— ¿Entonces? —pregunté haciendo que me mirara. Su sonrisa era extraña, se veía abatido.

Él negó lentamente mientras reía sin gracia alguna.

—Lo sabía... era imposible de todas formas... —dijo con un nudo en su garganta, el cual pude escuchar haciéndose cada vez más tenso dentro de él.

De las seis cartas que abrió, recibió solo buenas noticias de tres de ellas.

Logró entrar a Harvard, lo cual me parece a mi es todo un logro si vemos lo bajas que fueron sus notas en ciertos cursos, pero al parecer sus actividades extracurriculares y sus ensayos fueron lo suficientemente buenos como para ganarse un campo ahí.

—Tengo que hablar con los chicos... no quiero que sus opciones se vean reducidas por mi culpa.

—Theo irá a Harvard, y supongo que Tom también ¿no? ese era el plan desde que estaban en la primaria o ¿me equivoco?

—No, pero, aún no se que iremos a hacer, Phoe.

—Habla con ellos, verás que los problemas los inventas tu en tu cabeza.

Él me fue a dejar a casa esa noche y se quedó hablando con mi hermano. Al parecer, Theo entró a las diez universidades a las que aplicó. Estaba muy feliz por él sin duda alguna pero era algo que me esperaba.

— ¿Que te ha dicho Tom? —preguntó Josh a mi hermano mientras él releía sus múltiples cartas de aceptación.

—Entro a las cuatro, así que tenemos de donde escoger.

—No sé que hacer, hermano. Esto es muy extraño...

—Irás a Harvard o a Carnegie Mellon o a Brown, puedes darte el gusto de escoger entre tres grandes. Así que deja de lamentarte.

—Se suponía que iríamos los tres a la misma, ¿recuerdas?

—Josh, ya no tenemos diez años. No podemos elegir nuestro futuro basándonos en la imaginación de unos niños. Si lo logramos será genial, pero no podemos rechazar buenas oportunidades.

Yo parecía estar en un partido de ping pong. Entendía el argumento de mi hermano, era razonable, pero también entendía a Josh, él no quería separarse de sus amigos.

Luego de hablar un rato y discutir temas sin mucho sentido, la hora de la cena llegó y pude ver a mi hermano transformarse. Theo comenzó a moverse por toda su habitación nervioso, entró a su armario y se cambio unas dos veces.

— ¿Qué te pasa? —le preguntó Josh con el ceño fruncido.

—Nada... ¿por qué lo dices?

—Porque estas dando vueltas como si fueses una gallina decapitada.

— ¿Te vas a quedar a cenar? —preguntó ignorando lo que decía Josh.

—Si, pero dime que te pasa.

En ese mismo momento, se escuchó el timbre, lo cual era extraño porque normalmente nadie tocaba el timbre...

—Oh Dios ya vino... —dijo mi hermano en un tono bajo que estoy segura él no quería que nadie escuchase.

— ¡Theo! ¡Noah está aquí! —la voz de Marlee en las gradas nos hizo quedar en silencio a los tres.

Josh y yo observamos a mi hermano entre sorprendidos y extrañados.

— ¿La invitaste a venir? —pregunté, ignorando la obviedad del asunto.

—La invité a cenar, tampoco es la gran cosa.

Schlesinger [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora