Me enamore de un Stripper.

Capítulo 31

***Jack Frost***

Fui despertando cuando sentí el cuerpo de Elsa removerse en mi pecho.

Abro con lentitud los ojos para intentar ver qué sucedía, y en cuestión de segundos, la platinada se apartó de mis brazos para salir corriendo.

Me terminé despertando por completo para levantarme e ir tras ella.

-¿Qué pasó? -Le llamé cuando cruzó la puerta de su habitación.

Salgo y esta justo cerró la puerta del baño cuando intenté alcanzarla.

-¿Elsa?

-Tranquilo -Me giro para ver a Anna quien cargaba con toallas limpias dobladas en manos - Ha estado así desde que la medicaron, le provoca vómito.

-¿Qué le medicaron?

-Antidepresivos, pero eso sólo son en casos especiales – Suspira – Sus defensas bajaron y ha estado con gripe.

-¿Y no es mejor que deje de tomarlas?

-Es un síntoma que aparece con la medicina, nos explicó el doctor.

Ahora yo suspiro, me giro de nuevo a la puerta del baño.

-¿Estás bien? Elsa.

Pero no recibo respuesta.

Me apoyé contra la pared para esperarla, pero no escuchaba ni un sonido provenir del interior.

Y entonces escuché unos sollozos, acerqué más mi oreja a la puerta para confirmarlo.

-Elsa, déjame entrar.

Más sollozos.

Anna se asomó desde otra habitación.

-¿Qué pasa?

-No lo sé, la oigo llorar.

Entonces la chica camina a un arreglo de jarrón de un mueble para sacar de su interior una llave.

La chica abrió la puerta para dejarme pasar.

Vimos a Elsa en el suelo, apoyada contra la pared con sus piernas pegadas a su cuerpo y su mejilla apoyada en sus rodillas.

Me agacho con una pierna arrodillada y la otra firme para quedar a su altura.

-¿Qué pasó cariño? -Le hablo con suavidad.

Intento ver su rostro.

Llevo mi mano a su espalda y la otra a su mejilla para intentar que me mire.

Anna seguía de pie, mirando angustiada a su hermana.

-¿Quieres que te prepare un baño? -Pregunta Anna -Es mejor que te duches ahora que más tarde.

Elsa negó con la cabeza.

-No quiero -Dijo sorbiendo.

-Después no tomarás un baño, anda -Ahora Anna se hincó para verla – Te lo preparo.

No quería dejarla sola, no así cómo estaba. Me destrozaba verla con su sufrimiento......no la dejaría sola.

-Y si quieres me quedo aquí, te hago compañía.

Elsa me miró con sus azulados e irritados ojos.

Después de unos segundos sin decir nada, terminó asintiendo con la cabeza.

Anna y yo nos pusimos de pie.

-Su toalla es la de color morada, y la de cabello puedes tomar la que sea medianas -Dijo señalando el toallero que tienen en una repisa.