Capítulo 72-¿La cabeza te funciona bien?.

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-¿De verdad que lo tienes claro?

-Si presi. Es lo mejor que hay.

-Bueno, te dejo esta semana para que lo pienses mejor Selene, eres una de las mejores fisioterapeutas que hemos tenido y además tu relación con los chicos y con el resto del cuerpo es excelente, piénsalo otra vez por favor.

-Está bien, aunque le adelanto que no creo que cambie de idea.

Florentino me da los papeles de la baja y salgo de su oficina.
He pedido mi dimisión, más que nada por el niño, una vez que nazca no quiero viajar por ahí y que Marco y yo estemos muy lejos de él. Sé que están Gilberto, Igor y mi padre para ayudarnos, pero no quiero que el niño sea una carga para nadie.

Vuelvo a la sala y cuando Nora me ve con los papeles de la baja en la mano se entristece un poco.

-Jo que mal, me cago en la estampa de Asensio-contesta cruzándose de brazos-¿Por qué tenía que hacerte un bombo?

-Déjalo Nora-dice Adam sonriendo-Al menos se va por eso y no por una enfermedad.

-Tía te voy a echar de menos.

Nora se levanta y me abraza con cuidado de no lastimar mi barriga de seis meses.
Si, ya estoy de seis meses y ya le contamos a todos que estoy embarazada. Nora empezó a gritar de la emoción y me dió las cosas que había comprado ella para su bebé.

-Pero vamos a ver, que se va para tener un hijo, que no se va para siempre-dice Adam riendo y yo agacho la cabeza-¿Qué pasa Sel?

Me separo de Nora y le doy la mano.
-He pedido mi dimisión a Floren, no quiero que el niño sea una carga para nadie.

Nora abre sus ojos asombrada y Adam se lleva las manos a la cabeza.

-¿Tu eres gilipollas o persigues coches aparcados?-pregunta Nora enfadada-No te doy una ostia por el bien del niño, porque sino ya estarías en el suelo.

-Yo también te quiero Nora-respondo irónica y me siento en el escritorio-No quiero irme por ahí lejos y que se quede aquí con sus abuelos, no quiero que nadie se siente obligado a cuidarle.

-Pero Selene ostia, a ti la cabeza no te funciona. ¿Cómo coño quieres que..

-¿Asensio sabe algo de esto?-pregunta Adam interrumpiendo a Nora, niego con la cabeza y los dos chasquean su lengua a la vez-Pues no creo que le haga mucha gracia.

Encojo mis hombros y voy al ordenador a rellenar unos papeles.

Entiendo que se enfaden, pero también me gustaría que entendieran mi decisión. Sé lo que se siente al tener a tus padres a miles de kilómetros de ti y tener que depender de abuelos o amigos, no quiero que pase eso.

(...)

Llegamos a casa y Marco abre la puerta para que pase. No quiere que haga nada, cómo siempre desde que se enteró que estaba embarazada.

Mi padre nos la lío un poco, siempre nos decía que nada de niños y mira, en tres meses va a tener un nieto.

Y si, nieto, es niño.

Aún estamos decidiendo los nombres, Marco quiere ponerle como él, porque dice que es el mejor nombre que existe en el mundo. Yo le digo que no, que con un Marco en mi vida ya tengo bastante...pero lo que no sabe es que se va a llamar Marco. Siempre que pienso en ese nombre solo vienen buenas sensaciones a mí cabeza.

-¿Me haces un favor?-pregunto poniendo mis manos en sus hombros y asiente rápidamente-Ve arriba y coge una bolsa.

-¿Y qué hago con ella?

-Te la pones de sombrero y bailas una sevillana-contesto irónica y me mira mal-¿Que vas a hacer con ella? Traemela.

Me da un beso en la frente y cuando se da la vuelta, le doy una palmada en el culo.
Se gira mirándome pícaro y me guiña un ojo.

-Tira para arriba anda.

-No busques a la bestia, tigresa.

Sube las escaleras de dos en dos y se mete en la habitación.
Aunque me costó mucho, no por el dinero sino por mi orgullo, he comprado una camiseta muy pequeña para el niño con el número 20 y el nombre de Marquito.

Hagan sus apuestas, ¿Lo pillará a la primera?

Salgo al jardín y me siento en la hamaca, Rome viene corriendo y se sienta a mí lado boca arriba para que le acaricie la barriga. Amigo mío, no sé quién es más listo si tú o tu dueño.

Escucho la ventana del piso de arriba abrirse y veo a Marco asomándose con la bolsa en la mano.

-¿Esta?-pregunta sacudiendo la bolsa y asiento-Vale bajo.

Cierra la ventana de golpe, no sé cómo no han salido los cristales disparados. El señor cuando quiere es el mejor en dar portazos o ventanazos sin darse cuenta. Un día se llevará la puerta con él.

Baja y se sienta a mí lado, ha aprovechado y se ha cambiado de ropa, ahora lleva un vaquero corto y una camiseta negra.

-¿Has visto lo que tiene?-pregunto sonriendo y niega.

Empieza a sacar la camiseta y la estira en sus piernas.

-¿Es para el pequeñín de Theo?-pregunta mirándola, y yo de la decepción me tapo la cara con las manos-Vale, para Theo no es.

Quito mis manos de mi cara y lo miro divertida.
Le da la vuelta a la camiseta y sonríe al ver lo que pone.

-Sabia que se iba a llamar así-dice sonriendo y pone un brazo por mis hombros-Ahora vas a lidiar con dos Marcos, pero ambos te quieren con locura.

-Y yo a ellos-contesto sonriendo y le doy un beso-He hablado con el presi.

-¿Te dió la baja no? Va a ser raro no verte por allí-dice mientras dobla la camiseta.

-Si...pero también le he pedido dejar el trabajo.

Marco para de doblar y me mira serio.
-¿Te llega bien la sangre al cerebro, mi vida?-pregunta mosqueado y bajo mi cabeza-¿Por qué has hecho eso?

-Porque cuando nazca el chiquitín no quiero que esté de casa en casa y que pase días sin vernos a ninguno de los dos. Y sé que tanto tu padre como el mío querrán ayudarnos, pero no me gusta depender de los demás.

-Por una parte te entiendo Selene, pero tú el trabajo ni de coña lo dejas. No es justo que lo dejes tú y yo no.

-Marco por favor-digo suspirando y me pongo de pie-No me compares el trabajo de una fisioterapeuta con el de un jugador profesional, que estás en la élite Marco, que es difícil llegar hasta ahí.

-Me da igual Selene-contesta poniéndose de pie y coge mis manos-Me da igual tener que dejar el fútbol por cuidar de mi hijo.

-Marco no, no me parece justo, no es lo mismo.

-Tampoco es justo para ti, déjame hablar con Florentino mañana. Pero por favor, no lo dejes, me sentiría culpable.

Rodeo su cuello con mis manos y me pego a su cuerpo. Por una parte tiene razón, no tengo que dejarlo a la fuerza, se puede buscar alguna alternativa o algo, pero no sé...
Pone una mano en mi cintura y la otra en mi barriga.

-Te quiero Sel...os quiero con toda mi vida.

-Y nosotros a ti cariño.

Deja un beso en mi cabeza y nos quedamos abrazados en el jardín.
No me cansaré de decirlo, este hombre me da años de vida y a la vez me mata.

Chica Coraza. Marco AsensioWhere stories live. Discover now