"Si no te gusta cómo está yendo tu historia, arranca la hoja, empieza de nuevo y reescríbela".
Claire Winkle parecía vivir en un verdadero cuento de hadas: con una belleza digna de una princesa, un novio encantador, amigas a las que consideraba las...
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Construcción. Celos. Notas.
Esa es la descripción de cómo ha sido el último mes para mí.
Los padres de Valerie comandaron a una prestigiosa constructora en Londres, Paladium Co., y contrataron a los mejores arquitectos y diseñadores para la remodelación del local. En menos de dos semanas, el proyecto de levantar un nuevo y restaurado D'Smith Mercado y Licorería comenzó a llevarse a cabo. Estaba tan sorprendida y a la vez agradecida por todo lo que Valerie ha hecho para ayudarnos. Ojalá la vida pueda compensarle dándole esa felicidad que carece su interior.
Casi todo fue demolido, incluyendo partes de la casa que estaban anexadas a la tienda. Por tal razón, los Smith se vieron obligados a abandonar la casa y hospedarse en el departamento de Patrick y Dakota. He intentado mantener mi mente enfocada con todas las responsabilidades que he tenido, pero el hecho de que Ed y Dakota están viviendo bajo el mismo techo no ha dejado de irrumpir en mi mente. Simplemente no puedo dejar de pensar en ello.
Otra cosa que ha estado carcomiendo mi cerebro, es el tema de las notas. Casi una decena de ellas me han llegado. No importa qué haga para evadirlo, siempre que estoy en la biblioteca percibo su celaje y segundos después, encuentro una nueva nota de papel colocada sobre mi bolso o mi cuaderno. Y lo peor de todo, es que no puedo descifrar sus mensajes, no encuentro ninguna pista que me guíe hacia ella. Lo único que puedo hacer es quedarme con la enorme incógnita, aunque eso me esté matando.
—Será mejor que dejes de escribir —sugirió Thomas—, o sino tus dedos se quedaran así.
Solté un resoplido haciendo caso a lo que me decía. Era cierto, las manos ya se me estaban acalambrando por tanto reescribir tipografías y garabatos en intentos fallidos de desglosar las frases.
—Esto me está enloqueciendo, Thomas —confesé recargando todo el peso de mi espalda en la silla de mi escritorio. Este me miró con compasión.
—Te entiendo, todo es muy extraño —comentó revisandolas. Tenía que admitir que él era más valiente que yo, apenas podía mirarlas—. La última es la más confusa.
Posé mi vista en ella la cual se hallaba encima de mi escritorio, llevaba varias horas intentando descifrarla. La tomé entre mis dedos para volver a examinarla con el mismo escalofriante sentimiento de la última vez.
<<Hay hojas Incendiándose en Lagunas al Lado del Sol .>>
—¿Qué significa? —pregunté desesperada lanzando la nota hacia la mesa. Thomas sólo negó lentamente con la cabeza mientras miraba a todas partes, sin saber qué responderme—. Tiene que haber alguna especie de patrón en las palabras, pero no soy capaz de adivinarlo.
—Bueno, nunca lo harás estando así de estresada. Tómate un descanso, Claire, lo necesitas. —Suspiré asintiendo mientras cerraba la computadora de una vez por todas—. Oye, supe que Valerie y tú se están encargando de la remodelación del local que está cruzando la calle.
