RUTINA ~Pennywise y tu~

Capitulo 19

Todo aquel que entraba a Derry era seguro no saldría sin tener un mal sabor de boca y más en estas épocas donde "Eso" despertaba y hacía de las suyas a diestra y siniestra; se podría casi decir que era como estar de rehén aquí.
Bueno, dependía de tu punto de vista, una melodía se podía escuchar en la carretera que daba con la entrada de Derry, aquella melodía recordaba a la de un ave cantando libremente por los cielos y en el asfalto desgastado se apreciaba una figura femenina caminando con suma tranquilidad, sus cabellos negros y esa piel de un tono canela claro sin duda se hacían distinguir.

— Great.

Fue lo único que esa chica dijo al ver ese pueblo, sin duda se veía algo pintoresco y atractivo, siguiendo con esa melodía de silbido se fue acercando más, por fin vería a su querida prima.

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En aquella calle se escuchó el desgarrador grito de la joven al sentir como su carne se desgarraba con los dientes de eso; la sangre mancho su cabello, su ropa y el piso. Era la primera vez en tanto tiempo que él le provocaba este sentimiento de... Miedo.

Su cuerpo cuando quedo libre de sus fauces se desplomo al suelo ensuciándose aún más con su sangre y al ella levantar la vista lo que vio fue a un Pennywise que en su expresión denoto algo de tristeza y gusto en esto.

— No quería llegar a esto... Solo muere, acaba con esto y no vuelvas nunca más a Derry...

¿A qué se refería? Estas palabras la confundieron un poco aunque esto no era lo que le importaba, sentía esa sensación de frio y aun peor... Como su consciencia lentamente estaba yéndose de sí; no se daría por vencida, aun desangrándose se levantó del suelo con bastante dificultad y aunque intento llegar lejos fue inevitable no volver a desplomarse.

— No lo hagas más largo...

Iba a terminar el trabajo de una vez dando pasos algo lentos mientras su apariencia de a pocos volvía a ser la de un payaso pero lo que vio surgir sin duda era el inicio de algo mucho peor de lo que pensaba.

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Eran alrededor de las 3:00 PM y en su cuarto estaba Henry descansando después de un encontronazo con su padre, era lo mismo de siempre y era mejor hacer como que nada ha sucedido, para seguir con normalidad en su día a día. Logro quitar esos arbustos que crecieron dentro de su habitación pero estos siempre fueron un misterio para el a decir verdad, no encontraba ninguna explicación lógica; no obstante se quedó con algunas de estas, puesto que... al olerlas era como sentir el amor de una madre, para evitar que murieran las puso en un florero con agua.

Tomo la navaja que tenía y estaba listo para irse a hacer de las suyas con sus amigos pero algo peculiar pasó, aquellas flores se marchitaron de pronto mientras que un presentimiento malo crecía en él, lo paso por alto, tenía cosas más interesantes que atender sin embargo esas flores llegaron a tener algo de importancia para él, las extrañaría por raro que suene.

La vez pasada Belch le dejo las llaves de su auto en una fiesta y el iría a buscarles esta vez, durante el camino estuvo pensando un poco acerca de las desapariciones, tal vez encontrarse con ese "asesino" del que hablo Miranda sería un golpe de suerte, por fin su padre le respetaría si lo atrapara el mismo ¿Qué podría malir sal?

Aquella misma chica de cabellos negros por fin estaba dentro del pueblo aunque aun así... estaba perdida y no sabía cuál sería la dirección de su prima, su única alternativa era "tirar dedo" y eso hizo cuando escucho el sonido de un motor atrás suyo; el rubio ya la había divisado y sí que esa mujer tenía unas piernas y trasero para morirse, detuvo el auto y por fin tenía una imagen de la misteriosa chica con chamarra de cuero.