Capitulo 5-Lo echo de menos.

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-¡Helios no estás estudiando nada! ¿¡Otra vez has olvidado entregar el trabajo!?¡Es normal si lo dejas todo para el último momento!

-¡No eres nadie para hablarme así coño!

-¡Soy tu madre Helios!¡¿Que diría tu padre si te viera así?!

-¡Nunca lo sabremos porque está muerto!¡Y todo por tu culpa joder!

Escucho unos pasos subiendo por las escaleras y un portazo. Otra vez han vuelto ha discutir mamá y Helios por culpa de los estudios. Ya ni me sorprende, ha llegado un punto en el que si no discuten se me hace raro.
Con lo tranquila que estaba yo aquí en mi habitación escuchando a Morat mientras preparaba la maleta para Alemania, salimos mañana por la mañana temprano.
Me da a mí que voy a tener que ejercer mi papel de hermana mayor e intentar poner un poco de paz.

Salgo y veo a mi madre en su habitación sentada en el borde de la cama. Está llorando...Helios siempre se pasa con ella, y mira que le he echado muchas veces la bronca diciendo que no tiene que hablar así, pero es imposible.

Me acerco a ella y en cuanto me ve se quita las lágrimas.

-Mamá, no hagas caso al niño, está en la edad del pavo y antes de pensar, habla. Tiene la misma mala costumbre que yo.

-Selene pero es que siempre que vengo de estar una semana trabajando y pensando solo en volver para veros, me trata así...-dice emocionada y me siento a su lado abrazándola-Y siempre me saca lo de David, es que no puedo seguir así.

-Intenta relajarte, Helios es un rebelde mamá, ahora hablaré con él seriamente.

-Por favor, solo te escucha a ti, a ti y a la abuela, habla con él.

-Voy.

Le doy un beso en la cabeza y me levanto de su cama. Mi hermano se pasa con ella y ya no sé en qué idioma decírselo. Pues va a tener que ser por las malas.
Doy unos golpecitos a su puerta y no escucho nada. Lo vuelvo a hacer y nada.

Abro la puerta de par en par y lo veo sentado en el suelo apoyado en la cama.

-Helios-digo tierna y me mira enfadado-¡¿A ti que coño te pasa en la cabeza?!-grito enfadada y pone cara de susto-¡¿A ti te sentaría bien que tu propio hijo te diga lo que tú le dices a mamá?! ¡Gracias a ella estás aquí! ¡Un respeto Helios! ¡Es tu madre!

-¡Esa mujer dejó de ser mi madre el mismo día que mataron a papá!-grita enfadado poniéndose de pie-¡Por su culpa está muerto!

-¿¡Puedes dejar de decir siempre lo mismo!?

-¡Valiente mierda de familia que me ha tocado!

-¡EH TÚ! ¡NIÑATO DE LOS COJONES!-grito enfadada cogiéndole por el borde de la camiseta-¡POR AHÍ SI QUE NO PASAS GILIPOLLAS! ¡SI NO TE GUSTA, YA SABES DONDE ESTÁ LA PUERTA! ¡PERO ESO SI, UNA VEZ QUE LA PASES NO VUELVES A ENTRAR EN ESTA CASA! ¡LO JURO POR PAPÁ!¡MADURA DE UNA VEZ HELIOS! ¡YA NO TIENES DOCE AÑOS!¡TIENES DIECISÉIS JODER!

Helios agacha la cabeza y se deshace de mi agarre, sale de la habitación y se encierra en el baño.
Suelto un suspiro e intento relajarme un poco. Se cree que es el único que sufre, parece que no se acuerda del año que me pasé viendo a psicólogos tres veces por semana.
Salgo de su habitación y veo a mi madre al lado de la puerta del baño.

-No sé cómo lo aguantas mamá, que coñazo de niño.

-Porque es mi hijo y lo quiero Selene, al igual que a ti.

-Pues no sé cómo no le has dado más de una ostia, porque a mí me está costando no abrir la puerta de una patada y empezar a repartir ostias a cañonazos.

-Relájate cariño, sigue siendo tu hermano-dice mi madre poniendo una mano en mi hombro-Lo quieres demasiado como para hacerle daño.

-Ojalá no querer tanto.

Pego un suspiro cansado y vuelvo a mi habitación a seguir guardando las cosas, aunque en verdad sólo me quedan las del baño, todo lo demás ya está. Me quedo mirando Twitter un rato, haciendo tiempo para que el niño salga del baño.
No tengo paciencia.
Voy al pasillo y empiezo a aporrear la puerta

-¡¿Puedes salir de una puta vez o llamo a los bomberos?! ¡Aunque a este paso llamo al de hermano mayor, porque no veas la que lías!

La puerta se abre y veo que está llorando. Paso y cierro la puerta detrás mía.
Me pongo enfrente suya con los brazos en jarras y agacha la cabeza.

-Anda, ven aquí-digo suspirando y le doy un abrazo-Tan machito para unas cosas y tan gallina para otras. No puedes seguir así Helios, a mamá y a mi nos duele como nos hablas, también nos duele lo de papá enano.

-Lo echo mucho de menos Sel-dice llorando sobre mi hombro mientras que me abraza con fuerza y a mi se me hace un nudo en la garganta-Todas las noches sueño con él, que está vivo y que todo ha sido una pesadilla...pero cuando me levanto y veo que todo sigue igual...me mata por dentro.

-Yo también lo echo de menos enano-contesto intentando no llorar-Pero bueno, hay que ser fuertes y hacer todo lo mejor que podemos para que se sienta orgulloso de nosotros.

-¿Prometes no irte y no volver?-pregunta con un hilo de voz-No quiero estar solo...no me gusta la soledad.

-No estás solo, nos tienes a mamá y a mi, lo que pasa que eres muy cabezón enano-digo despeinandolo y sonríe levemente-No es bonito que tu hijo te diga todo lo que le dices a mamá, ponte en su lugar.

Helios me mira arrepentido y sale del baño, pero en vez de ir a la habitación de mi madre, se va a la suya y se mete en la cama. El niño tiene más orgullo que todos juntos. Si se disculpa contigo directamente, es que está muy arrepentido y se siente fatal...pero mientras, nada, seguro que se acuesta y empieza a darles vuelta a la cabeza pensando en el día de hoy.

Yo vuelvo a mi habitación y termino de hacer la maleta. Menudo fin de semana me espera...

Chica Coraza. Marco AsensioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora