22|Recuerdos

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Cuando terminó la clase de matemáticas me quedé pensando en todo lo sucedido hasta ahora, en el resto de mis clases no he podido dejar de darle vueltas a todo el asunto. Primero, me encontré a un Logan enojado y con mi casillero abollado; después, sucede que estoy en el equipo deportivo donde soy la única chica; y, por último, resulta que le gusto a Logan. Analizando toda mi mañana, me doy cuenta que este chico parece medio bipolar.

—Y raro —suelto en voz alta.

—¿Qué o quién es raro? —pregunta Sebastian a mi lado, ni siquiera lo había notado ahí.

—¿Ah? —intento conectarme. Sebs alza una ceja porque sabe que realmente si le escuché—. Harris. Él es raro y algo bipolar.

Aunque, entre los dos nos vamos a penales con eso último.

—Y ¿eso por qué? —se le ve interesado y no lo culpo, no le he contado mucho estos últimos días.

—Porque —alargo la "e" al no saber cómo explicarle a mi mejor amigo que le gusto a un idiota—, resulta, pasa y acontece que en la primera hora le caía mal a Logan y hace unas horas me confesó que le gusto.

Aprieto los labios en una línea recta, buscando los ojos de mi amigo para poder ver su reacción. Sin embargo, lo que encuentro es nada. Nada. ¿Acaso este chico no se preocupa por mí?

—¿Ni una reacción? —me sobresalto a mitad del camino a la cafetería con sarcasmo—. ¿En serio? ¿Acaso ya no me quieres, ya no te importo?

Sebastian empieza a reír de mi exagerada reacción y de seguro de mi cara. Hago un ademán y él se acerca a mi hasta rodearme con un brazo.

—Tranquila, tigre —intenta calmar su risa, y exitosamente lo logra—. No sé quién le contó a alguien, que le contó a Becca todo eso. Pero no lo último. Eso sí es nuevo, aunque se veía de lejos, a decir verdad.

‹‹Becca››, diablos. Me había olvidado por completo de ella. Le prometí que le llamaría cada día, pero he estado muy estresada con el tema de chicos, cosa a la que no estoy acostumbrada y por otro lado, he intentado avanzar lo más que puedo en unas tareas. Cuando más la necesito es cuando esta tonta castaña no tiene que estar.

—Joder —maldigo por lo mal amiga que me he estado comportando con ambos. Dejo caer mi cabeza sobre su brazo—. No le he contado nada a ella.

—Me di cuenta —responde Sebs con una sonrisa ladina de superioridad.

—Calla —le ordeno en un tono desganado, rodando los ojos—. Y ¿cómo fue que ella lo descubrió?

—Ya te lo dije, frambuesita —en un movimiento rápido me da un pequeño golpe en la sien derecha—. Ahora, dime que se siente gustarle a un deportista del talle de Logan Harris.

Le miro mal por unos segundos, vuelvo a rodar los ojos. Antes de responder, nos ponemos en la fila para pedir nuestra comida. Me encanta comer, pero ahorita mi apetito se ha reducido a la mitad. Porque podré tener un mal día, pero la comida nunca me falla. Mi única constante en la vida.

—La verdad —empiezo y doy dos pasos en la fila—, es extraño y tú sabes el por qué.

Sebs asiente con mucha comprensión, frunciendo su entrecejo mientras sus ojos denotan una tristeza y gran empatía hacia mí. Uno más que sabe la razón de mis ahora pequeñas inseguridades. Mientras nos sirven nuestro almuerzo, yo estoy a punto de agregar algo más, pero todo se detiene cuando el trío más popular de todo Monroe se abre paso en el lugar: Logan a la cabeza, James y Jace a sus lados. Por alguna extraña razón, los tres vienen con el cabello mojado y sus camisetas salpicadas, llamando aún más la atención de las chicas. Ruedo los ojos cuando entre carcajadas y bromas se forman en la fila, como si fueran las estrellas más brillantes del universo.

El deportista y ¿la nerd? [PI #1] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora