América X Lectora

1.1K 86 30
                                    

Bajaste de su auto con lágrimas en los ojos, el corazón hecho nudo y con miles de palabras agotadas en la garganta. De las cuales las únicas que salieron por tus labios fueron las más dolorosas.
"No puedo casarme contigo si te vas a poner así, terminamos América".
Él sólo se quedó en silencio, viéndote entrar a tu departamento sin poder decir nada después de la pelea que habían tenido. Buscaste las llaves y entraste lo más rápido que te fue posible.
Lo único que escuchaste por mucho tiempo fueron tus sollozos, cómo habían terminado de esa manera???
A tu mente llegaron los recuerdos de cómo habías conocido a América. Su peculiar forma de expresarse, su enérgica vibra en cualquier lugar que estuviera, su divertida forma de actuar cuando se espantaba con películas de terror... La forma tan dulce y tierna con la que solía besarte o abrazarte.
Por qué habían peleado???
Entonces te pasaste lo acontecido mientras limpiabas tus lágrimas y mocos de tu cara. Tenían un buen rato organizando todo para casarse, desde conseguir algunos muebles básicos para la cocina hasta la cama para ambos.
Y finalmente tu cerebro llegó aquel momento que inició todo...
- Mi padre dijo que podíamos tomar la antigua casa que usamos para rentas como nuestra casa. - Dijiste con tranquilidad mientras mirabas las calles pasar.
- No pienso tomar esa casa, (tn). - Respondió casi de forma instantánea el americano. Su voz había sonado verdaderamente sería y por unos segundos quitó la vista del camino para verte.
- Pero, es una casa funcional y mi padre dice que no tendría problemas para darnosla. Mamá también está de acuerdo. -Volviste a insistir con un tono algo serio.
-No, (tn). No voy a tomar esa casa. -Dijo de nuevo Alfred.
- América, mis padres están de acuerdo en darnos esa casa. Tal vez no es muy grande en comparación de la que tienes ahora. Y ya tiene algunos años encima, pero con una pasada de pintura y... - No fuiste capaz de terminar tu argumento.
-No, (tn). No voy a tomar esa casa y punto final. - Su voz había aumentado respecto al tono de seriedad que usaba.
Trataste de razonar con él, diciéndole que así no tendrían que gastar en comprar otra casa, que tendrían lo necesario como agua y luz eléctrica. Pero su respuesta seguía siendo negativa, entonces comenzaron a discutir más y más, hasta que llegaron el punto donde ya no se pudo evitar que la pelea terminara como lo había hecho.
Por qué no querría la casa de tus padres??? Por qué se había rehusado a aceptarla??? No era suficiente??? Qué le faltaba???
Eran demasiadas preguntas para tu cerebro agotado, así que simplemente te cambiaste de ropa por tu pijama favorito y te escondiste entre las cobijas (tcf).
Tú alarma sonó de forma molesta, obligando a parar tu cuerpo de la cama para ir al librero que tenías algo alejado.
Desbloquear la pantalla sólo sirvió para revivir el dolor punzante de tu corazón pues de fondo tenías una foto de América haciendo una mueca rara. Rompiste a llorar, lo amabas tanto. Y habías cortado con él por una razón sin sentido ya para ese momento. Querías volver a la cama y esconderte entre las cobijas cuando sonó el timbre del departamento. Maldeciste internamente al cartero que te traía unas cartas, seguramente facturas del banco, recibos del agua, etc. Firmaste de recibido y él se marchó.
Genial, el cartero te había visto con los ojos llorosos y rojos... Y en pijama. Te disponías a dejar los sobres en la mesa de la cocina y volver a tu cama para hundirte en tristeza cuando la viste... Era la letra de América.
Tus manos tardaron más en abrir el sobre que tu cerebro leyendo el contenido de la carta.
Las lágrimas volvieron a brotar al tiempo que te disponías a correr a tu habitación para hacer un cambio de ropa e ir a buscar al americano. Sin embargo, el timbre te detuvo nuevamente. Abriste la puerta sólo para darte cuenta que ahí estaba él.
Sostenía en sus manos un ramo de rosas blancas, rosas y rojas mientras te miraba de aquella forma que sólo él podía hacerlo.
- Me rindo, tomaré la casa de tus padres. No quería tomarla porque ya te estoy robando de ellos. Y sé que tú eres lo más preciado que tienen... No quería robarles nada más al tomarte como mi esposa. - Te dijo conforme se hincaba ante ti.
Te arrojaste a sus brazos mientras le repetías lo mucho que lo amabas. Finalmente se aclaró el malentendido, que había resultado ser un gesto de amor por parte del país de ojos azules.
Ambos sonrieron para después besarse con ternura, sabiendo que de ese momento en adelante vivirían muchas cosas juntos... Y las enfrentarían juntos.

•One-shots Hetalia 2•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora