Capítulo 11

80.9K 3.5K 455
                                    

-¡Espera! -escuché su voz y voltee un poco-. Mía, lo que pasó en el baño...

-No diré nada -lo interrumpí-. Te he visto vendiendo droga, ahora teniendo sexo en el baño, no tengo motivos para decir nada pero quisiera no saber más cosas de ti en las que tuviera que cubrirte. Pero claramente me das asco.

-¿Estuviste llorando? -me cambió el tema enseguida.

-¿Qué? -fruncí las cejas.

-Tus ojos están muy hinchados, ¿qué te pasó? ¿Te hicieron algo?

-Estas loco -seguí caminando y él tomó mi brazo-. Suéltame por favor.

-Mía, ¿qué te pasó? -insistió.

-¡Dije que me sueltes maldita sea! -grité y me soltó enseguida-. Déjame en paz de una vez por todas, deja de fastidiarme, deja de aparecerte por todos lados por los que camino, deja de entrometerte en mis cosas porque yo no me entrometo en las tuyas -dije todo con rabia-. Ya vete con tu mierda de droga, con tus estúpidas carreras, con tus putas y simplemente ¡deja de respirar cerca de mí!

-¿Qué lleva a una chica de 17 años a ser tan amargada? -pregunta él con sus ojos color miel fijos en mí, veo como se marca su mandíbula.

"Que su madre haya muerto hace 3 meses" -pensé, pero me limité a decir: No te importa.

-Me encantaría que no me importara
-respondió con una voz ronca que hace erizar mi piel.

-Que estupideces dices -bufé-. No pienses que por fingir que te importa mi vida voy a tener sexo contigo en el baño, eres un imbécil.

-No quiero tener sexo contigo -rio levemente-. Pero deberías dejar de quejarte por todo, dejar de estar llorando por los rincones del instituto por cualquier estupidez, porque tus ojos te delatan -se acercó más a mí-. No esperes que todo sea color de rosa, esto no es el país de las maravillas y tú no eres Alicia -me hirvió la sangre al escucharlo.

-¿Sí? -me acerqué aún más, solo unos centímetros nos separaban-. Esto no es maravilloso desastre y tú no eres Travis Maddox.

-¿Qué? -frunció las cejas con una sonrisa confundida.

-Solo para que lo entiendas, Travis Maddox es el irresistible protagonista de un libro, pero tú estás lejos de ser irresistible, grábatelo en la cabeza.

-Eres un lío tremendo, no sé como puedes soportar vivir contigo misma.

-Del mismo modo que alguien tan egocéntrico como tú se soporta a sí mismo -respondí.

Él sonrió irónicamente y yo seguí el camino hasta la sala. Me senté donde siempre y él no tardó en entrar aún con su sonrisa irónica.

-¿Me perdí de algo interesante? -escuché que le preguntó a Ryan cuando se sentó a su lado.

-Quizás -respondió Ryan.

El resto de su conversación fueron susurros imposibles de oír, pero tampoco me interesaba ya oír nada que tuviera que ver con Justin, definitivamente él era la persona más desagradable que conocería en esta ciudad.

*

Día viernes por la tarde, la semana por fin terminaba, esos dos días desde que discutí con Justin él no me había vuelto a fastidiar, mientras que Any ya no estaba a cada momento hablando sobre salir y cada vez que Dylan lo hacía ella lo rechazaba.

-¿Puedo visitarte ésta tarde o mañana? -me preguntó Any cuando estábamos saliendo del instituto.

-Claro, pero no sé si haya algo divertido que hacer en mi casa.

Dulce Tormento © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora