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↠ Theo ↞

Phoebe subió las escaleras rápido desapareciendo de la vista de todos.

Fui consciente hasta después de que estaba solo con mis padres.

— ¿Dónde estabas? —preguntó papá con una mirada seria.

— ¿Q-que? —balbucee.

Phoebe no pudo haberme delatado, estoy seguro que me cubrió de alguna manera. Esto no puede ser peor.

Intenté respirar de manera normal, expulsando el aire después.

Ya que.

—En Sonorous.

— ¿Dejaste sola a tu hermana por comprar un disco? —dijo mi padre un poco más alterado — ¿Tú le dijiste a Phoebe que mintiera sobre dónde estabas?

— ¿Qué?, no.

—Sabes que odio que me mientan Theodore ¿por qué la dejaste sola? Perfectamente te pudo acompañar.

—Ella estaba tardando demasiado y me iba a quedar sin mi copia...

— ¿Y un maldito disco es más importante que la seguridad de tu hermana?

Ahora que lo dije en vos alta, de verdad suena patético.

—Nada sucedió papá, ¿ella te llamó no?

—El que me haya llamado no es el problema, sino que deliberadamente ambos me mintieron.

—Ella fue quien te mintió...

—Si no la hubieses dejado sola no se hubiese visto forzada a hacerlo, se cuando me están mintiendo, Theo, los conozco perfectamente. Si no le dije nada a tu hermana es porque sé que no fue su culpa. —Respiró agotado cuando mamá le acarició la espalda —Que sea la última vez que haces algo así ¿quedó claro?

—Como el agua —dije sin mirarlo.

—Bueno, ahora ve a cambiarte —dijo mi madre mucho más tranquila.

Comencé a subir las escaleras cuando escuché a mis padres hablar.

—Déjalo Charles, sabes cómo son los adolescentes, hacen éstas cosas a menudo.

—Odio que me mientan. Nunca les enseñe a hacerlo.

—Se que estuvo mal, pero también debes entenderlo, es un adolescente, pronto cumplirá dieciocho años. Claramente sus prioridades son muy distintas.

—Eso no le da el derecho de mentirle a su padre, mucho menos dejar a su hermana sola cuando se supone que ambos deben llegar a casa juntos. —papá da un largo suspiro y luego continúa. —Les retiré la seguridad porque me dijiste que había que dejarlos ser más independientes pero...

—Tranquilo, no te alteres por esto. Phoebe está bien, y Theo también. Si les vuelves a poner seguridad no estarán felices contigo y lo sabes.

— ¿Por qué deben de crecer? —dijo mi padre en un tono más calmado. La risa de mamá fue lo último que escuché cuando termine de subir las escaleras.

Me puse algo elegante pero informal. Guardé mi teléfono en mi bolsillo, tomé mi chaqueta y salí sin demora alguna. Phoebe estaba bajando las escaleras en el momento en que estuve listo en el recibidor, llevaba puesto un lindo vestido blanco corto, más de lo que me gustaba pero igual solo íbamos a cenar y con nuestros padres, así que nadie se le acercaría. 
Pobre del que lo haga.

—Te ves preciosa cariño —dijo mamá besando su frente.

—Es muy corto —dijimos mi padre y yo al mismo tiempo, causando una pequeña risa en mi hermana.

—No es tan corto, y tú me lo regalaste Theo... — ¿en serio lo hice?

—Lo siento, debió ser... bueno... te estiraste y ahora te queda corto —dije para defenderme y salir de ésta.

No recuerdo haberle dado ese vestido.

Después de quince minutos finalmente salimos de casa. Terminamos en un restaurante italiano. Se veía muy bien, fino y elegante. En la entrada, papá saludó a un hombre algo mayor quien nos miraba a todos con una sonrisa en su rostro.

—Señor Schlesinger —dijo el hombre dándole un apretón de manos a mi padre.

—Jonathan —dijo él, asintiendo de vuelta.

— ¿Mesa para cuatro?

—Por favor.

Jonathan nos llevó a la mesa, y nos entregó los menús. La comida sonaba deliciosa y a juzgar por el lugar, ha de saber aún mejor.

—Papá —llamé su atención, lo cual hizo que automáticamente mi madre y mi hermana también me escuchara. —Quiero disculparme por lo de ésta tarde, no fue mi intención dejar a Phoebe sola ni tampoco mentirte, lo siento, me cegué en obtener ese disco y no pensé bien las cosas, en serio discúlpame —dije lo más sincero posible.

Papá me observó como si estuviese leyendo mis pensamientos con subtítulos en neón sobre mi cabeza.

—Solo, por favor, prométeme que no lo harás de nuevo, Theo.

—Lo prometo, no te preocupes.

Papá me sonrió aceptando mis disculpas y pude ver a Phoebe sonrojarse un poco.

—Yo también lo siento —dijo con sus mejillas rojas.

—Está todo bien cariño —le dijo mamá acariciando su brazo. 

Pasamos un rato agradable en familia, nos hacia falta a todos.

—Phoe, ¿que te pareció la escuela?

—Es grande y mis maestros no se ven tan malos. La bibliotecaria me ha dicho que conoce a Theo.

—La señora Dessen es una buena aliada, me deja entregar los libros después de la fecha. No me puedo quejar.

— ¿Qué tal tu, Theo?

—Fue un día normal, al contrario de Phoebe, mis maestros quieren que me largue, no conocerme —Todos en la mesa rieron y me provocaba una sensación agradable.

—Recuerdo que mi primer día en la secundaria fue un desastre —Comentó papá tomando un sorbo de su vaso de vino.

— ¿Qué te paso?

—Bueno, nunca fui un niño muy social, fue algo difícil.

—La abuela dice que eras uno de esos chicos malos que pasaba más en detención que en clase —Soltó Phoebe provocando la risa de mamá.

— ¿Eras un chico malo? —me burlé esta vez yo —¿que hacías? ¿Robarles el dinero de sus almuerzos?

—Era deportista, y habían ocaciones en que se me subía un poco a la cabeza, además era algo temperamental.

— ¿Eras? —dijimos los tres al mismo tiempo. Nos reímos un poco hasta que llegó el postre.

Después de nuestra cena, nos levantamos de la mesa para llegar al auto, por desgracia fuera del restaurante, una turba de personas con cámaras y micrófonos se nos avecinaron. Phoebe se colocó detrás de mí, asustada por el impacto. Intentamos movernos, aunque fue prácticamente imposible.

Schlesinger [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora