Capítulo 51: En busca de una solución

246 25 4
                                    

La luz que irradiaba el candelabro se proyectaba contra su mejilla mientras su cabeza reposaba tranquilamente sobre la superficie de la mesa. Habría sido más cómodo dormir en su habitación pero esa noche se iba a quedar despierta, buscando en los libros más antiguos de la biblioteca, algún dato que pudiera ser de utilidad para su hermano. O eso pensaba Karin. Pero tras pasar varias horas leyendo a la luz de las velas, el cansancio y la frustración, terminaron por vencerla y se quedó dormida sobre la mesa con el libro abierto. Así la encontró Toshirou cuando entró a la biblioteca con la misma intención que su discípula.

-Niña tonta.

A pesar de que trataba de ayudarla en todo lo que pudiera sabía que Karin llevaba una carga muy pesada para ella sola, y ni siquiera podía quejarse porque debía ser soporte de Yuzu, que aún desconocía la situación de su madre. Definitivamente Karin era una joven fuerte y decidida y él estaba orgulloso de ser su maestro de armas. Pero viéndola descansar tan relajada, sin ningún gesto de preocupación en la cara, y tan vulnerable, le hizo sentir el deseo de protegerla, de todo y de todos. Después de todo el tiempo que había pasado cerca de Karin era estúpido negar que le había cogido un poco de afecto y por lo tanto era normal que se preocupara por ella, como hacía con su hermana. O eso creía él.

Karin tenía un mechón de cabello cubriendole parte del rostro y Toshirou, con sumo cuidado para no despertarla, se lo acomodo tras la oreja. Luego, y sin saber porqué, le rozó la mejilla con el dorso de la mano notando la suavidad de su piel. Entonces se dio cuenta de lo intimo de ese gesto y retiró su mano como si la piel de Karin lo hubiese quemado. Intentó buscar una razón lógica que explicara lo que había echo y como no la encontró se sintió molesto y comenzó a sacudirla bruscamente por el hombro para despertarla.

-Oye tu, despierta. No eres una niña para estar durmiendo en todos lados, despierta de una vez.

Inevitablemente Karin fue despertando un tanto confundida ya que no recordaba haberse quedado dormida.-¿Qué sucede?

-Si quieres dormir ve y hazlo en tu alcoba,

-¡¿Qué?! Oh maldición, no debía quedarme dormida.

-Ya déjalo por hoy-le ordenó Toshirou al ver como empezaba a desesperarse.

-No puedo, estoy segura de que encontraré algo. Ya falta poco.

-Tienes desde que el rey fue herido, buscando en todos los libros antiguos del Castillo y aún no has dado con nada. En dos días es el juicio de la reina y si no estás preparada podrías perder después de todo lo que has hecho. No te sobreesfuerces en vano.

-Aún puedo hacer algo más-dijo Karin centrandose de nuevo en el libro sin hacerle caso a las protestas de su maestro.

-Karin, se que quieres ayudar pero ya has hecho suficiente. Maltratarte de esa manera no ayudará en nada. Dejemos eso por ahora.

-¡No! Se que estoy cerca de hayar algo, no me redinré ahora después de lo lejos que he llegado.

-Karin, es suficiente.

-Estoy por encontrar algo útil.

-No, no lo estas, solo te estas obcesionando.

-No lo estoy, creo que leí algo...

-¡Karin!-exclamó Toshirou casi gritando pero Karin parecía absorta leyendo un pasaje del libro a la vez que lo señalaba con el dedo índice. Molesto porque no le estuviera haciendo casos se acercó a ella para arrebatarle el libro pero al leer por encima de su hombro un fragmento de lo que decía se detuvo al instante.

-Yo... Creo que lo encontré.-dijo Karin no muy segura por lo que Toshirou se puso junto a ella y ambos leyeron el texto varias veces antes de confirmar que era lo que estaban buscando.-Si lo que dice el libro es verdad, entonces no es imposible ganarle a los salvajes.

Corazones en GuerraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora