Me enamore de un Stripper.

Capítulo 26

***Jack Frost***

Comienzo a abrir mis ojos cuando la alarma de mi reloj comienza a sonar, con pesadez estiro el brazo para apagarla y revisar la hora.

Cuando estuve por ponerme en pie, había caído en cuenta que me expulsaron del baile. Suspiro dejándome caer en la cama de nuevo para volver a dormir otro poco.

Mientras me remuevo lo primero que llega a mi mente es la llamada hace un día de Tooth, abro los ojos angustiado por ser lo primero en lo que pensé.

Intento volver a dormir, pero si cierro los ojos repito la llamada que tuvimos, escucho su voz y puedo imaginarle frente a mí.

Gruño poniéndome de pie para iniciar el día.

Ahora mismo me dirijo al trabajo de Elsa, donde ella me dijo que fuera para ayudarla con un trabajo, por lo que debía ir bien vestido.

-¿Seré quien sostenga la luz para las fotografías? -Pregunto manejando con ella ahora sentada a mi espalda.

-¿Si sabes que no necesito el tripiee de luz estando de día?

-Ya.

Llegamos hasta la plaza comercial, justo en medio de una gran fuente rodeada de personas comprando, compartiendo helados y comiendo.

Llegamos de frente a un grupo de personas bien arreglados, Elsa les saluda y yo sólo la sigo.

-¡Hola Jack! -De nuevo me grita la pelirroja, quien viste muy bien una falda mostaza matte, media negras con botillas de tobillo negras de agujeta y una playera de manga holgada verde oscuro.

-Creí que nunca te arreglas -Le digo con media sonrisa.

-Si me pagaran como lo harán, entonces lo haría -Se encoge de hombros -Lástima que no sea así siempre.

Algunas personas de Staff estaban quitando con amabilidad a las personas de la fuente para iniciar la sesión fotográfica.

Los tripiees estaban a unos pasos en algunas zonas del área del centro comercial.

-Dijiste que no necesitabas tripiee.

-No el mío, del equipo sí -Dice dedicándome una sonrisa burlona -Chicas ¿Me ayudan a maquillarlo?

-¡Yo lo hago! -Dijo una castaña llegando con un maletín de mano -Hola, no tardo.

Siento demasiadas cosquillas cuando me pone un polvo del color de mi piel, pone algo más de otro polvo de otro color y delinea mis cejas.

-¡Bien chicos! -Habla un hombre uniformado, viéndose que es el que manda aquí – Comencemos con los locales, al final la fuente ¿Entendido?

Hubo un asentimiento al unísono, y casi como si fuera tradición, pusieron música en uno de los estéreos que llevaban, haciendo que la gente se acerca a ver.

-¡Tú! Niño bonito -Me señaló el hombre uniforme -Ven aquí.

Miro a un lado esperando que hubiera señalado a alguien más, pero me hace presión con los ojos para que me apure.

-Aquí, ponte la camisa de esta marca y sé tú mismo.

Le miro con cara de pocos amigos.

-Iugh olvídalo mejor sé alguien buena onda -Luego miró a otro sujeto - ¡Tú! Rubio, ve aquí.

Ambos no dieron posiciones qué hacer para comenzar la fotografía de fotos, el tipo no dejaba de gritar diciéndonos cómo actuar, cómo posar y cómo sonreír.

Por más que quisiera por Elsa, no podía. No estaba de humor para sonreír frente a desconocidos.

-¡Muévete! Elsa, preciosa -Le llama el uniformado – De haber sabido que sería así este sujeto, te decía que obvio no venía.