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El sueño de aquella joven era tener un jardín maravilloso, con árboles y flores de diferentes tamaños, aromas y formas. Y lo estaba logrando, su bello jardín era la envidia de muchos de su vecindario. Y no era para menos, el lugar parecía sacado de un cuento de hadas. Era media hectárea de pura flora que llamaba fácil la atención de quien pasara.
Pero algo repentino y extraño sucedió: La tierra bajo sus pies tembló levemente y enseguida una enorme grieta cuarteo la tierra y un par de enormes raíces surgieron, aplastando el césped y varias plantas. Jadeó sorprendida al ver la destrucción y la rudeza con la cual aquellas raíces destruían todo a su paso. De pronto su preciado jardín empezó a perder vida. Era como si algo absorbiera y matara lentamente a sus preciadas plantas.
Hizo todo lo que estaba en sus manos, intentó cortar aquellas enormes raíces, utilizó fertilizantes naturales para su jardín, incluso buscó alguna plaga pero nada funcionó. Sus flores estaban marchitándose, las hojas de las plantas estaban haciéndose viscosas y los troncos de los arboles estaban partiéndose en dos verticalmente. Y eso no era todo, afuera era todo un desastre, el caos se desató entre las personas. Varios edificios y casas estaban atravesadas por más de estas raras raíces que emergieron del suelo.
Entre las avenidas principales de alzaban un montón de troncos de kilómetros de altura, eso a juzgar que alcanzaban las nubes.
TN, al mirar con más atención pudo notar que entre las nubes había una gigantesca sombra.
Era sumamente extraño y ella estaba contagiándose del pánico de la gente que corría despavorida.
Después de eso corrió a la casa de su amiga de hebras azules, en busca de alguna explicación científica, pero no obtuvo nada más que un encogimiento de hombros que no le dio respuestas sino más preguntas de las que ya tenía.
Quien diría que el culpable es un árbol que de la noche a la mañana creció tanto.
-Enseguida vuelvo...
-¿Qué planeas hacer?-preguntó Bulma con suma seriedad
-Planeo buscar al culpable de esto, Bulma
-No, espera, TN. Es peligroso. Incluso Goku y los demás me advirtieron no subir-protestó la científica
-¡Pero...!
Bulma negó, manteniéndose firme a su palabra.
-Lo siento. Está vez prefiero no arriesgarte ni arriesgarme-se cruzó de brazos
