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Cuándo estuve en el frente de la casa, no había ni rastros de Jungkook. No era que iba a hablarle, pero realmente me daba curiosidad lo que había pasado allí dentro.

Un grito de Jackson me sacó de mis pensamientos.

— ¡Eh, Jae! — Un silbido salió de sus labios. — Que guapa estás. ¿Vas de cacería? — Bromeó. Y reí, porque en realidad, algo así haría.

—Tú también estás guapo amigo mío. — Palmeé su hombro cuando estaba a su lado.

—Yo también voy de cacería. — Guiñó su ojo.

Éste chico, siempre de pervertido.

Ambos caminamos a la casa de Mindae. Ella me miró de manera extraña, como queriendo sacarme la información con la mirada. Yo la vi, dándole a entender que luego hablaríamos y ella se quedó tranquila.

La chica estaba vestida de una manera muy femenina, con un vestido color pastel y sandalias. Me hizo sentir un poco desubicada, pero si Jackson dijo que me veía guapa, es porque es así. Él siempre me dice la verdad, por mala que sea.

Nos hicimos camino hacia la casa de Hoseok, que por suerte no quedaba tan lejos. Hacía mucho que no iba a una fiesta, y cuando llegué, el alboroto de los chicos gritando para poder escucharse sobre la música me abrumó un poco, pero luego, me adecué al ambiente.

Me pasé casi una hora buscando a Jimin con la mirada, pero nada que lo veía. Hoseok ya me había dado como cuatro vasos de una especie de vodka ligado con refresco y Jackson me había hecho tomarlo como agua, gracias a un juego que estábamos haciendo.

Lo estaba pasando bien, de verdad me estaba divirtiendo. Me hacía falta algo así para olvidar todo lo que pasa en mi casa.

Mindae había desaparecido hace media hora con su grupo de amigas fresas, y yo me quedé en el grupo de chicos jugando algo llamado 'En mi maleta llevo'. Gracias al alcohol estaba riendo más de lo que debería. Me tiraba sobre Jackson, incluso creo que le dije cosas raras a Namjoon.

Cuándo por fin apareció Jimin, yo me encontraba tan fuera de mí que no pude disimular mi gusto al verlo, pues no quitaba la sonrisa boba de mi cara. Él también se unió al juego, y me miraba algunas veces de reojo.

— ¿Por qué estás tan roja? — Me preguntó al oído Jackson, también tenía sus mejillas sonrojadas, y una sonrisa de borracho en su cara. Por lo que no pude evitar reír cuando lo vi bien.

— Tú estás rojo.— Lo señalé y volví a reír. Él se unió a mi risa, y los demás también.

Creo que ya estábamos bastante tomados. Así que me levanté para ir al baño, y bajarme un poco lo aturdida lavandome la cara. Cuando estuve de pié, él mundo empezó a darme vueltas, por lo cual volví a reír. Aparentemente eso es lo único que puedo hacer en éste estado. Como pude, me fui al baño.

En el espejo veía a una enrojecida chica, que ya había sudado bastante como para arruinar un poco su maquillaje y aún no paraba de reír. Abrí el grifo y empecé a echerme agua en la cara. Pude sentir un poco de relajación. Me senté en la tapa del inodoro y esperé allí a que se me pasara un poco el efecto del alcohol. No podía hablarle así a Jimin.

En cuanto me sentí un poco mejor, volví a lavar mi cara, la sequé y volví a maquillarme, bueno a aplicarme sólo un poco de base y mascara. Salí de allí estando un poco más consciente de todo y divisé a mi lindo crush hablando en un grupo con sus amigos, en el que afortunadamente estaba mi amigo Jackson, así que podría acercarme sin problemas.

Me paré al lado de él, fingiendo estar interesada en su conversación sobre las chicas lindas de la fiesta. Él puso su brazo alrededor de mi cuello, para apoyarse en mí. Estaba mareado mi arrogante amigo. Jimin nos miraba, y sonreía de una manera extraña. Lo atribuí a que también tenía mucho alcohol en su sistema.

Tomé valor, me zafe del agarre de Jackson, tomé la mano de Jimin, y lo arrastré a un lugar adecuado para hablar. No quería voltear a ver al grupo que dejabamos atrás, me daba demasiada vergüenza.

Lo hice parar frente a una de esas sillas de descanso que estaban esparcidas por allí, y me senté sin decirle nada, él entendió el mensaje y se sentó a mi lado. Se dedicó a mirarme, quizá esperando que yo dijese algo, pero solo podía sonreír como una tonta en ese momento.

—Hola. — Fue lo que me salió.

—Hola. — Respondió él entre risas.

Cuándo calmó sus tiernas carcajadas, afincó el codo en su pierna y su cabeza sobre su mano, mirándome de forma ladina. Y yo seguía sin saber que decir. Así que me decidí, y nada más soltaría lo que sentía, por muy desesperado y tonto que pareciese.

—Me gustas. — Solté, mirándolo a los ojos, conteniendo un ataque de vergüenza. Quería ver en primer plano su reacción.

Él abrió los ojos como plato, y se sonrojó. Sus esponjosas mejillas se notaron más cuándo formó una sonrisa en sus labios, mostrando su blanca dentadura y escondiendo sus ojos bajo sus párpados, haciendo ver éstos como una línea. Si hubiese más valentía en mí, lo habría besado.

Estaba a punto de decir algo cuando un alboroto se formó en medio del lugar, llamando la atención de ambos. Nos levantamos confundidos, y cuándo intentamos ver sobre los chicos que estaban alrededor de lo que sea que pasaba, Jackson se acercó corriendo a mi.

—Le están dando una paliza a Jungkook. — Me tomó de los hombros y me agitó emocionado.

Me sorprendí ante eso. Ni siquiera había notado que estaba aquí. Aparte él nunca se pelea con nadie. No sé porqué, pero me preocupé, y fui a ver que pasaba. Empujé a todos para que me dejaran pasar. No estaba pasando lo que Jackson me dijo, es Jungkook quién le está dando una paliza a ese chico.

—Jaesoo. Tienes que detenerlo y llevarlo a casa. — Dijo Mindae, quién apareció a mi lado con cara de preocupación.

— ¿Yo? — Pregunté alarmada. — ¿Por qué yo? — La miré consciente de que también tenía preocupación en mi cara.

Jungkook se encontraba montado sobre el chico, golpeando su cara sin piedad, y puedo apostar que ya lo había dejado inconsciente, pero no se detenía aún cuando el otro estaba lleno de sangre. No se porque ninguno de los chicos los separaba, así que tuve que hacerlo yo.

— ¡Jungkook, ya! — Le grité. Y me lancé en su espalda, tratando de detenerlo. — ¡Déjalo, ya! — Volví a gritar, pero no se detenía.

Tuve que intentar tomar sus manos, pero nada, seguía golpeando al otro. Así que lo mordí, mordí su espalda lo más duro que pude, haciendo que se detuviese y soltara un grito de dolor. Los chicos que nos veían sólo reían y Jackson me miraba enojado, tendría mucho que explicarle.

Hoseok y Namjoon tomaron al otro chico, y se lo llevaron de allí.

Yo me levanté de la espalda de Jungkook y él luego se paró, me miró, yo lo tomé de la camisa y jale para sacarlo de ese lugar.

Natural. » Jeon Jungkook.Where stories live. Discover now