Schlesinger [Borrador]

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↠ Theo ↞

Silencio, y una marca negra en la calle es todo lo que puedo apreciar desde el lugar en el que me he visto forzado a estar.

Después de subir al ultimo piso de edificio de mis padres, volvimos a bajar con un portafolios plateado. No sé quien lo dejó ahí, o si llevaba ahí más tiempo del que quiero imaginar, pero minutos después, Randall me encerró en la parte trasera de un auto negro y me dijo que me mantuviese cayado hasta que llegáramos nuestro destino. De igual forma, no es como si quisiera hablar mucho. Estoy más aterrado que nunca antes en mi vida...

Unas escaleras que parece que dan al alcantarillado se pueden observar al fondo de la calle en cuanto bajamos en una zona no muy poblada... Un par de personas están bajándolas y perdiéndose entre el asfalto y las gradas.

—Club La Rosa Sangrienta —dice Randall en mi oído generando un escalofrío en mi cuello.

He escuchado de este lugar, es una completa locura. Sé que solo te dejan entrar si tienes una invitación, o si eres alguien realmente importante, o al menos eso es lo que tengo entendido.

—No entraré allí —algunas personas dicen, que es el lugar más peligroso de todo Nueva York, que es un lugar horrible en donde se ven muchas cosas.

Sangre.

Dicen que sirven sangre de animales en copas, y lo decoran con rosas a los lados de la misma, de ahí su nombre "La Rosa Sangrienta." Algunas otras personas dicen que solo es un trago hecho con té de rosas y colorante rojo para simular el color, pero con la fachada de este lugar, creo que empiezo a creer más probable la primera opción.

—Por supuesto que lo harás, Theo —siento mi corazón bombear fuertemente —. Hoy harás un pequeño trabajo para nosotros —trago y respiro lo más que puedo cuando siento un golpe en la espalda, uno muy fuerte, tanto que en segundos estoy en el suelo. Mi cabeza choca contra el asfalto y me mareo por unos cuantos segundos.

—Levántate y camina —a como puedo me levanto y continúo hasta el final de la calle. Las escaleras que dirigen al tétrico lugar están frente a mi y yo no quiero dar un paso más.

—Baja —me ordena Randall firmemente.

No quiero otro golpe, así que solo bajo las escaleras tragando fuerte, encontrándome con una gran cantidad de puertas blancas, al menos unas diez a mi alrededor.

—Sigue, es esa —La puerta tiene manchas rojas, efectivamente da la impresión de que se cometió un asesinato justo ahí —. Ábrela.

No me doy cuenta de que mis manos tiemblan hasta que las levanto y abro la puerta. La música es extremadamente fuerte, demasiado y se abre paso por mis conductos auditivos generando un chillido espantoso. El olor a putrefacción, alcohol y sudor se combina en el aire, y comienzo a sentirme abrumado.

Por un segundo no escucho nada más que mis propios latidos acelerados.

— ¿Qué hacemos aquí? —pregunto aturdido.

—Divertirnos, ya te lo he dicho.

— ¿Cómo nos divertiremos?

—Eso será una sorpresa, ya lo verás.

El lugar esta atestado de personas, la música es extraña... podría jurar que es alguna especie de electrónica, aunque tiene algo más, es como un mensaje oculto entre las notas. Las personas bailan, se mueven iguales, a la izquierda y a la derecha, a la derecha y a la izquierda.

Todos mantienen un vaso en alguna de sus manos, el líquido rojo es el protagonista en cada uno de ellos.

— ¿Vienes? —dice Randall algo más fuerte debido a la música.