Capítulo 36- En bragas.

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Abro mis ojos y veo a Marco durmiendo con calzoncillos. No hay nada mejor que despertarse y ver semejante obra de arte.
También es normal que tenga el ego por las nubes cuando soy la primera que tiene estos pensamientos.

Está todo despeinado y con una mano en mi cintura. Yo estoy boca abajo con la cabeza girada mirándole.
Ojalá despertar todos los días así, juntos...

Empiezo a hacerle cosquillitas por el brazo y ronronea sonriendo levemente.
Abre un ojo y sonríe feliz.

-Buenos días guapa-dice con voz ronca...dios mío cuanto me pone con esa voz-Estoy muerto.

Baja la mirada y al ver que solo llevo unas bragas sonríe pícaro.

-Normal que esté muerto, con la fiesta que tuvimos ayer por la noche como para no estarlo-suelta pícaro y me pone de frente a él abrazándome-¿Que hora es y a que hora tenemos que estar en el entrenamiento?

-Pues son las...-contesto subiendo mi cabeza para ver el reloj que tiene en la mesita-Las diez y veinte, el entrenamiento de hoy es por la tarde.

-¿Podemos echar un rapidito?-pregunta sentándome encima suya y yo niego-¿Por qué?

-Pues porque no, además quiero pegarme una ducha y desayunar algo tranquila.

Le quito las manos de mi cintura y me bajo de la cama. Agarro del suelo una camiseta de Marco y me la pongo, me llega hasta un poco por debajo del culo, no me lo tapa entero, pero me encanta llevar las camisetas de Marco.

Marco se sienta en la cama y me mira esperanzado.
-¿Y en la ducha?

-Asensio te estás ganando una ostia en toda la cara-respondo amenazante y traga saliva nervioso-Vamos a desayunar anda.

-Hacia tiempo que no me llamabas Asensio-dice levantándose y poniéndose delante mía, me agarra la mano y deposita un beso lento en esta-Aunque prefiero que me llames Marco, así sé que no estás enfadada conmigo.

-Lo que tú digas Marco.

Salimos de la habitación y bajamos a la cocina a desayunar algo. Rome en cuanto nos ve bajar las escaleras mueve su cola contento y empieza a saltar a nuestro alrededor. Me agacho y le acaricio cariñosamente mientras le hablo como si fuera un niño pequeño, siempre me pasa lo mismo con los perros.

Entramos en la cocina y Marco empieza a abrir las lacenas y los cajones, lo tiene todo muy bien ordenado. Ojalá tuviera su habitación igual, porque tiene alguna que otra prenda de ropa tirada por el suelo.
Abre un cajón y sonríe triunfoso, saca un paquete de galletas de chocolate y lo pone delante mía.

-¿No se supone que no debes comer esto?-pregunto divertida mirando las calorías que tienen las galletas-Te empezarían a llamar "Marquete el gordete", menos mal que luego lo quemas todo en los partidos.

Marco sonríe divertido a lo que he dicho y echa zumo en dos vasos. Se sienta al lado mía y empezamos a desayunar mientras que hablamos de lo primero que se nos pase por la mente. Con Marco puedo hablar de todo, desde tener una conversación muy seria que parece que somos miembros de la CIA hasta parecer que tenemos un problema y estar cantando "Baby shark ".

Estamos desayunando tranquilamente hasta que escuchamos que la puerta principal de la casa se abre.

-Pues puede que esté durmiendo o entrenando.

-¿No era por la tarde?...¡Rome tío!¿Que tal?

Miro a Marco y veo que está con cara de descompuesto y que empieza a hacer cálculos con los dedos de las manos...hasta que maldice y se lleva una mano a la cabeza.

Chica Coraza. Marco AsensioWhere stories live. Discover now