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La tensión y el nerviosismo predominaban en el aire. Todos los participantes del torneo se encontraban calentando, muchos otros rezando para que su universo sea el vencedor. Los ánimos estaban por el suelo, algunos universos estaban muy confiados, otros no tanto.
-Deberías calentar un poco
-Estoy bien así-respondió la joven mientras le daba un gran mordisco a su bollo- Si empiezo con mi calentamiento me pondré más nerviosa de lo que ya estoy.-La responsabilidad que cargaba en sus hombros era enorme- Oye Jiren, ¿Crees que ganemos?
El recién nombrado miró a la chica. Se limitó a asentir.
Su maestro, Toppo la acogió cuando tenía once años, prácticamente eran familia, fue ahí donde conoció a Jiren y desde que tiene memoria, siempre ha sido un sujeto serio pero a pesar de eso era buena persona.
Cuando anunciaron a los participantes del torneo; todo mundo estalló a carcajadas al ver el nombre de la peli-__ en la lista. Para todos era tan solo una niña inmadura. Que equivocados estaban. La joven era tan fuerte como ellos, incluso mucho más. Entrenó día y noche junto a Jiren para cumplir su meta.
-Dana, tienes que concentrarte. Esto no es juego-habló el de tez grisácea mirándola- Y ganaremos si pones todo de ti en las peleas.
-Ya lo sé, Jiren-bufó hastiada- ¿Por qué todos me dicen eso? Sé que el universo depende de nosotros, no es como si me lo tomara a la ligera. ¿Ves esto?-agitó su alimento- Esto ayuda a calmar mis nervios. Y es mejor ayuda que tus palabras...
-No te molestes-pidió- No pretendía hacerte molestar.
La muchacha suspiró.
-No importa.
De antemano sabía que Jiren no decía esas palabras para herirla. Él siempre ha sido franco, crudo y directo, así que si le preguntabas algo te daría una respuesta acertada.
-Se nota que hay sujetos realmente fuertes-masculló mirando a sus próximos contrincantes
Dana hizo contacto visual con un hombre de cabello negro y uniforme naranja, este pertenecía al universo siete. Jiren ya le había dicho que siempre que hiciera contacto visual con alguien, debía permanecer seria e imperturbable pero no le fue posible serlo ya que aquel sujeto le regaló una pequeña sonrisa, sonrisa la cual correspondió con gentileza.
-¿Por qué sonríes?-preguntó Jiren frunciendo el ceño confundido
-Por nada-contestó apartando su vista del guapo peli-palmera.
