Capítulo 31

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-¿Qué pasa? -le dije a Javiera en cuanto estuvimos frente a frente.

-¿Qué pretendes con Mía? -su expresión era seria.

-¿Por qué me preguntas eso? -fruncí las cejas.

-Justin, sé perfectamente que te acercaste a mí para sacarle celos a ella y hasta te seguí el juego y un día le pregunté si le molestaba que saliéramos, pero creo que lo hice sin pensar, ella merece alguien mejor que tú -dijo directamente.

-¿Por qué me dices todo esto ahora?

-Porque creo que le gustas y no quiero que juegues con ella, sé perfectamente que me odia pero no por eso voy a desear que el chico más mujeriego del instituto juegue con ella.

-No quiero jugar con ella -aseguré.

-¿Entonces que pretendes? Ayer le dijo a su papá que tú eras el único que por momentos la hacía olvidar la vida de mierda que tiene. Esto va mal, ¿acaso quieres enamorarla? ¿Para qué? ¿Tú estas enamorado de ella? -no contesté-. No, entonces no la enamores porque eso si sería jugar con ella.

-Javiera esto no es asunto tuyo -desvié la mirada.

-Me utilizaste a mí para sacarle celos, lo sé y no me importó porque tú jamás me interesaste de otro modo, quise seguirte el juego porque pensé que le podías gustar y se iban a entender un par de veces, pero no pensé que querías enamorarla Justin, eso es jugar con fuego.

-No he dicho que quiera enamorarla ¿ok? Solo entiende que las cosas con ella son diferentes.

-No le arruines más su vida, supongo que sufrir por su mamá y por no llevarse bien con su papá debe ser suficiente, no esperes que también sufra por un chico -me miró a los ojos-. Ella merece alguien mejor que tú.

-No hables de cosas que no sabes, por favor no te entrometas en esto, no quiero jugar con ella, confórmate con saber eso.

-Me conformo ahora, pero ten por seguro que si me entero que andas por ahí con otra chica mientras intentas enamorarla a ella, voy a decírselo.

-Ok -asentí tranquilo-. La última persona con la que estuve fue hace dos semanas o más -aseguré-. Mía me interesa de verdad.

-¿Es un logro dos semanas sin chica nueva? -rodó los ojos-. No te creo, pero si es así entonces juégatela por merecerla.

-¿Por qué dices que no la merezco? ¿Qué tan poca cosa puedo ser? -reí irónico.

-Creo que nadie merece estar con un chico que te engañaría apenas pestañees, pero ella en particular solo necesita alguien que la haga sentir bien, no que la este enamorando para tirársela y luego dejarla. Siempre pensé que Dylan era alguien bueno para ella.

-Ellos son amigos -dije enseguida-. Puedo ser un buen chico también y no la engañaría, ya te dije que me interesa de verdad, pero no me presiones -puse las manos en mi nuca-. Javiera, soy un chico imbécil, lo sé, pero estoy intentando hacer las cosas lo mejor que puedo, no sé como se actúa con una chica como ella, no conozco el amor, pero te aseguro que no quiero jugar con ella, jamás.

-Ok -suspiró-. Entonces suerte con ella -sonrió un poco y comenzó a caminar de regreso a la sala, justo antes de entrar volvió a mirarme -. Le gusta Usher, siempre lo escucha en su habitación -entró a la sala.

Le gusta Usher, ¿por qué me dijo eso?. No creo que Mía sea alguien a quien se llega por regalos, ella es más de detalles, así que no creo que resulte bien regalarle algo de ese cantante, pero de todos modos esa información me puede servir.

Volví a la sala y la clase ya estaba bastante avanzada, miré a Mía enseguida y ella me miró unos segundos y luego me ignoró, estaba enojada porque sabe que salí a hablar con Javiera, o quizá estaba celosa, eso sería bueno, aunque ya no estoy seguro de que los celos sean la mejor manera de acercarme. No sé como puedo pasar de ser el chico que tiene a la chica que quiera, a ser un idiota que no sabe como demonios llegar a la chica que le gusta, porque sí, ahora es totalmente oficial, me gusta, me interesa en serio y me voy a volver loco si no logro hacer que se fije en mí.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora