31|Bienvenida

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LOGAN

Hasta ahora mi idea de que los únicos amigos de Dylan son algo extraños no cambia. Desde que me pateó el trasero en la evaluación que tenía con Donovan la he estado observando y esto es lo que tengo de su círculo cercano: los Connor, quienes creí tenían una relación totalmente diferente a lo que es, una chica que dice lo que piensa y a veces la ve como si le gustara y un chico totalmente tímido y quien merece el título de ‹‹nerd›› al cien por ciento. Al último lo reafirmo cuando el chico cuatro ojos se aleja de nosotros con una mueca en su rostro.

—Lo espantamos —comenta mi pelinegra, elevando la cabeza para conectar con mis ojos. Su rostro es la definición de timidez y vergüenza con esas mejillas en un tono carmesí.

Le sonrío ladino. —Solo hablo con la verdad.

Dylan se pega más a mí y yo doy pasos atrás hasta poder recostarme en la mesa de atrás, todo sin soltar mi agarre en sus bolsillos traseros y más bien, reafirmar mis manos en el lugar.

—Creo que tus manos ya se pusieron cómodas ahí, eh —agrega, haciendo círculos invisibles sobre mi pecho, dejándome ver el sonrojo de sus mejillas, pero a la vez lo cohibida que se nota. Doy una rápida mirada alrededor, todos tienen la vista puesta en nosotros y es cuando recuerdo que ella no es muy fan de eso. Pero... a mí me encanta llamar la atención. Así que meto mis manos más hasta poder agarrar la carne que hay—. ¡Logan!

El chillido de Dylan es seguido de un golpe reflejo en mi pecho, ella alejándose e incendiándose de un rojo fuerte en su cara y cuello. Lamo mis labios y río un poco por su reacción tan tímida, pero escandalosa. La observo y ella está desviando la mirada de un lugar a otro, viendo a todas partes; me doy cuenta de que hasta los imbéciles de los extranjeros tienen los ojos puestos en ella y algo se activa en mí. Ella intenta ocultarse entre su cabello, encogiéndose de hombros mientras estira de sus mangas hasta cubrir sus manos en ellas. Estiro mi brazo y tomo el final de su gigante camisa, acercándola a mí con sus pasos siendo algo torpes mientras me ve de una manera inocente y asustadiza.

Le sonrío y llevo mi mano su mejilla, acariciándola y luego, pasándola por su cuello para acercarla a mí hasta que la empiezo a besar con ganas. Diferente al beso de antes: un beso provocativo, lleno de deseo y rabia, un beso que le deje ver a toda población estudiantil que esta pequeña pelinegra es mía y de nadie más. Ladeo la cabeza y profundizo más, abriendo paso a mi lengua y robándole un pequeño gemido que me hace sentir orgulloso y muy satisfecho.

—Eres mía —le digo cuando nos separamos, nuestras frentes pegadas antes de que le dé un último beso igual de intenso—. Y sabes a pizza.

Dylan rueda los ojos y niega con la cabeza, lamiendo sus labios y acercándose a mí hasta abrazarme. La rodeo por la cintura y descanso mi barbilla en su cabeza, viendo en dirección de esos extranjeros, dándoles a entender que ya es muy tarde para ellos. Ambos se dan una mirada rápida y vuelven a su conversación con los demás como si nada. Vuelvo mi vista al resto de personas presentes, todos ven con respeto; nadie se mete con lo que considero mío. Y nadie va a joderme esto. Menos los imbéciles esos.

—Tengo hambre —murmura con una voz baja.

La separo de mí y la miro con arrogancia. —Yo te puedo saciar de muchas maneras.

Dylan frunce el ceño.

—Eres un pervertido de primera.

Niega con la cabeza sonriendo y se separa de mí, con sus cosas se dirige al interior de la escuela, en busca de la cafetería. Sonriendo, divertido, la sigo hasta pasar mi mano por su cintura y acompañarla.

#

DYLAN

Quisiera decir que me pasé la noche sin poder dormir por no aguantar la espera de que Becca regresase al fin. O por tener al chico más lindo de la escuela como mi algo. Pero mentiría. La verdad es que dormí a lo que se le diría ‹‹taaaan ricooo››. Nunca creí que esas pastillas para el dolor fueran tan efectivas que me hicieran dormir como una bebé.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora