Capítulo 11: Friday Night Lights.

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Cuando la temporada de fútbol americano comienza, el espíritu escolar es realmente una de las cosas más increíbles que se ve en Sherman High. Todos lucen más felices. Todos visten de vinotinto y negro. Todas las paredes de la escuela se mantienen forradas con pósteres, banderas del equipo y mensajes de apoyo. Las porristas lucen sus uniformes y van por la escuela haciendo porras que realmente no riman, pero el esfuerzo es lo que en verdad cuenta. Es como estar en una fiesta celebrando el triunfo que aunque aún no llega, todos parecen estar seguros de que lo obtendremos... con la ayuda de los Guepardos, que desde el momento en que se da rienda suelta a esta locura, ellos se convierten en el mayor centro de atención por parte del 95% de la población escolar.

El dilema de si asistir o no al partido de esta noche, me había mantenido dando vueltas en la cama por más de cuatro horas. Sabía que sería descortés rechazar la oferta, sobre todo luego de haber tratado tan mal a Ryan aquel día en el aparcamiento, él no se lo merecía, pero por otro lado, estar en primera fila significaba tener cerca a las porristas, tener a Kate y a sus amigas con sus miradas encima todo el tiempo.

Estar en primera fila significaba ser el blanco perfecto.

—¡Vamos Guepardos! —Un chico con un montón de banderas con el escudo del equipo nos interceptó a las tres en nuestro camino hacia la entrada, dándonos una a cada una—. ¡A patearles el trasero a los Titanes!

—¡Sí! —gritó Penny Lane, tan entusiasta como él.

Yo le dediqué una pequeña sonrisa de agradecimiento, y él siguió gritando frases motivadoras y regalando banderas al alumnado.

El espíritu escolar nos atacó hasta llegar a mi casillero, ya no sólo teníamos una bandera, ahora traíamos un silbato que una chica nos dio, dos panfletos hechos a mano diseñados por el Club de Arte y unas gorras del equipo que ni siquiera pude ver bien quién nos las entregó. En cada una de las taquillas, habían colocado un sticker de la mascota y un póster de un guepardo mordiendo a un titán vestido con una toga ensangrentada.

—Vaya, al parecer este año están más animados que el año pasado —comentó Tessa, con ojos muy abiertos—. Estoy realmente sorprendida.

Quité el tétrico póster de mi camino.

—Hay que darles crédito por ser tan creativos —bromeé, sonriendo levemente.

Ellas me miraron con atención por un momento.

—Has estado más callada de lo habitual... —terció Penny, luciendo preocupada—. Y llevas unas ojeras de muerte... ¿Segura que estás bien hoy?

Bajé la cabeza instintivamente.

—Mira... —Tessa  intervino en un resoplido—. Acerca de lo que dije ayer... Olvídalo, ¿sí? Quizá Duckie sí tiene razón, es mejor dejar las cosas como están, es mejor para la salud de todos volver a la normalidad y fingir que nada pasó. Borrón y cuenta nueva.

No, no lo es. Una vocecita en mi cabeza gritó, mejor conocida como mi subconsciente. Él —mi subconsciente— tenía muy claro que dejar las cosas como estaban no me haría sentir mejor, sino bastante peor. Mi corazón estaba más hundido que nunca antes, sabiendo que teniendo tan cerca la oportunidad, no podía sólo arriesgarme a tomarla.

—Así que quiero que sonrías, olvides todo, y esta noche vayamos a mi casa y tengamos una pijamada. Podríamos ver Emma, Becoming Jane, Pride and Prejudice, será un maratón de Jane Austen. ¡Genial, ¿no?! —No pude evitar sonreír con gratitud. Se estaban esforzando por hacerme sentir mejor.

—¡Cierto! —saltó mi otra amiga—. ¡Eso es exactamente lo que necesitas para recuperarte! Simplemente desistiremos del parti...

Su boca se cerró abruptamente mientras ambas veían sobre mi hombro algo sobresaltadas, tenían los ojos muy abiertos y una sonrisa forzada se formó en sus labios en menos de dos segundos. Las miré confundida por su brusco cambio de actitud.

XOXO, Blogger Girl ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora