Capítulo 16

1.6K 183 43
                                    


Hola lectoras, perdonen la tardanza con esta y otras historias. No ando en mi ciudad y este cap. Lo he hecho desde una mini iPad, por lo tanto perdonen si escribí alguna palabra mal y que él autocorrector de esto me lo haya corregido.

Gracias por comprender :3

***Elsa***

Lo único que quería es escapar de ahí, de una fiesta a la que nunca quise asistir y ahora consigo salir con los ánimos por más debajo que el suelo.

Las luces y las lágrimas me impedían ver con claridad mi camino entre tanta gente y la salida. La música era demasiado fuerte que ya mis oídos no dejaban procesarla con claridad.

Entre unos pasos más en la gente está por poco a salir del edificio, pero una mano aferró la mía con delicadeza para darme vuelta y ver de quién se trataba.

Era ese amigo de Jack, el pelinegro con gorra de su uniforme. Creí que querría llevarme a bailar con él, pero no fue así. Me miraba con tristeza y con unos ojos detallando mi rostro.

-¿Te encuentras bien? Elsa .

Tragué un nudo de lágrimas mientras negaba.

-No, no lo estoy- Y con lentitud y delicadeza, le aparté mi mano de la suya –Tengo que irme.

Me giré mirándolo una vez más para así terminar saliendo bien del edificio.

Caminé buscando con desesperación el auto de Merida. El frío del viento me abrazó por completo, pero no le presté atención. Necesitaba irme ahora.

Minutos después encontré el auto, justo cuando quiero abrir la puerta me doy cuenta que he dejado el bolso dentro y que no le pedí prestado las llaves a la pelirroja.

Mi desesperación, enojo y dolor habían llegado al punto que solté una patada a la llanta del auto mientras gruñía de enojo. Me fui resbalando por un costado del auto hasta llegar al suelo y atrapar un grito entre mis manos, un grito que después terminó en jadeos con lágrimas resbalando por mis mejillas.

No eran pocas, eran demasiadas cayendo con fluidez, calentando mi fría piel con el líquido tibio.

Abracé mis piernas a mi pecho para después apoyar mi mejilla en la rodilla. Quería irme pero no podía, tomar un taxi era opción, pero yo ya estaba en el suelo sin ninguna motivación por ponerme en pie.

No me importaba nada a estas alturas, sólo quería desahogarme.

No tengo idea de cuánto tiempo había transcurrido para que Merida llegara al auto. La miré y su rostro no pareciera estar cansado o con intenciones de irse, sino de alivio de verme ahí.

-Por dios ¿Qué pasó?

No debió haberse sentado a mi lado para rodearme con un brazo, no debió haberlo hecho, pues cuando lo hizo me solté una vez más a llorar.

Pero esta vez no fue desesperado mi llanto, sino que las lágrimas afloraban con fluidez, más no gesticulaba dolor. Simplemente me dejé llevar por su abrazo.

-Mira, no me digas ahora, vámonos.

Me puse en pie junto a ella para introducirnos en el auto. Dentro sucedió lo mismo, el tiempo jamás fue contado mientras miraba mis manos, sólo habíamos llegamos en cuestión poca de tiempo a mi percepción.

Dentro del apartamento, me encaminé a mi habitación para derrumbarme en mi cama. Escuchaba a Mer ir de un lado a otro seguramente poniendo orden en su habitación.

Me enamore de un Stripper.Where stories live. Discover now