—Me-me llamo Ju-juliana un gusto—Bradley ahogó una risa, la mujer estaba tan nerviosa.

—¿Eres de por acá? Pareces ser de Seattle no?—Juliana negó y alzó las cejas divertida—España? Lo digo por tu acento, no pareces ser de acá—Juliana nuevamente negó y finalmente dijo.

—Soy de México, pero vivo desde que recuerdo en Los Ángeles—Christina sonrió como si acabara de recordar algo, vió directamente a su amiga.

—¿Es tu tarjeta? Es que es dorada y las doradas solo las manejan personas con, cómo decirlo, dinero—Juliana rasco su sien como si le doliera.

—Fue suerte, pero sí, es mía—

Valentina puso la tarjeta en la parte superior de la máquina y apretó el botón de "Consulta" después apretó el de "Pagos" y canceló la comida que había pedido la mujer.

Después se la entregó.

—Gracias...creo que llevaba más de 15 minutos intentando ponerla en la caja, me podrías dar tu nombres? Es que me pareces muy bonita y quisiera recordarte—Christina desvió la mirada incómoda, Valentina puso una mueca retorcida.

—Valentina, es todo lo que deberías saber, adiós niña—hizo una mueca de asco y se fue, seguida de Christina que se despidió con una mano.

—¿Por qué siempre eres tan arrogante? Terminarás siendo una soltera con diez gatos Valentina—La ojiazul dejó salir una risa sarcástica y replicó.

—Puede que sea una solterona con muchos gatos...pero sabes que me diferencia de todas las solteronas?—su amiga negó—que yó soy millonaria, mis gatos podrían tener jugar con mi dinero y yo estaría feliz.

Siguió su camino como si le importara muy poco todo, entró a su auto un Maserati Levante último modelo, negro acompañada de su socia.

—No deberías de negar que esa chica era linda—dijo Christina vacilante.

—No soy homosexual Christina, me gustan los hombres—replicó Valentina rodando los ojos.

—Pero tampoco eres heterosexual, venga no me niegues que estaba guapa muy guapa—Valentina volvió a suspirar y recordó.

"Sinceramente era linda" pensó "Muy sexy en realidad, pero...eso no lo sabe ella"

—Pues...estaba bien—dijo Valentina en con un tono bajo, tratando de desviar el tema.

—¿Acabas de decir que esa mujer estaba linda? ¿Estás enferma?—

Decidió no responder y mejor prendió la radio, sus sentimientos eran como un arma mortal para ella, sentir la hacía vulnerable.

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2 Días después.

Nueva York, Penthouse Villyn.

Nueva York, Penthouse Villyn

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A Step Forward (Juliantina)Where stories live. Discover now