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Adivinen qué...

Narra Jungkook:

Que haya recibido palizas casi la mayoría de mi vida, no quiere decir que me van bien las personas atravesando mi piel con agujas, aunque lo hayan hecho varias veces a lo largo de mi niñez y pre-adolescencia, no me acostumbraba, no dejaba de temerles o de sentir nervios cuándo alguien se acercaba a mí con esa mierda.

Jaesoo no tomaría mi mano sólo para calmarme, me desprecia demasiado cómo para algo así, ni siquiera quise abrir los ojos, me mostraría débil ante ella, aunque ya el haberle pedido que me acompañara me había puesto en evidencia completamente, pero joder, alguien tenía que estar para recogerme si me desmayo o algo, y tampoco quería abrir los ojos para que no ver lo que sea que el doctor iba a hacer, podía entrar en una crisis peor que la que ya tenía.

Me sorprendí al sentir un peso posarse a mi lado en la camilla, y a alguien pasando su mano por mi antebrazo para luego entrelazar sus dedos con los míos y apretar con firmeza. Me puse más tenso por eso que porque el doctor atravesara la aguja en la piel de mi ceja. Ella luego puso la otra mano sobre las nuestras entrelazadas, cubriendo por completo la mía. No decía nada, y no se sentía para nada incómoda, su pulso parecía relajado.

No me había dado cuenta hasta ese momento de que su olor era realmente dulce, como frutal, pero suave, nada cítrico, tal vez un olor a melón, bastante refrescante. Me encontré varias veces aspirando, para poder apreciarlo mejor. Su mano era muy suave, un poco pequeña, pero gordita y reconfortante, se sentía como algodón en mi mano, quise apretarla un poco más, pero no quería dar a pensar algo erróneo.

— Bien, ya está listo.— Dijo al fin el doctor. ¿Qué tan rápido?

¿Cómo puede ser posible que ni siquiera sentí la aguja y pensé que habían pasado apenas unos segundos? Abrí los ojos y pude ver como Jaesoo se levantaba de mi lado, ya habiendo soltado mi mano.

— Novia.— Le dijo a Jaesoo el doctor, tratando de captar su atención, ya que ella estaba como perdida en el espacio.— Debes cuidar a tu chico de que no se le infecte la herida, así que le enviaré algunas inyecciones de antibióticos que son más efectivas que las patillas, y des-inflamatorias, una sola dosis, te daré la orden para que lo lleves aquí mismo.— Escribió un montón de cosas y le dio el papel, ella asintió.— Bien, puedes irte. Si quieres, compras una crema para que no te quede cicatriz.— Me sonrió y luego ofreció su mano para darme un apretón, yo le correspondí y me levanté de la camilla para salir de allí.

Jaesoo caminaba como por inercia, salió sin siquiera mirarme y me esperó junto a la puerta mientras leía las indicaciones en el papel, y luego empezó a caminar para que yo la siguiera.

— ¿Dónde es?— Pregunté porque no me gusta caminar sin saber a dónde, y mucho menos ceder el control a alguien.

Ella no respondió y sólo siguió caminando, hasta que llegamos a una habitación similar a la que ya habíamos visitado.

— Él necesita ésto.— Jaesoo le extendió el papel a una enfermera que estaba en el escritorio.

— Umh...— La mujer leyó el papel.— Acuestese allí joven.— Señaló la camilla pegada de la pared.

— ¿Qué me acueste?— Pregunté un poco confundido y alarmado a la vez, que me haya dicho eso, sólo significa que...

— Sí, es en el glúteo que hay que ponerlas.— Dijo como si nada y se volteó para buscar las cosas en una especie de armario que allí había.

Volví a palidecer, detesto demasiado las inyecciones, y más si son allí.

Vi a Jaesoo lavantar sus cejar y salir de la habitación sin decir nada. Yo no tuve más opción que hacer lo que pedía la enfermera. Si me da un paro en esa camilla, pues era su culpa.

Me acosté y solté el botón de mi pantalón, resignado, esperando lo peor.  Decidí voltear mi cara cuándo la mujer empezó a preparar las soluciones, y cómo si no fuese más humillante para mí tener que mostrar mi nalga y temor a ésta mujer, ella decide que Jaesoo también debe verlo.

— Chica, por favor, ¿puedes ayudarme?— Dice en todo amable la enfermera.

— Umh, claro...— El tono de Jaesoo denota incomodidad total, y yo que estaba que quería salir corriendo.

Debí venir sólo, no debí haberle pedido que me acompañara, me maldigo eternamente por éste estúpido temor que tengo.

No sé qué carajos estaban haciendo, pero quería que ella se fuera.

¿Qué carajos pasa Jungkook? Miles de chicas te han visto en pelotas, ¿por qué mierda te poner así?

— Bien, voy a bajar un poco tu pantalón.— Dijo la enfermera, y cómo no oí a Jaesoo asumí que había salido de la habitación, por lo que me relajé un poco.

La enfermera pasó un algodón por la parte superior de mi glúteo.

— Sostén aquí.— Dijo a alguien, así que volví a tensarme, ella no había salido.

La enfermera me pidió relajar el músculo, pero se me hizo casi imposible.

Me torturó metiendo la inyectadora en mi piel, mientras me pedía nuevamente que dejase de estar tan tenso. Sentí cómo el líquido pasaba y me hacía doler la nalga, la vida, el alma. Estaba entrando en desesperación y la presencia de esa chica no estaba a mí favor. 

Maldita sea, odio ser débil en ésto, odio que mi némesis me vea agonizar.

Cuándo la enfermera puse la segunda inyección sí solté un quejido, estaba tan tenso que casi se rompe la aguja con lo duro de mi glúteo, y oí una pequeña risilla de Jaesoo que no ayudó en nada.

No volteé a verlas en ningún momento. Sólo oí cuándo la enfermera le dio las gracias por la ayuda, y ella dijo que estaría esperando afuera.

Mis mejillas ardían de vergüenza, pero no iba a dejar que eso me dominara, no ha pasado nada, carajo, olvidaremos ésto.

Me subí el pantalón y me levanté de la camilla para abotonarlo y salir de allí. Hice una pequeña reverencia a la señora para decir gracias.

Salí y Jaesoo estaba esperándome al final del pasillo, absorta en sus pensamientos.

Caminé y pasé frente a ella sin decir nada, ella me siguió de igual forma, y nos dirigimos a la salida del sitio.

Bueno, por lo menos no me jodería alguna infección o algo, sólo debo cuidarme y ya. Me duele demasiado, pero nada que no pueda soportar.

Saqué el celular de mi bolsillo para llamar a Jin, y pedirle que nos buscara, pero una llamada entrante impidió que lo hiciera.

Sentí un escalofrío en mi columna.

Puta madre, Deukook.

Natural. » Jeon Jungkook.حيث تعيش القصص. اكتشف الآن