Capítulo 13: Nuevas Iniciativas.

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Me alejé de inmediato del escritorio, como si las teclas estuvieran quemando mis dedos mientras escribía. Ya estaba hecho. Y aunque me sentía una bastante mala persona, puse todo mi esfuerzo para que no me afectara como lo hacía.

—Estaré al tanto de los comentarios por ti —Penny Lane se acercó con cautela y yo le cedí el asiento sin chistear.

No quería leer comentarios, ni revisar la bandeja de entrada. Tenía miedo de que BG recibiera un e-mail de Ryan en cualquier momento y no tendría el suficiente valor de no leerlo. Porque sabía que escribiría. Así como ayer y hace dos días, los cuales no leí, ya que mis amigos no me lo permitieron.

Eso estaba bien para mí.

Había tenido una idea para la nueva entrada desde hace casi dos semanas, pero después de lo ocurrido en el partido del viernes, comencé a idear una especie de plan para sacar a Ryan de mi vida, y de la de Blogger Girl también. Con esta entrada era más que suficiente, Ryan iba odiarme, o al menos, dejaría de comunicarse con BG, créanme, a nadie le gustaría que luego de haber sido tan honesto, de haber confiado, te usaran de ese modo tan… erróneo.

Fue bastante duro escribirlo, sobre todo sabiendo mis intenciones.

—¿Ya publicaste la entrada? —Tessa entró a mi habitación, trayendo consigo dos platos llenos de galletas hechas por mamá, más crema batida y sirope de chocolate.

—Sí —Me encogí de hombros, dejándome caer pesadamente sobre la cama.

—¡Ya cien comentarios! —anunció Penn en voz alta, sin molestarse en encararnos—. ¡Ningún e-mail de Ryan aún! Volveremos con más noticias después de la pausa, no se muevan de dónde están, amigos.

Tessa  y yo reímos entre dientes.

Ambas se auto invitaron a quedarse en casa por todo el fin de semana, llegaron el sábado en la mañana con las mochilas llenas y el estómago vacío, listas para una sesión de repostería con la famosa Emily Landfield.

Duckie se nos unió durante la cena esa noche, ayudó a mamá a cocinar junto a las chicas, estuve realmente sorprendida al verlos divertirse sin siquiera discutir una sola vez, (bueno, nada más allá de no echarle mucha sal a la ensalada), ya que últimamente discutir era todo lo que hacían cuando estaban en la misma habitación. Yo sabía la razón de aquel cambio de aura.

Por primera vez desde que Ryan había llegado a nuestro día a día, ellos habían estado de acuerdo en una cosa…En que él tenía que irse.

 —Sé que esto va contra las reglas que decidimos ayer —me susurró Tessa, cautelosa—, ¿pero en serio no te da curiosidad saber lo que él tiene que decir acerca de lo que pasó?

—Sé exactamente lo que pasó —le contesté, tragándome el nudo en la garganta—, sé que su padre tuvo mucho que ver en la actitud que tomó. Y no. A decir verdad, no quiero leer ningún e-mail suyo, porque conozco a mi corazón, y si voy a alejarme de él, es una buena manera de comenzar. Tessa, no pienso ser la que espera a que decida si tomará las riendas de su propia vida o no. Me niego a eso, a esperar algo que no pasará.

—Tienes razón, tienes razón —Ella sonrió abiertamente—. Estoy orgullosa de que pienses así, Nina. Ryan ni siquiera te merecía, eres demasiado buena para él.

¡Mentirosa! Gritó mi subconsciente cruel. Sí, sí quería ser de las que esperan, porque creía en Ryan, en que algún día podría hacerlo, no por nadie más que él mismo. Quería ayudarlo a lograrlo. Pero no lo haría, ya que no podía. Ahora estaba por su cuenta, y necesitaba trabajar en ello.

—A la mierda con este tema, comamos galletas hasta que nos dé diarrea —Saltó ella de mi cama, metiéndose una galleta entera en la boca.

—Vaya, tan asqueroso que sonó, y rimó, querida Greenlaw —Al fin nuestra otra amiga terminó de revisar la página—. Me han dado ganas de comer una ahora.

XOXO, Blogger Girl ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora