Capítulo 04

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Me senté en la cama y me di un momento para reconsiderar la decisión que estaba a punto de tomar, pero esta se mantenía vigente

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Me senté en la cama y me di un momento para reconsiderar la decisión que estaba a punto de tomar, pero esta se mantenía vigente. Si para mí ya había sido difícil tener que escuchar detrás de la puerta lo que mis padres conversaban, sólo imagínense cómo había surgido todo después.

Peleas tras peleas tras peleas, había sido una semana muy tensa para todos. Ya no importaba si estaba escuchando detrás de la puerta o no, de todas formas todos mis sentidos tenían acceso a ellas.

Mi padre seguía insistiéndole a mi madre que no tenía de qué desconfiar, que nada de lo que estaba diciendo era cierto. Mi madre por su parte no estaba muy bien que digamos, se sentía traicionada y muy dolida.

Yo... yo apenas entendía lo que estaba sucediendo. A ellos no parecía importarles mucho mi confusión y mi impresión, estaban sumidos en su nube de discusión. Realmente no supe bien cuándo el matrimonio de mis padres empezó a quebrantarse.

Por esa misma razón, decidí irme a pasar el resto del día en casa de Chad y no volver a casa hasta que las cosas se arreglaran. Cuando esto pasara, regresaría y volveríamos a ser la familia feliz que siempre habíamos sido.

, que siempre habíamos sido.

Bajé con un pequeño bolso de ropa, pensaba pasarme aunque sea unos dos días en casa de Chad. Igual, el semestre terminaba en esta semana y estaba exenta de casi todas las pruebas finales. Me haría bien quedarme junto a él, su compañía y calor me ayudarían a olvidar por un momento el horroroso tormento que estaba viviendo aquí en casa.

—Volverás a la universidad, ¿cierto? —La calmada voz de mi padre me hizo parar mi caminata hacia la puerta.

—No, no iré.

—¿Y a dónde vas?

—A casa de Chad —traté de no darle mucha información sobre lo que iba hacer. Muy en el fondo temía que mi padre creyera que quisiera abandonarlo.

—¿Vas a quedarte allá? —inquirió observando cuidadosamente mi bolso de ropa—. ¿Y cuándo volverás?

Suspiré mirando el suelo. Ya no tenía caso de que siguiera ocultándole mis planes. Era mi padre, hiciera lo que hiciera no podía dejar de decirle la verdad.

—No sé cuándo volveré, papá. Necesito un tiempo.

—¿Un tiempo? —Se acercó a mí y colocó sus manos encima de mis hombros—. Hija, si esto es por lo de tu madre y yo, no te preocupes, lo resolveremos. Te lo prometo. No tienes que irte por eso.

—Pero papá...

—Tu madre siempre está histérica y lo sabes, no creas nada de lo que está insinuando. Yo jamás le haría daño a ella —Sujetó mi rostro entre sus manos—, a ti.

Negué con la cabeza incrédulamente. Sí, creía en mi padre, me había dado todo el amor y todo el apoyo que había necesitado, mientras que mi madre dejó de hacerlo hace mucho.

Reescríbeme ©Where stories live. Discover now