Inglaterra x Lectora

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Qué pasa cuando una cuentacuentos se enamora??? Es posible enamorarse en menos de siete días???
Esa pregunta nunca se había planteado en tu cabeza, sinceramente estabas tan concentrada en lograr ser una de las mejores contando cuentos que te olvidaste por mucho tiempo de tu vida amorosa. Pero ahora estabas aquí, en un café de la ciudad de Londres... Contando un parte de cuentos para el pequeño Peter, sintiendo la constante mirada Esmeralda de un rubio tsundere sobre tu espalda.
Cómo había llegado a eso???
Vamos a repasar todo desde el principio. Habías llegado a la capital de Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte con un solo objetivo. La junta internacional más importante de cuentacuentos, de manera que no habías dudado en aceptar la invitación cuando se te fue ofrecida y tomaste el primer avión que tu bolsillo te permitió. Después de varias horas de vuelo, que casi te resultan eternas, fuiste capaz de llegar a tu hotel donde te hospedarías por una semana en lo que ocurría la junta. Poco después de llegar al hotel te quedaste dormida un par horas, al despertar ya era bastante tarde, ya casi de noche. Saliste del hotel con hambre y deseo de comer algo ligero y eso te llevó a recordar una pequeña cafetería que habías visto mientras te encontrabas en el taxi que te llevaría al hotel.
Finalmente llegaste a la cafetería y lo primero en captar tu atención no fue el delicioso olor a té que invadía el lugar, o el olor de unos pasteles que había en el mostrados... Fue el ver a un niño pequeño jalar el mandil de uno de los empleados, ocasionando que el té terminara en todos lados, menos en la taza.
- Peter, comprende. Estoy trabajando y no tengo tiempo!!! - Dijo el chico de cejas pobladas y cabello rubio para acto seguido limpiar el desastre con olor a menta y fredas. El pequeño niño comenzó a insultar de manera infantil al que parecía ser su hermano mayor. Para cuándo te diste cuenta las palabras ya habían brotado de tu boca, captando la atención de la mayoría de los presentes.
- Existió una vez un elefante que no deseaba ser gris, sino rosa... - Aquellas palabras bastaron para que el pequeño Peter dejara de hablar para verte. Sentiste que te deberías de ver cómo una idiota al decir algo así de la nada con tantas personas cerca, pero no habías podido evitarlo.
- Y qué pasó con ese elefante??? - Preguntó el pequeño niño, eso te dio la suficiente valentía para continuar y después del cuento del elefante rosa, seguiste con las rayas del tigre, los hermanos Fruit y algunos cuentos más. Hubo varios aplausos por parte del público y finalmente pudiste tomar un descanso. Antes de poder ver que ordenar, el mesero rubio de cejas pobladas dejó en tu lugar una taza de té de (tsf), acompañado de unas galletas de mantequilla.
- Son... Por parte de la casa... - Dijo con las cejas fruncidas y voz nerviosa. Se alejó casi de inmediato, no fuiste capaz ni de dar las gracias.
Y ahora estabas de vuelta en el presente, poniéndote algo nerviosa al hablar con Arthur, aunque en ese momento tu pecho dolía pues ya faltaba poco para que tomarás el taxi que te llevaría al aeropuerto y de ahí, de vuelta a (tp)...
- (Tn), (tn)!!! Vendrás también mañana a contar cuentos??? - La pregunta de Peter te hizo un hueco en el corazón. - Yo... Bueno... Temo decir que no podré, Peter... - Respondiste sintiendo las punzadas de dolor en tu pecho. Aquella respuesta hizo que los dos chicos rubios te miraran.
- Entonces... Ven otro día o Peter no dejara de molestarme. - Dijo Arthur frunciendo su mirada mientras veía a otra parte. Peter te miro alegre. - Es cierto, puedes venir otro día!!! Si mañana estás ocupada, puedes venir después!!! - Finalmente abrazarte al pequeño niño rubio. - Tengo que volver a (tp), Peter... - Entonces los dos rubios recordaron el hecho de que no estabas en tu país y por lo mismo... Debías de regresar. Sonó tu teléfono, indicado que el taxi estaba afuera. Saliste con Peter y Arthur acompañándote.
El pequeño se puso a llorar, pero jamás te detuvo. Arthur solo te admiró en silencio y contra todo pronóstico te sujeto por la cintura para besar tus labios. - Iremos por ti... Danos dos meses y medio y tendremos todo... - Estabas sorprendida, Arthur estaba dejando su etapa tsundere... Y te había besado... El rubor rápidamente se instaló en tus mejillas.
- Entonces... Los veré dentro de dos meses y medio... - Dijiste para abrazar a cada uno de los chicos, subiste al taxi y este tomó rumbo al aeropuerto.
En lo que llegabas, un pequeño cuento se fue creando en tu corazón nacido del deseo de volver a su lado en poco tiempo.

•One-shots Hetalia 2•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora