Academia Pharisse [Saga Reyes Vampiros] #PGP2019

Capitulo XLV

—Liberalo — grité —. Yo se que tu me quieres a mi.

Tras decir ésto solté mi espada y me acerqué a ella. Una maliciosa sonrisa apareció en los labios de Lilith, ella se burlaba de nuestra situación.

—Tú, ya no me interesas cariño—respondió ella.

Neall me miraba sin expresión, él me decía que retroceda pero yo no abandonaría así a mi hermano.

Una idea me llegó de inmediato a la cabeza, sabia que Noah podía escucharla así que sólo me preparé para dar la señal de ataque.

Con rapidez salté hacia ella y apunté a su rostro, ella por intentar frenar el fuego no se dio cuenta que Noah había apuntado varíos conos de hielo en dirección a su espalda y brazos.

De inmediato Neall fue liberado de su agarre y lo alejé de ella. Sabíamos que ese hielo no le había hecho daño alguno, pero lo importante era que mi hermano estuviera ileso.

Ambos nos tomamos de las manos y liberamos nuestros libros, si usábamos nuestro poder juntos, podríamos vencer a la reina de los demonios.

La luz de la luna y el sol, estaban hechos para vencer a la profunda oscuridad, para iluminar el camino y alejar al mal de el.

Todo el lugar se iluminó pero de repente la oscuridad volvió a consumir todo. Nuestro plan había fallado pero ¿por qué?

Esta era nuestra última oportunidad de vencerla sin usar el sacrificio y sellarla en el infierno, la oportunidad de destruirla para siempre.

Una fuerte risa llamó nuestra atención, Lilith reía mientras partía cada trozo helado y se liberaba de ellos.

Gotas de sangre de un color oscuro cayeron al suelo, y la risa aumentaba. No entendía el motivo de su cambio de ánimo pero tan pronto observé a mi hermano lo comprendí.

La unión de nuestros poderes no había funcionado por un motivo, un horrible motivo. Neall se mantenía como una estatua mientras lineas de un oscuro color comenzaban a trazar su cuerpo.

Mi hermano no pudo mantener se más de pie y cayó en los brazos de Katia. De inmediato me acerqué a él sin poder creer lo que veía, sus labios se tornaron pálidos y su boca expulsaba un liquido negro.

—¿Qué le hiciste a mi hermano?—grité tomando mi espada otra vez.

Mi cuerpo se encendió en llamas y con fuerza desate una gran esfera de fuego sobre Lilith. Quería matarla, deshacerme de ella de una vez por todas y gastaría hasta mi última gota de vida en hacerlo.

—Ves ésto de aquí —dijo ella señalando la sangre que caía de su brazo —. Tu hermano acaba de ser envenenado con mi sangre, pronto se convertirá de un monstruo.

Una lágrima se me escapó antes de impulsarme hacia ella pero tras atinarle varios golpes, ella me tomó del cuello y sonrió.
Detrás de ella se abrieron varios portales, al otro lado podía ver miles de demonios a punto de atravesarlo.