Capítulo 32

68 4 0
                                    

Los susurros de la gente sonaban más como gritos de reproche para mi cabeza, y las miradas

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Los susurros de la gente sonaban más como gritos de reproche para mi cabeza, y las miradas..., era cierto que a veces una imagen valía más que mil palabras.

Mi mano libre se abría y se cerraba por la incomodidad. Ninguna frase concreta podía ser sostenida por mi garganta en este momento, el temor y la presión en la que ahora estaba sometida no me lo iban a permitir.

No obstante, no iba a dejar que me difamara frente a todos sin al menos intentar defenderme un poco. Así que, con lo poco de seguridad que me quedaba, le hice frente.

—N-no es cierto lo que dices, no es así... —dije sin poder evitar tartamudear. Sentía como si el mundo entero me estuviera asfixiando.

La pelinegra soltó una carcajada que reflejaba el asco de persona que era.

—¿De verdad crees que voy a llamar a un noticiero y decirles que realicen una transmisión nacional sin tener pruebas? Sólo bastó con hacer unas cuantas búsquedas para encontrar imágenes de ti posando junto a tu muy, muy adinerada familia.

Más y más comentarios se alzaban alrededor y yo no sabía qué hacer. El corazón me golpeaba el pecho como si quisiera escapar de él. ¿Por qué me estaba pasando esto?

—¡Ya es suficiente! —Ed, rojo hasta más no poder por la furia, no se contuvo más y se posicionó delante de mí para que no pudieran seguir filmando y divulgando mi vergüenza—. Aquí no hay nada que grabar. Déjenla en paz o...

—¡Pero si casi se me olvida! —Volvió a tomar mando del micrófono—. El noviecito humilde de la billonaria al cual usó para hacerse pasar por una pobre empleada y así conseguir una beca universitaria.

Si antes estaba alarmada, ahora más con aquella afirmación. El rostro de Ed se entruñó, obviamente sin creer una sola palabra de lo que Paula decía.

—No sé de qué carajos me hablas, pero me importa una mierda. No voy a permitir que sigas difamando a Claire. Eres una mal...

—Vaya que te embobó, ¿no es cierto? —Negó con la cabeza varias veces mientras chasqueaba la lengua—. Al parecer, tendré que abrirte los ojos acerca de quién te enamoraste.

Paula se volteó para susurrarle algo al camarógrafo y este en seguida asintió para obedecer cual fuera su orden. Ed me miró inseguro buscando consuelo en mis ojos, pidiéndome que lo convenciera de que no había nada por lo que tuviera que preocuparse.

De improviso, todos empezaron a encender sus celulares. La reacción en sus rostros por lo que estaban observando me llenó de aún más mortificación. ¿Qué era lo que estaban viendo?

El camarógrafo le extendió una tableta a Paula y esta se la entregó a Ed.

—Ten. Las cosas se evidencian con pruebas. —Al decir aquello último, me miró a mí con gran maliciosidad.

Reescríbeme ©Where stories live. Discover now