Capítulo 38

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Sakura le fue poniendo gran esfuerzo a su rehabilitación, para la segunda semana ya podía caminar sin ayuda de nada, la navidad se acercaba, faltaba apenas una semana y todos se ponían de acuerdo de cómo festejarla, la familia de Shaoran ya tenía una muy buena relación, gracias a que Ieran había cambiado para bien de sus hijos, por lo que Fujitaka sugirió festejar la navidad en Tomoeda y el año nuevo en Hong Kong, a todos les agradó esa opción.

A diferencia de Eriol y Tomoyo que celebrarían con todos en Tomoeda la navidad, pero el año nuevo irían a pasarla en Inglaterra con los padres de Eriol, además de que querían darles la noticia de la boda, también estaba el hecho de que aún no habían acortado en dónde vivir cuando se casen, necesitaban platicar mucho.

–Vas muy bien, no necesitarás todas las sesiones programadas –dijo la encargada de darle la rehabilitación a la castaña–

–Que alivio... esto es una tortura, y más porque no me dejan realizar nada en mi propia casa –bufó la castaña–

–La están cuidando –justificó la terapeuta–

Me están sobre cuidando, no me puedo quejar, me encanta que me mimen, pero también quiero ser productiva en mi nuevo hogar, la casa simplemente me encantó, incluso ya comencé a revisar algunos muebles que quedarían impresionante, todo esto desde internet, incluso me di el tiempo de checar algunos salones e ideas para la decoración de la boda, tengo mucho tiempo libre así que necesito buscar en qué entretenerme.

Como cada tarde, Tomoyo llega con cientos de ideas y no es la única Nakuru también se ha comenzado a reunir con nosotras para ultimar detalles, las chicas acordaron que sea en el jardín de mi nuevo hogar, es lo bastante amplio y haciendo cuentas, no serán demasiadas personas, son únicamente familiares a los que tenemos contemplado, algo sencillo pero con mucho glamour como dice Tomoyo, sobre todo porque lo que las tres queremos es poder escabullirnos al final para irnos con nuestras respectivas parejas.

Sakura sabe de antemano que la intimidad con Shaoran no es ningún problema, la mayor parte de las noches hacen el amor, pero eso no impide que desee tener su luna de miel, y disfrutar de mucho más tiempo a solas con su lobito.

–Sakura está sonrojada... ¿en qué estás pensando? –Nakuru comienza a mover sugestivamente sus cejas arriba y abajo–

–Eh... yo... no nada –Sakura decía incoherencias, no pudo evitar que sus mejillas se sonrojaran mucho más que cuando la habían descubierto–

–Seguramente mueres de ganas por estar a solas con tu novio, te puedo decir que es lo más delicioso que podrían hacer con sus parejas –Sakura le lanzó un cojín a su cuñada, lo último que quería saber era las cosas que hacía con su hermano–

–Nakuru, basta... no me des detalles –la castaña hizo cara de asco–

–Es increíble que a sus veintisiete años ustedes nada de
nada –Nakuru frunció el ceño–

–¿Y tú cómo sabes que nosotras nada de nada? –cuestionó la amatista–

–Esto se pone interesante, suelta la sopa Daidouji –inquirió Nakuru–

Las mejillas de Tomoyo se tornaron de color rojo intenso, abría su boca pero no articulaba palabras, Sakura la miró y le tomó la mano para reconfortarla.

–Bue.. bueno, Eriol y yo.. pues –la amatista mordía leve su labio inferior, le costaba un poco hablar sobre eso–
–Tomoyo estás en confianza, ¿si lo han hecho?

Tomoyo solo asintió, no podía hablar sobre ello, fue el momento más mágico para la amatista, después de andar rehuyendo a la intimidad, un día simplemente se dieron las cosas y podría jurar que había tocado el cielo, pero no sabía cómo decirles aquello a las dos chicas delante de ella.

Pase lo que pase... Todo estará bien.Where stories live. Discover now