Respiraba de forma pesada, y mi mente estaba hecha un lío aún por el pánico, por lo que no sé porqué solté una gran estupidez de mi boca.
—Jungkook, perdiste tu récord de asistencia perfecta.— Mi tono fue de sorpresa inocente, no era para restregarlo, sólo me vino a la mente y lo dije.
—Sí ajá Jaesoo, gracias por burlarte.— Dijo molesto.
—Yo... yo lo siento.— Me incliné y metí mi cabeza entre los asientos delanteros para hablarle más directamente.— Los nervios me ponen tonta.
—Y mucho, por lo que veo.— Dijo, atacandome.
—Oye, estoy tratando de disculparme estúpido.— Pellizqué su hombro con fuerza.— Ahora disculpate tú.— Él se quejaba del dolor, pero no decía nada, sólo daba pequeños manotazos a mi mano.— Que te disculpes.— Lo pellizqué aún más fuerte.
—Auch, ya, yaaaa.— Me quitó la mano de su hombro.— Lo siento, disculpa, ya.— Levantó las manos pidiendo la paz.
—Ay, son unos nenes de primaria enamorados, que lindo.— Dijo Seokjin con fingida emoción y muerto de la risa.
Me volteé hacia él para hacerlo víctima de mis pellizcos también, pero pidió disculpas antes de que pudiese hacerlo.
—Ya, ya lo siento, era broma, ¿ya nadie sabe apreciar una broma hoy en día?— Golpeó el volante y fingió molestia.
—Me agradabas más cuándo eras como un fantasma y no decías una mierda.— Sonreí sin mostrar mis dientes.
—Pues, que triste que has conocido mi verdadera personalidad.— También sonrió como yo.
—Sí, es triste escuchar chistes malos.— Me tiré nuevamente en los asientos traseros.
Mi celular empezó a sonar, e inmediatamente lo tomé.
—¿Dónde estás?— La voz de Jimin se me hizo fácil de reconocer.— Ya vamos a entrar a clases.— Estaba entre preocupado y molesto.
—Yo... yo...— No sabía que decirle, no podía decir lo que había pasado, y mucho menos que estaba con Jungkook, ¿les he dicho que eso es un problema? ¿No? Pues sí, lo es, Jimin le tiene rabia a Jungkook también, y después del incidente de la cantina, no quiero más problemas.— Emm...— Jungkook se volteó a verme, y no paraba de decir “diarrea” en voz baja.— Tengo diarrea.— No puedo creer que dije eso. Jungkook y Seokjin empezaron a cagarse de la risa, por lo que tuve que tapar un poco el micrófono para que él no escuchara.— Tuve que irme al motel por eso. No, no quería pasarla en el colegio. Lo siento, fue una emergencia.— Mis mejillas ardían de vergüenza y las risas de esos dos idiotas no me ayudaban en nada.
—Ouh, amh... ok, entiendo, te llevo tus cosas al salir del colegio entonces.— Jimin hablaba como si estuviese conteniendo la risa, mierda, que pena.
—Sí, muchas gracias, y disculpa por no avisarte.— Jungkook y Seokjin aún estaban riendo, lo cual me hizo meter mis pies por el orificio entra sus asientos, y tratar de patearlos.
—Vale, hablamos, que mejores, te llevaré algún remedio que me recomiende mamá. Hablamos bebé.— Colgó y allí si me concentré bien en golpear a los tarados con los que iba.
— Son unos tontos.— Di manotazos no muy fuertes a ambos.
—Jaesoo, ya, quedate quieta, se te puede salir la mierda.— Rió duro Seokjin, y su hermanastro también.
—Ay, los mataré.— Refunfuñé volviendo acomodarme en el asiento, porque sabía que no tenía caso tratar de hacer que se callaran, pues seguirían con las burlas.
