ADA

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Eric me besa con desesperación mientras todos duermen. Sigo su beso demandante y me aferro a él.

Sigue habiendo tensión entre nosotros a pesar del tiempo. No he encontrado aún a nadie con el que me sienta tan atraída y eso, eso es un problema.

Mi corazón está a bien a salvo, aunque no sé por cuánto tiempo. Pasar tanto tiempo aquí con él no me viene bien. Veo la forma en la que trata a Ada, en la que le sonríe y la abraza. Veo el amor en sus ojos y cuándo me mira a mí... No sé lo que veo.

Sus labios bajan a mí cuello y sonrío, apartandolo.

— Es tarde —susurro.

Su frente se pega a la mía y respira hondo mientras sus dedos aprietan un poco mis caderas.

— Tienes razón —deja un pequeño beso en mi frente— Descansa, Lu —se separa de mi.

— ¿No vas a la cama?

— Necesito ir un rato al gimnasio.

— Eric y su manía de ir al gimnasio de madrugada.

— No he ido en dos días, aunque sabes que lo odio.

— Lo sé, buenas noches.

Él asiente y entro en casa. Con la linterna de mi teléfono alumbro hasta la parte de arriba y me acuesto en la cama de Eric junto a Ada. Nos ha dejado su habitación y sus padres ocupan la de invitados.

Él duerme en la sala.

Me acuesto al lado de Ada después de poner el teléfono a cargar y escucho su pausada y tranquila respiración.

Me hubiera gustado que todo esto hubiera sido diferente y haberle dado un padre que estuviera siempre con ella. Que celebrara sus cumpleaños, la navidad y le diera un beso de buenas noches todos los días.

Abro los ojos cuando noto la cama hundirse y veo que Eric está acostándose al lado de Ada.

No digo nada y vuelvo a dormirme.

A la mañana siguiente, mi primera imagen es Ada dormida casi encima del torso de Eric. Alzo una ceja y alargo mi mano para coger mi móvil y sacar una foto del momento.

Seguro que le encantará tenerla.

Me acuesto de nuevo y veo que ella mueve su cabeza y me mira. Está despierta.

Le hago una seña para que se mantenga en silencio y ella vuelve a cerrar sus ojos, abrazando más a Eric.

Nos queda un día aquí, solo un día y volveremos a la rutina.

Ada se incorpora y me levanto porque va a despertar a Eric. La cojo en brazos intentando no despertarlo y él se mueve un poco, pero no se despierta.

Bajamos a la cocina y veo a Gloria allí, preparando café.

— Buenos días.

— Buenos días —me sonríe— ¿Café?

— Sí, por favor.

Dejo a Ada en el suelo y ella se va al sofá a ver la televisión. Ya se sabe cuáles son los canales de dibujo.

— ¿Eric está durmiendo arriba?

— Sí.

Empiezo a prepararle el desayuno a Ada bajo el silencio de Gloria. Sé que quiere preguntarme muchas cosas, pero probablemente no tenga respuesta para ninguna.

— No hay nada entre nosotros —digo.

— Bueno, no lo parece...

— Él solo quiere pasar tiempo con Ada y la cama es lo suficientemente grande para los tres.

One-shots. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora