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Si le preguntas a cualquier chica de la institución que describiera con una palabra a cierto azabache, fácilmente dirían: tierno, guapo, varonil, fuerte, detallista...; y por supuesto: mujeriego. La mayoría de las chicas estarían de acuerdo con que la última palabra es la que mejor describiría a aquel varón.
Goten es el amor platónico de muchas, y muchos, en el colegio. Y como es de esperarse, hay una fila interminable para tener una cita con este hombre. Aunque la mayoría termina con el corazón roto. Cada tres meses tenía una nueva conquista. Y no había nadie que se resistiera a sus encantos, nadie excepto TN, una linda chica de cabellera __ y brillantes ojos de color __ y con un curioso acento extranjero.
TN, al ser una estudiante de intercambio, tuvo que esmerarse mucho por ser una alumna brillante, enfocándose en sus estudios y proyectos. Claro que no todo es tener que estudiar por horas sin descanso, de vez en cuando sale con sus amigas para liberar estrés, pero fuera de eso, esa es su única distracción. No tiene tiempo para citas y chicos. Por supuesto que al entrar por primera vez al instituto captó varias miradas interesadas, incluyendo la del azabache, quien no perdió el tiempo y fue a hablarle con el fin de obtener su número telefónico pero fue sutilmente rechazado. No se rindió, planeó mejor su estrategia pero fue rechazado varias veces más.
¿Quién se atrevía a rechazarlo? Cualquier otra daría todo por tener una cita con él, cualquier otra chica mataría con tal de obtener aunque sea una mirada de él.
Goten estaba desconcertado. Y por una parte, herido. Nunca se había sentido así. No era molestia por ser rechazado, era...desilusión. Pronto se dio cuenta que realmente sentía atracción por esa muchacha. Y esa atracción no tardó en convertirse en sentimientos. Y esos sentimientos crecían más y más al pasar de los días.
De pronto, aquel hombre que se dedicaba a romper corazón, terminó con el corazón roto al no poder acercarse a esa fémina que lo volvía loco.
La envidia despertó en las chicas, que criticaban a aquella extranjera por no hacerle caso a aquel azabache que ahora tomó una cucharada de su propia medicina. Por más que tratara de llamar su atención no funcionaba, por más que planeara cada frase que salía de su boca, la peli-__ tan solo le sonría con simpatía y seguía su camino.
Cuando estaba cerca de ella, ese papel de casanova desaparecía y daba especia a un joven completamente diferente: tímido, caballeroso y atento.
-Vamos, viejo, toma una fotografía de ella y llévatela a casa-bromeó su querido amigo de infancia palmeando su espalda- Pareces un acosador, no me sorprendería que pusiera una orden de restricción.
