Porque el universo es nuestro para explorarlo, ¿O no?

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El aire apestaba a humo y metal, la pequeña explosión había acabado con el campo de fuerza y había fundido las partes que correspondían a la aleación en el recinto; aún era respirable, pero la tos seca que había ocasionado en Scotty terminaría por llamar la atención de los guardias al otro lado de la puerta corrediza.



El ingeniero intentó ahogar el sonido, cubriendo su boca con su antebrazo, en el suelo estaba su reloj, no en muy buen estado, su celda de energía había sido útil como la teniente había sugerido.



Finalmente, la puerta hizo el sonido correspondiente, y se deslizó hacía el lado derecho, dejando ver la figura de un hombre armado que entraba a la par, mirando atónito como Scotty estaba parado solo en el medio de la habitación, mientras que las libélulas volaban a su alrededor.



-Manos a la cabeza, ¿Qué es esto?, -preguntó confuso el sujeto, mirando alrededor el caos, de humo e insectos.



-No dispare, -respondió Scotty, alzando las manos; no había terminado de hacerlo, cuando sus ojos se dirigieron a la rubia que había estado escondida contra la pared al costado de la puerta.



La misma se abalanzó con fuerza hacía el hombre, cayendo irremediablemente al suelo con él, en ese momento, Scotty supo que era su momento de intervenir, y acercándose a grandes zancadas, pateó en el suelo la mano del señor, haciendo que este soltara su phaser y la teniente aprovechara para hacerse con el mismo.



-Buen trabajo.



-Igualmente, ahora señor, tenemos que rescatar a los demás, -dijo mientras se incorporaba ayudándose del brazo que el ingeniero le había ofrecido, una vez estable se aseguro de apuntarle bien al enemigo.



-¿Dónde están los demás?, nuestros compañeros, -dijo la mujer.



-Están en el estanque, -respondió el sujeto de mala manera.



-¿Qué estanque?, -peguntaron ambos algo confundidos.



-El de las luciérnagas, no van a herirlos; solo necesitamos su energía...



De repente el sujeto se quedo en silencio, e inmediatamente empezó a convulsionar; la teniente le dejo el phaser en manos de su compañero, para poder inspeccionar, una libélula lo había picado, tenían que irse de ahí o serían picados también.



Ambos salieron del lugar, y cuando empezaron a moverse por los pasillos la alarma empezó a sonar; su fuga había sido expuesta.



-¿Por qué un estanque?, -le pregunto Scotty.



-Cuando estuvimos en la superficie, el alférez Chekov y yo estuvimos en una gruta, en la misma había unas luciérnagas; ese hombre dijo que necesitaban su energía, no creo que se refiriera a la de nuestros hombres, los insectos en esa gruta, eran energía pura, la generaban, lumínica, claro, pero creo que no es eso, las están usando para crear algo. Y a nuestros hombres...



-Para crearlas a ellas, ¿No es así?



Malditos, estaban usando a sus hombres como incubadoras, eso debía ser lo que le pasaba al Señor Spock; Leonard se había estado friendo los sesos por algo que estos "mineros" habían hecho.



-Creo que sí.



-Tenemos que sacarlos de aquí y comunicarnos con la nave.



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-Déjelo en paz, -dijo frustrado Jim, al ver como apuntaban a Spock con un phaser, su voz elevándose aunque no lo había querido; ¿Cómo se había permitido bajar la guardia con ese extraño?, demonios. - Él esta enfermo, no es necesario.

Las luces de la gruta de Auckland [Spirk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora