Tu fé en mi costado

1.6K 191 32
                                    


Definitivamente no eran estrellas, a pesar de su brillo, y de su formación similar a las de las constelaciones, esas pequeñas luces generaban un pequeño movimiento; al parecer eran algún tipo de especie de insectos luminiscentes, como las luciérnagas en la tierra. Jim recordaba haber tenido un libro sobre las mismas cuando era un niño, su luz era provocada por una reacción química debajo de su abdomen, que además de eso provocaba un poco de calor; dudaba si acaso fuera lo mismo con esos seres, ya que el lugar en el que estaban era húmedo y frío, más aún estando en el agua.

Spock las miraba con un brillo en sus ojos que había visto pocas veces antes, no obstante, conocía su significado, un tanto de asombro, y otro más de curiosidad científica; sumados a la necesidad imperiosa de realizar algún tipo de contacto con esos seres, en algunos aspectos, cuando se trataba de especies y artefactos desconocidas e inexploradas, Spock se comportaba como un niño. Al parecer los sonidos, o quién sabe, quizás también o únicamente las vibraciones hacían que estas apagaran su luz, un mecanismo de defensa que le recordaba a la acción que realizaban en el Enterprise con el camuflaje holográfico, usando los reflectores de imagen; Spock parecía no tener ninguno de ellos, él deliberadamente había extendido su brazo a la espera de que algún insecto se posara en el mismo, si eso no fuera peligroso le parecería tierno.

—Fascinante, —Murmuró Spock, tratando de hacer el más mínimo ruido posible, apenas despegando los labios al hablar, pero lo suficiente para que notara sus comisuras elevarse levemente, algo que difícilmente reconocería más que como un espasmo muscular en alguién más; pero que en Spock representaba la sombra de lo que podría ser una sonrisa.— ¿No lo cree así Capitán?

—Sí, lo hago... creo que estar junto a usted lo es, —Susurró Jim, lo suficientemente bajo para que solo algunas de las luces de las criaturas parpadearan— Me recuerda al puente, y algunas cosas sobre mi infancia también.

—Capitán...

—Jim, —Lo interrumpió el mismo— solo Jim, algunas veces me llamas así, ¿Por qué no solo llamarme así siempre?, dada las circunstancias, no creo que antes hayamos compartido más intimidad que ahora.

—Porque es mi oficial superior...

—También soy su amigo, ¿No es así?, —Lo interrumpió Jim con la voz un poco más aguda— porque yo me comporto con usted como si lo fuera, y algunas es tan difícil, usted no se imagina.

—Lamento que mi naturaleza medio Vulcana le obstaculice llevar una mejor relación de camaradería conmigo, —Musitó Spock con los labios apretados, los mismos se estaban tornando violáceos, probablemente debido al en el agua fría, o quizás era solo una ilusión óptica causada por la atípica iluminación.

—Usted no lo entiende, no tengo nada en contra de su mente vulcana, la amo, es atractiva, —Contraargumento el rubio, tratando de respirar con calma, no quería olvidar de un momento a otro como flotar y hundirse en ese lugar de repente; aunque con lo embarazoso que todo se estaba tornando quizás no sería la opción más nefasta.

—No comprendo, ¿Entonces es mi parte humana la que le genera un conflicto?, —Cuestionó Spock, levantando una ceja por el desconcierto, instándole a responder.

—Spock... ¿Qué es lo que vió cuando toque su mano?, —Preguntó Jim ignorando la anterior duda del medio vulcano, mientras tomaba un poco de agua entre sus manos y la llevaba a su cabello, acomodandolo hacia atrás con sus dedos.

—Es algo descortés ignorar mi pregunta y anteponer la suya en nivel de importancia... Jim, —Dijo algo aletargado, como si tuviera que haber frenado a sus palabras antes de llamarle capitán como era lo usual.

Las luces de la gruta de Auckland [Spirk]Where stories live. Discover now