Capitulo XXXII

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A medida que avanzabamos, el tiempo parecía detenerse, habían pasado dos días desde que partimos del bosque

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A medida que avanzabamos, el tiempo parecía detenerse, habían pasado dos días desde que partimos del bosque. Jenovia se veía igual de calmada como siempre, sus habitantes ignoraban los hechos qué se avecinaban.

Mi madre había acordado hacer el intento de convencer a mi padre para informar a nuestra gente y a la de otros reinos del tema sin alarmarlos.

Ésto sólo sería en caso de que las cosas no salieran bien y necesitaríamos el apoyo de todos.

En caso de fallar tengo que encontrar la daga celestial y aparte de eso, el sacrificio. Algo en mi interior me decía que cuando llegara el momento sabría como reconocerlo.

Faltaba poco para llegar al reino de Shirovia, y a medida que nuestro camino se recortaba; mi ansiedad crecía. Mi hermano, normalmente yo era capaz de sentirlo, de sentir su presencia en mí pero ésta vez no era así.

Algo estaba muy mal y temía por la seguridad de Neall. Necesitaba encontrarlo lo antes posible y que se diese cuenta de que estoy viva.

Había tomado la decisión de hacer lo posible por rescatar a mi hermano y no dejar que le hicieran daño.

—¿Te haz puesto a pensar en que tal vez Neall pueda atacarnos? —preguntó Noah acercándose a mi lado.

—Él jamás haría eso, Neall nunca lastimaría a alguien—afirmé pensando en las cualidades de mi hermano.

—¿Y si lo hace? —interrogó él.

No respondí porqué no me había planteado ese hecho. Sí mi hermano nos atacaba, ¿qué haría yo? Herirlo no sería una de mis prioridades, intentaría devolverlo en sí.

Damaeth se encontraba junto a Katia y Nicholás hablando. Ignorando a Noah me acerqué a ellos, la morena tan pronto me vio me regaló una corta sonrisa.

Ese gesto me recordó de inmediato a un hombre joven qué había visto llegar al castillo una vez hace mucho tiempo.

Sus rasgos eran similares, en ese momento no tenía idea de que era el rey de los licantropos. Mi padre sabía todo ésto desde antes y por eso me había pedido qué me alejara de éstas cosas. Sí tan sólo le hubiese hecho caso, Neall estaría aquí conmigo.

Pero arrepentirme, no arreglaría las cosas. Ella pareció darse cuenta de que la observaba fijamente así que de inmediato dirigí la mirada hacia otro lado.

—Morgan, ¿verdad? —preguntó ella, yo asentí—. Encontraremos a Neall y él nos ayudará a derrotar a Lilith.

Su firmeza al hablar me sacó una sonrisa, todos decían que Neall ya podía estar perdido y yo me negaba a creer eso aún.

—Gracias, Katia—dije sintiéndome más segura.

Desde nuestra ubicación podía observar a lo lejos el bosque de la perdición, una espesa niebla cubría éste y sus árboles eran tan altos como un castillo.

Academia Pharisse  [Saga Reyes Vampiros] #PGP2019Where stories live. Discover now