Pase lo que pase... Todo estará bien.

Capítulo 32

Sakura había pasado la noche despierta, no podía pegar el ojo, en cuanto los cerraba, se transportaba a esa terrible escena en donde se entera que su lobito está comprometido, esa situación le dolía en el alma.

Todo le estaba saliendo mal, primero perdió el master por el accidente que le ocurrió, ahora se entera que Shaoran está comprometido... ¿Qué más le podría pasar? Había tenido mucha ilusión en viajar a Hong Kong con su lobito, pero ahora, el viaje se había convertido en una completa pesadilla.

–Sakura, vamos a desayunar –llamó Tomoyo– no te hagas... estás despierta...

–No tengo hambre... vayan sin mí –Sakura se cubrió con las sábanas–

Lo que Sakura no sabía, era que la estaban esperando, Shaoran se la había pasado montando guardia en la puerta de la habitación, así quiera o no Sakura, tendría que escucharlo.

Al ver a Tomoyo salir, supo que el plan del desayuno no había funcionado, era más que obvio que la castaña no iba a querer salir, Shaoran les pidió un momento a solas con ella, la amatista no estaba muy segura de dejar sola a su amiga en estos momentos, pero al ver la cara de desesperación del ambarino, decidió irse, salió junto con Eriol de la habitación, dejando a la pareja solucionando sus problemas.

–¿Crees que Sakura quiera escucharlo? –quiso saber Eriol mientras caminaba junto a Tomoyo–

–No, pero no pierde nada haciendo el intento...

–Perdón por no haber llegado... nos pasamos de copas, fue una noche difícil –se excusó Eriol, era su oportunidad de arreglar las cosas con su novia–

–Procura no beber... sobre todo si sabes cómo te pones luego, no me molestó que no hayas llegado, estaba preocupada –Tomoyo miró a Eriol– la próxima vez, solo intenta avisar o dejar encendido tu móvil.

–Te prometo que no habrá próxima vez, te amo mucho.

Por lo menos, una pareja ya había solucionado sus diferencias, faltaba la otra, esta sería la más complicada, debido a que la situación es más delicada, aunque en realidad, en esta vida, nada es tan complicado cuando se quiere solucionar las cosas.

Shaoran había respirado profundamente, necesitaba todo el valor para explicarse con Sakura, sobre todo, porque sabía que tendría que batallar en que lo escuchen y corría el riesgo, por más mínimo que fuese, de que la castaña lo dejara, aun así, quería solucionarlo, pase lo que pase, tenía que explicarse.

Sakura se negaba a levantarse, tendría un viaje en unas cuantas horas, pero mientras tanto, podía tener el placer de negarse a volver a su realidad, prefería estar acostada y pensar que solo había sido una pesadilla, una de la que quería despertar y nunca recordarla.

Shaoran la vio recostada y se fue acercando poco a poco a ella, no quería asustarla, pero tampoco quería dejar que se vaya, por lo que antes se aseguró de ponerle llave a la puerta, así no podría huir de él, se sentó junto a ella y comenzó a apartarle la sábana, Sakura pensó que era Tomoyo quien le estaba quitando la sábana, pero gran sorpresa se llevó al ver al ambarino frente a ella.

–Necesito que me dejes explicarte... –comenzó a decir Shaoran, pero no hubo ninguna respuesta o movimiento que lo hicieran ponerse en alerta– Sakura, yo no me comprometí con ella, eso fue un arreglo entre nuestros padres, un arreglo que yo jamás he aceptado y jamás aceptaré y sabes ¿por qué? –tomó las manos de la castaña y sonrió al ver que ella negaba con la cabeza– jamás acepté porque estaba enamorado de una niña de ojos verdes que se parecen a las esmeraldas más hermosas, su cabello estaba corto pero ahora con el cabello largo se ve mucho más hermosa... estoy enamorado de la misma niña desde hace quince años y esa niña... hace unos meses me dijo que podría ser Shaoran Kinomoto –al escuchar eso, Sakura sonrió, no pudo evitar recordar aquel día– Sakura, te amo mucho y jamás te he mentido en eso... y jamás te mentiré, lo del compromiso no es nada, el único compromiso que tengo es contigo.