Capítulo 50: Despedida

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Cuando Ichigo se despertó le sorprendió el darse cuenta de que hacía horas que había amanecido y más aun, que Rukia no se encontraba a su lado. Pretendía levantarse pero vio que la puerta de su habitación se abría y se hizo el dormido. Dos criadas del palacio entraron trayéndole el brebaje que Mayuri había dejado para alimentarlo mientras estaba inconsciente, una cuba con agua tibia y una esponja para asearlo.

-Deje la medicina junto a la cama, yo me encargaré de dársela-dijo Chad entrando tras las criadas. La que traía la bandeja con la botella y una cuchara obedeció y salió de inmediato.-Usted también deje eso.

-Ser Yasutora, debo de lavar a su majestad...

-También me haré cargo de eso-contestó Chad de mala gana mientras Ichigo trataba de no reírse ante la situación. La criada no tuvo de otra más que obedecer y abandonó la habitación. En cuanto la escuchó salir Ichigo abrió los ojos y se incorporó.

-¿Debería desvestirme para que me bañes?-preguntó a su amigo bromeando pero al moreno no le hizo ninguna gracia.

-Si quieres pasar todo el día a base de ese brebaje asqueroso...

-Solo bromeaba, no te enfades. Mejor tráeme algo de comer y una armadura mientras me acicalo, por favor.

-Hum.

Su amigo salió e Ichigo se levantó de la cama para llevar la cuba al cuarto de baño. En lo que se lavaba y se afeitaba la barba rala llegó Chad con algo de comida de lo que quedó del desayuno, se vistió y comió para luego ponerse la armadura de la guardia del palacio y salir. -Descansa un poco, te necesito con toda tu energía para esta noche.

Ichigo no esperó una respuesta y se fue a buscar a Rukia. Como llevaba el yelmo puesto y el visor bajado pudo andar a gusto sin que nadie reparara en él y cuando se topó con Rukia en los pasillos, esta no lo reconoció.

-Buen día-dijo Rukia de forma automática al pasar junto a él creyendo que se trataba de un guardia cualquiera.

-Buen día lady Kuchiki ¿Me permite acompañarla?-Rukia se detuvo a dos pasos de él al reconocer su voz y se volvió a mirarlo sorprendida.-¿No habrás olvidado que dije que pasaría todo el día contigo o si?

-No. Pero estabas dormido y yo tengo mucho que hacer hoy.-Rukia le dió la espalda y continuó su camino.

-¿Y no podrías dejarlo para otro día?-le preguntó Ichigo andando tras ella.

-No.

-Bien, entonces te acompañaré.

-Solo voy a leer cartas y a responderlas, te vas a aburrir.

-Aun así te acompañaré.

-De acuerdo-concedió Rukia tratando de que no se notara su entusiasmo y ambos se dirigieron al despacho donde un criado había dejado un montón de misivas que ya habían sido leídas por Hisana. Rukia se sentó en el sillón y tomó la primera carta, la leyó, tomó una hoja limpia, una pluma y un tintero y comenzó a redactar una respuesta. Ichigo la vio realizar esta acción varias veces y aunque al principio le agradaba verla trabajando tan concentrada, empezó a impacientarse al no tener nada que hacer pero para que Rukia no lo notara, fingió interesarse por la habitación y comenzó a pasearse por esta. Sin embargo se cansó rápido ya que todo lo que veía parecía llevar escrito el nombre Byakuya Kuchiki y el que creía su futuro suegro no era uno de sus temas favoritos. Así que se acercó al escritorio sobre el que Rukia trabajaba y tomó una de las cartas que ella aún no había leído.

-Espiar los mensajes ajenos sin autorización es una falta de modales-dijo Rukia sin despegar la vista del papel sobre el que estaba escribiendo.

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