XIV.

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No era la intención de Louis hacerlo.

En realidad no fue su intención, pero Niall le mandó un mensaje para que almorzaran juntos y mientras caminaba hacia el restaurante la vió.

Estaba en un pequeño taburete blanco, dorada y con brillos, perfecta. En todo lo que Louis pudo pensar mientras almorzaba con Niall era en cuán linda se vería en los rizos chocolates de Harry, haciéndolo lucir dulce y sentir especial. Louis sabe que tiene que comprarla. Se imagina la sonrisa de Harry cuando se le enrede en el cabello, y cuando le pregunte si es una linda princesa. Termina pagando $30 por la corona.

Y tampoco era su intención comprar los panties. Pero mientras se insultaba a sí mismo por ser tan ridículo, los vio en una vitrina de una pequeña boutique. Son tan encantadores y suaves. Rosados, con un pequeño lazo y la palabra 'princess' en la parte de atrás rodeada con pequeños brillos dorados. Hace juego con la corona, tenía que comprarlos.

Es tan débil.

Las mantiene envueltas en un papel rosa, guardadas en una bolsa de regalo, y decide ignorarla por un tiempo. Pasa tiempo con Harry, lo ve sonreír, sonrojarse y reírse. Beben leche de fresa, luego van a comer, y miran películas para llorar. Louis lavará la espalda de Harry cuando él esté muy cansado como para hacerlo, y luego verá sus rizos saltar mientras canta por las mañanas.

(Ve la loción y el bálsamo de labios, y no fue su intención agregarlos a la bolsa de regalo, pero lo hace, fue inevitable.)

Cree que es el momento cuando Harry hace waffles con forma de corona, y Louis está 109% seguro de que Harry es verdaderamente una princesa de la vida real. Es lindo, delicado, y Louis no puede dejar de pensar en el hecho de lo bien que Harry encajaría en una película de princesas, con esos ojos grandes y encantadores rizos. Louis está enamorado, así que a la mierda, Harry necesita la corona.

Al principio se siente un poco, demasiado, ridículo, porque sabe que Harry realmente no es una princesa. Es el chico más hermoso que conoce, que simplemente tuvo un mal momento. Harry merece ser tratado como una princesa, y tener cosas lindas. Y no para que lo hagan sentir bien, no tiene nada que ver con lo que le pasó. Es el chico con el corazón más grande, y lo rosa y delicado solo le agrega un poco a su gran personalidad. Alguien tan amable y tan fuerte merece ser tratado bien. Y Louis solo quiere poder besarlo, abrazarlo y tocarlo, recorrer su espalda con las yemas de sus dedos.

Está abrumado, es la mejor manera de describirlo.

Así que ahora está mordiendo su labio, cargando la bolsa con los dedos temblorosos. Está nervioso, y se recuerda que es Harry, el sonrojante y balbuceante Harry. Le compró un jodido dildo hace unos días, por dios.

(Pero está tan enamorado de él, y nunca había sentido algo tan fuerte por una persona, nunca había sentido tanto miedo de perder a alguien.)

"¡La puerta está abierta!" Escucha desde el otro lado. Cuidadosamente entra, recibiendo el agradable aroma una vez más, la mezcla de velas, harina, y el inconfundible aroma de Harry.

"Hey Lou- ¿Qué traes ahí?" Harry pregunta, saliendo de la cocina con unos pantalones negros y una camisa blanca.

"Oh- um- te compré algunas cosas," sonríe tímidamente, dejando la bolsa en la pequeña mesa de centro para luego entrar a la cocina.

"¿Puedo?" Harry dice.

"Sí claro. Me serviré algo para tomar." Louis responde, sirviéndose nerviosamente un vaso de leche de fresa. Lo bebe despacio, escuchando el sonido del papel, dedos curiosos moviéndolo. Luego hay silencio, un profundo silencio. Siente que necesita salir y eliminar la tensión que está creciendo, pero luego escucha unos pasos y una puerta cerrarse. Se congela.

Strawberry Milk.Where stories live. Discover now