EPÍLOGO.

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3 años después...

–AAAAAAAAAHHHHHH

El grito de la pequeña Nadeshiko alertó a Shaoran, se había quedado a cargo de los mellizos, mientras Sakura iba a la reunión con el profesor Terada, ya que después de un par de años, había decidido regresar a sus labores como docente y normalmente tenían la ayuda de Fujitaka o Ieran para cuidarlos, pero en esta ocasión, ninguno pudo auxiliarlo.

–¡PAPI!

Gritaba la pequeña castaña con los ojos igual de ambarinos como él, corría horrorizada por todo el jardín, gritando.

–¿Qué le pasa a mi princesa? Ven con papi.

Sakura llegó en el momento en el que él le llamaba princesa a su pequeña Nadeshiko, pero se extrañó al no ver a Hien por ningún lado.

–Lo bueno es que lo ibas a tener bajo control –bromeó la castaña– Hien, en dónde te has metido

Sakura paseaba por el jardín buscando al pequeño castaño, mientras que Shaoran tranquilizaba a la pequeña Nadeshiko.

–BUUUUUUUUUUUU

Gritó Hien saliendo de su escondite al lado de un pequeño cachorro que habían adoptado tras encontrarlo mal herido. Nadeshiko al escuchar el grito de su hermano, comenzó a llorar y a esconderse en el pecho de su papá.

–Hien, qué te he dicho de asustar a tu hermana –lo reprendió Sakura, el pequeño era la copia de Shaoran cuando bebe, a excepción de los ojos, él los tenía igual de verdes como Sakura–

–Kerobetos fue... –el pequeño señaló al cachorro que estaba corriendo con una sábana encima–

–Solo dile Kero, algún día podrás decirlo bien.

Sakura cargó al pequeño asustador y fue con Shaoran, quien ya había tranquilizado a Nadeshiko con una barra de chocolate, Hien y Sakura hicieron un gesto de desaprobación, tal vez el pequeño se pareciera a Shaoran físicamente, pero había algunas cosas que no había heredado, como el amor por el chocolate, eso lo heredó la pequeña Nadeshiko.

–Le dije que no era hora de chocolate, pero quién soy yo para negárselo –se excusó el castaño al ver a su esposa con el pequeño Hien en brazos–

–mediosa –le dijo Hien a Nadeshiko al verla con los ojos llorosos–

–pídele una disculpa a tú hermana, ella no es ninguna miedosa –lo reprendió Shaoran–

–Lo sento –bajó la mirada y abrazó más a su madre–

Sakura los veía como eran ella y Touya de niños, a diferencia de que Hien solo quería jugar con su hermana, no era culpa suya que la pequeña siempre saliera corriendo porque Hien había atrapado un gusano, o porque se le había ocurrido agarrar lodo y perseguirla por todo el patio.

–Algo me dice que Touya ha estado mal encaminando a nuestro hijo –comentó Shaoran al ver como volvían de nuevo al patio y esta vez Hien era perseguido por Nadeshiko para darle un beso lleno de chocolate y él huía para que no lo hiciera–

–Y yo digo que tú mal encaminas a Nadeshiko, te he dicho que los chocolates la alteran –Sakura rodeó el cuello del ambarino con sus brazos–

–¿Cómo te fue amor? –Shaoran siempre buscaba la manera de evadir ese tema, no veía nada de malo en amar con locura el chocolate–

–Bien, pero no me trates de cambiar el tema...

Esta vez su táctica no había funcionado por lo que con la mejor de sus sonrisas se fue acercando lentamente a sus labios, hasta que por fin los sellaron con un beso, habían pasado un par de horas separados y era un gran esfuerzo para ambos no estar juntos, tener dos hijos de la misma edad era todo un reto, sobre todo cuando querían tener esos momentos de intimidad, siempre terminaban interrumpiéndolos, haciendo de eso algo demasiado imposible.

Pase lo que pase... Todo estará bien.Tahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon