que traduzca lo que me quiere decir.

— ¿Y si eres un secuestrador o algo así? —Pregunta.

— ¿Qué? —Me río—. No, no lo soy —le quito el teléfono y borro lo que ella ha escrito.

Te dije que cuidaría de ti —digo en español después de intentarlo un par de veces haciendo que ella riera un poco.

— Okay —dice terminándose su cerveza y se levanta.

— ¿Dónde vas?

— Quiero otra cerveza. ¿Quieres otra?

Miro mi cerveza que aún está casi llena y asiento porque voy a bebérmela en cuanto ella se dé la vuelta para volver al bar. Eso mientras observo su culo moverse hacia dentro del bar, claro. Me bebo la cerveza antes de que ella llegue y pone el vaso delante cuando llega y se sienta de nuevo frente a mí.

— No eras tan fea como decías.

— Oh, gracias. Tú tampoco.

— Gracias —sonrío—. ¿Vendrás a cenar conmigo?

— ¿Tacos y tequila? —Pregunta con una ceja alzada.

— Tacos y tequila —sonrío abiertamente.

Doy con las yemas de mis dedos en la mesa mientras la observo. Ninguno de los dos sabemos qué decir y está matándome porque no quiero que esto sea incómodo.

— ¿Bebes mucho? —Pregunto.

— No te creas que soy una borracha —se ríe—. Bebo lo que quiero y cuando quiero.

— Vaya, no necesitas el traductor ahora.

— Esa frase la tenía preparada. Me gusta la cerveza —se encoge de hombros— y el tequila. Bebo de todo un poco.

Su teléfono suena encima de la mesa y ella mira la pantalla. Lo coge y lo pone en su oído. Empieza a hablar en español mientras pasa su dedo por el vaso de cerveza y aprovecho para beber. Ella cuelga y se termina la cerveza.

— Mis amigas se van —dice señalando hacia la playa— Hmmm... tengo que ir a...

— ¿Te vas?

— No, no eh...

Le tiendo el teléfono y ella me agradece solo con su mirada para después escribir y darme el teléfono de nuevo. Tenía que ir a recoger sus cosas.

— Te acompaño —digo levantándome—. ¿Has pagado?

Ella asiente y se levanta.

— ¿Temes que me vaya?

— Sé que no te vas a ir.

Lía dice algo en español y ríe negando con su cabeza. También sonrío y meto las manos en mis bolsillos mientras caminamos por el paseo marítimo, aunque no mucho.

Veo a dos chicas paradas y una de ellas mira hacia nosotros para después sonreír. No sé si quedarme a una distancia prudente o acercarme y escojo la primera opción. Lía se acerca y coge una pequeña mochila morada para después quedarse hablando un poco con ellas y despedirse. Se gira y camina de nuevo hacia mí mientras sus amigas nos miran. Las saludo con la mano y ellas me saludan de vuelta.

— Estoy lista.

Sonrío y pongo mi brazo alrededor de su hombro.

— Te voy a llevar a comer los mejores tacos del mundo. 

One-shots. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora